Querido lector, esta semana no quería hacer ninguna reseña sino quejarme amargamente sobre lo que sucede con el programa 65 y más, pues los morenistas están presionando a los adultos mayores del primer cuadro de la ciudad (de hecho alrededor de nuestra casa editorial) para que se afilien a Morena con el fin de poder continuar con el apoyo federal, por lo que estaba decidida a denunciar públicamente ese acto tan ruin y cruel pero de pronto apareció en el cine (en chilangolandia, claro está) El hombre que mató a Don Quijote, la última película de Terry Gilliam.
25 años después de ser concebida, tras una y mil vicisitudes por fin pudimos apreciar los amantes de Don Miguel de Cervantes Saavedra y de Terry Gilliam está pieza cinematográfica tan parecida en su concepción a la escritura del Ingenioso Hidalgo Don Quijote de la Mancha en tiempo, género e innovación.
Como cervantista, debo reconocer que no me gustan los proyectos cinematográficos llevados a la pantalla grande de Don Quijote, se quedan cortos, las adaptaciones no son precisas, los guiones no adecuados o los actores no reflejan ese espíritu de locura y fantasía que caracteriza al caballero de la triste figura.
Después de muchos meses de esperar que por fin apareciera en cartelera El hombre que mató a Don Quijote, y honestamente con la esperanza perdida, mágicamente como regalo de Navidad llegó a nosotros el poder ver, en pantalla grande, la devoción de Terry Gilliam por la obra de Cervantes.
El hombre que mató a Don Quijote no es la típica película que recrea la obra cervantina, por el contrario es una tragicomedia deliciosa que nos ofrece una lectura distinta sobre la misma en el siglo XXI.
No querer recrear a Don Quijote o evitar el hacer una adaptación errónea sobre la obra es el principal acierto de Gilliam pues verá usted, una obra tan vasta no puede ser resumida en unos pocos minutos además que, lo que se elige sobre la obra depende de la perspectiva de quien hace el tratamiento, yo por ejemplo, me inclinaría a darle más fuerza al discurso de Marcela (Quijote I 12-14) mientras que los demás adecuan lo que a cada cual más gusta.
Esta pelìcula me recordó el cuento paródico y divertido Pierre Menard autor del Quijote de Jorge Luis Borges donde, el nuevo autor de la novela Cervantista hacía notar las diferencias en su escritura sin que se percibieran ocasionando una deliciosa y traviesa lectura donde la ficción hace de las suyas para hacernos reír y demostrar que El Ingenioso Hidalgo Don Quijote de la Mancha, más de cuatroscienctos años después nos pertenece a todos.
El hombre que mató a Don Quijote es un metatexto sobre lo que de y sobre el Quijote se a filmado o escrito y en su desarrollo en el filme también existen estas mismas conversaciones inverosímiles.
Si como demuestra el escritor español y cervantista Javier Blasco que Cervantes es un raro inventor podemos decir lo mismo del realizador Terry Gilliam, pues en su estructura dramática encontramos que la trayectoria de su héroe es tan inconcebible y única como lo fue en sus inicios la primera parte de El Ingenioso Hidalgo Don Quijote de la Mancha.
Me siento sumamente agradecida con Terry Gilliam por no haber querido rehacer un Quijote para la pantalla grande tal como lo hicieron otros realizadores. El poder reinventar su propio Quijote con su trayectoria fantástica y única que lo lleve a creer en la necesidad humana de salvar y velar por los otros es casi como el uso del adjetivo quijote y el verbo quijotear en Rusia donde así se define a una persona humana y altruista que se dedica a hacer el bien a los demás.
En este mundo donde la vida va tan rápido y se pierde la otredad esta película nos hace pensar en que no todo está perdido y que la fidelidad, lealtad y el respecto aún pueden manifestarse en estos tiempos.
Entonces, El hombre que mató a Don Quijote es la historia de un realizador de comerciales que se ve en la necesidad de grabar en un lugar de España, lamentablemente nada le sale bien y para inspirarse le ofrecen una serie de películas para refrescar su inventiva así, encuentra su ópera prima una película que filmó en ese mismo país y donde los lugareños dieron vida a los personajes de El Ingenioso Hidalgo Don Quijote de la Mancha.
De pronto se da cuenta que no se encuentra lejos de donde filmó su película y decide visitar el lugar, al llegar se llenó de recuerdos y se enteró de los cambios que habían ocurrido desde que la película terminó de realizarse.
Sobre quien interpretó a Don Quijote nadie quiso hablarle sin embargo, mientras intentó regresar a su locación observó un lugar extraño que ofrecía conocer al original Don Quijote, se internó en unas lúgubres ruinas donde se encontraba una carroza parecida a la de los gitanos. una mujer se acercó al joven director para pedirle dinero y ver en persona a Don Quijote, él le dio unos billetes y al entrar pudo ver la proyección de su ópera prima, escuchó un ruido, fue a la trastienda y allí encontró a su Quijote, pues el actor que hizo el papel 10 años atrás quedó atrapado en la locura de la caballería.
Su Quijote lo reconoce no como el director de la película, sino como Sancho Panza, le recita las primeras líneas del guión, Toby el director le insiste que eso lo escribió él que eso es su creación y es ahí donde inician las aventuras que nos llevan a soñar y creer en una reinvención del Quijote.
Podemos ver la referencia de los capítulos en los que se inspiró para crear los conflictos del protagonista mientras él intenta salir avante de todo lo que le conlleva la vida después de haber vuelto a ese pueblo de España donde Don Quijote de la Mancha cobró vida y lo que nosotros no podemos imaginar es el maravilloso giro que da el final para hacer que la obra de Cervantes sea inmortal.
Mi deseo para esta Navidad es que todos ustedes puedan tener la oportunidad de enamorarse de esta fabulosa reinvención del El Ingenioso Hidalgo Don Quijote de la Mancha en la película del director Terry Gilliam.
Por cierto, ojalá venga pronto un Quijote a salvarnos de las tretas de los 65 y más en Aguascalientes.
Felices Fiestas a todos, mis mejores deseos.
Laus Deo
@paulanajber
