Van dos historias aparentemente inconexas. 1) Este no ha sido el año de Facebook. ¿Y saben quién puso de rodillas al gigante de Menlo Park? Es justicia divina y poética, porque fueron los medios. Fueron dos golpes fundamentales que no podrían ser más irónicos. El primero fue un medio de tecnología (Gizmodo) sobreviviente de un ataque brutal a la libertad de expresión por parte de un miembro del consejo directivo de Facebook (Peter Thiel), cuando su compañía matriz (Gawker) fue destruída por billetazos de Silicon Valley.
En ese caso la nota fue que Facebook suprimió temas de derecha en su barra de trending, la cual sólo estaba disponible en Estados Unidos y la verdad no era una guía para nadie. Una función tan inútil como el mapa de lives o el que haya un “lenguaje pirata” disponible. A pesar de eso, otros medios levantaron la historia y el right wing enloqueció contra Zuckerberg, lo que obligó a una reconciliación y esfuerzos lunáticos para parecer una plataforma tecnológica (nunca editorial), plural al punto de alojar discurso neonazi.
El New York Times, el mejor periódico del mundo y bastión de la independencia en medios (su control está en familiares), ha publicado una serie de revelaciones acerca de una cultura donde la gente en Facebook (la compañía) realmente creen que le están haciendo un bien al mundo, a pesar de haber sido parte fundamental en la victoria de Trump. O la difusión de Fake News que cuestan vidas. O en destruir democracias de países con civilidad frágil. Sería poco decir que el NYT ha humillado a los altos rangos de la tecnológica en estos meses. Y eso es genial. Claro, lo opino egoístamente como alguien que trabaja en medios.
Dentro de esta serie de reportajes y notas, hay joyas como la liberación de mensajes privados entre ejecutivos como parte de un juicio (por cuestiones de privacidad) contra Facebook en Reino Unido. Como dice Scott Galloway, profesor de la NYU y conductor del podcast Pivot en Recode, detrás de esto hay una lógica como en la de cualquier empresa Fortune 500: destruir la competencia y triunfar a toda costa, maximizando las ganancias. Cosa que es normal, pero lo que no es tan común es el año tan terrible para Zuck y aliados.
Volvemos al tema de los medios, ya que Facebook ha costado el bienestar de familias y miles de profesionales en los medios. Aquellos que como estudiosos del tema estamos al día del algoritmo y modos de contar historias, nos solemos topar con el sobrinity manager que piensa que hacer vídeo es la panacea para alcanzar grandes números en la plataforma. Falso. Facebook infló los números en vídeos pregrabados y lives para incentivar su uso, sugirió esto a medios y posteriormente cambió el algoritmo, jodiendo estrategias anuales en compañías que están diezmadas, como Mic o Mashable. ¡No había un futuro postexto! ¡El contenido en texto, o el formato que fuera siempre y cuando importara, seguía siendo rey! ¡Facebook mintió!
2) En Estados Unidos hay unos juegos del hambre por las migajas de publicidad que dejan Facebook y Google, que es una compañía más aterradora pero no tiene tanta prensa negativa, menos en México donde los periodistas de tecnología están más interesados en que una armadora china de teléfonos los lleve a Francia o les den una mochila de Office 365. En México, el panorama de publicidad es especialmente complicado en medios serios, compitiendo ahora la chuleta de publicidad oficial con engendros como Cultura Colectiva News (que está para llorar) o el pivot to meh de Nación321 con su insultante contenido acerca de la vida y obra del actual presidente.
Cuando AMLO da una rueda de prensa, que siendo objetivos ya lleva el triple que Peña Nieto, me parece que existe una falta enorme de criterio al transmitirlas en vivo porque sí. Porque es el preciso. Me recuerda a cuando Trump recién ganó y todos los medios gringos, desde NowThisNews hasta LA Times, transmitían sin filtro o narración cada que Trump hablaba. ¿Por qué? ¿No debemos como medios asistir, editorializar y discriminar si es valiosa cada cosa?
Lo dejo de tarea.
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