Estimado lector, ya que tenemos un gobierno definitivamente de izquierda, y basado más en caprichos que en un pensamiento de estadista a largo plazo como lo trata de hacer la izquierda moderna, me gustaría hacer una reflexión sobre lo que le hace falta al país.
Durante el convulso siglo XIX, con la nación recién independiente, pasamos gran parte de los primeros años (y no tan primeros) con guerras internas para determinar qué tipo de gobierno se quería. La primera aproximación fue seguir con lo que ya se conocía, una monarquía y al artífice de la consumación de la independencia, Agustín de Iturbide, se le otorga. Debido a los gastos que una monarquía necesita y lo necesitado del país, el fracaso de la monarquía se dio y vimos nacer la primera República Mexicana, con una constitución que no fue tanto lo que necesitaba el país, sino más bien, una imitación de lo realizado en Estados Unidos de América tan fue así, que el nombre oficial de México es Estados Unidos Mexicanos.
Las ideas de los libre pensadores, basadas en la Revolución francesa, hace pensar en la necesidad de acotar los poderes que el gobierno tiene (legislativo, ejecutivo y judicial) y se polariza el país, entre los que deseaban un líder fuerte que tuviera en sus manos todo el país (conservadores) y aquellos que deseaban un país más libre (liberales).
La verdad es que derivado de la Colonia, y del yugo dictatorial de la palabra del monarca, México a deseado desde entonces aquel que gobierne tenga un carácter fuerte. Además, como no había liderazgos fuertes en los primeros cincuenta años de independencia, muchos cambiaban de posición política como cambiar de ropa. Así tenemos que Antonio López de Santa Anna, que tiene el récord de más presidencias en México (once), lo hizo bajo el tinte liberal, o conservador, según le convenía. Hasta que llegó la guerra de reforma, nos pudimos deshacer de esa lacra y parásito del gobierno (actualmente esa lacra es Porfirio Muñoz Ledo, tal cual).
Todo cambió cuando llegó el problema de la Reforma, un líder fuerte de “izquierda”, Benito Juárez, con tendencias totalmente liberales, pero educado, quiere cambiar al país y modernizarlo, con el apoyo del país más liberal del mundo en el momento, los Estados Unidos. Juárez no vivió en carne propia la invasión de los Estados Unidos, pero el ejército vivió la derrota de una manera total. La pronta conquista de la Ciudad de México se dio debido más a cuestiones políticas que de ejército, ya que los más poderosos ejércitos no quisieron defender la capital, como el de Zacatecas, y fue castigado entonces con la separación de un territorio y la creación del estado de Aguascalientes. Uno de los que vivió la derrota y desde entonces odió todo lo relacionado con los Estados Unidos, liberales y masones, fue Miguel Miramón, el niño héroe perdido, catorce años tenía cuando defendió a la patria y desde entonces marcó su vida para defender a ultranza los colores de la bandera mexicana, y la patria, el rojo, para unir a los mexicanos, aunque fuera con mano fuerte, el verde, defendiendo la independencia de México y el blanco, siendo la religión el tercer pilar de su pensamiento. Esto lo llevó a ser parte del gobierno conservador, y fue electo como el primer presidente mexicano nacido en México, antes de él, todos fueron nacidos en la Nueva España.
Así como para Batman, su némesis es el Guasón, para Juárez su némesis es Miramón. Muchas de las batallas de reforma fueron entre Miramón como general del ejército conservador y el ejército liberal. Fue derrotado en Veracruz, no por el ejército liberal, sino por la ayuda que tuvo Juárez del ejército norteamericano (cosas de la historia no escrita).
Cuando viene la invasión francesa, Miramón seguía fuera del país, ya que Juárez lo desterró, y al ofrecer la corona a Maximiliano y ser “independientes” como país, regresa Miramón pensando en su patria.
Al perder el segundo imperio batallas, debido a la ayuda otra vez de los Estados Unidos, Juárez ve una oportunidad única y manda fusilar a Miramón junto a Mejía y a Maximiliano en el cerro de las campanas y lo manda al infierno del panteón de los héroes de la patria como el máximo traidor (aun más que Victoriano Huerta).
Actualmente, Andrés Manuel quiere imitar en todo el modelo Juarista de gobierno, más de sus defectos que sus aciertos. Desafortunadamente para nuestro país, no tenemos un estadista del calibre de Miguel Miramón, que haga el justo contrapeso a este gobierno.
Hace falta un Miguel Miramón, aunque sea conservador, pero que nos de ese panorama que falta a la visión de Andrés Manuel. Espero que pronto aparezca.
Ay! Mi querido Chuy, compañero y amigo de la secundaria… Cuánto nos hemos separado! Tú tan Miramón y yo tan Mariano Escobedo! Y si leyeras Patria de Paco Ignacio Taibo II? Seguro sangrarías por los poros anticomunistas pero te aseguro que entenderías que el capitalismo y el conservadurismo son antidemocráticos y tratar de construir una sociedad democrática que respete los privilegios de unos cuantos es una sinrazón… Es como tratar de alaciar un vello púbico…
Agustín Bernal
¿Estadista Miguel Miramón? ¡¡Ja, ja, ja!! El chiste se cuenta solo.