Desde la campaña de la carrera presidencial fueron varios los actores, políticos y opinólogos, que vislumbraban el autoritarismo que podría ejercer Andrés Manuel López Obrador en caso de llegar a ser presidente; en lo personal en aquellos momentos me pareció una exageración.
Sin embargo en los veinte días que AMLO lleva como titular del ejecutivo y a casi tres meses de tener la mayoría en las cámaras legislativas y de los congresos locales veo algunas señales que me han ido quitado la idea de aquello que suponía una exageración, a continuación las menciono:
*Muy lejos de la “sana distancia” que se exigía al PRI y al PAN cuando sus candidatos llegaban a la Presidencia, tuvo un encuentro con los legisladores electos de Morena y ahí anunció, que Ricardo Monreal sería el jefe de la bancada morenista en el Senado.
*La encuesta sobre el nuevo aeropuerto de la Ciudad de México, que más que un ejercicio de participación ciudadana, resultó en un bodrio que dejó de manifiesto que, lejano al dicho de AMLO “Al margen de la ley, nada; encima de la ley nadie”, serán capaces de transgredir el marco jurídico con tal realizar las ocurrencias que ellos crean son lo mejor para los mexicanos.
*El “se las metimos doblada” y la ley Taibo, otro ejemplo de que de estorbarles las leyes, mandaran a sus legisladores a mayoritear las reformas que les permitan hacer los ajustes necesarios en pos de la patria. AMLO pidió a sus legisladores modificar la ley de entidades paraestatales que preveía que para ser titular de estos organismos se debe ser mexicano por nacimiento para poder designar al frente del Fondo de Cultura Económica al folclórico Paco Ignacio Taibo, de nacimiento español (https://bit.ly/2rOoznV )
*El tren maya, que lejos de presentar estudios de impacto ambiental se realizó una consulta parecida a la que se hizo con el aeropuerto, incluso se consultó a la “Madre Tierra”; será una imposición del morenita.
*La guardia nacional, con mandos e integrantes militares que realizaran labores de seguridad pública (criticada por organismos internacionales incluso), cuando en campaña uno de los compromisos fue desmilitarizar el país. El dictamen para realizar la modificación constitucional para crear esta guardia nacional ya fue aprobada ayer por la comisión de puntos constitucionales de la Cámara de Diputados, avalado por los integrantes de Morena, Encuentro Social y del Partido del trabajo, los del Verde no se presentaron a la sesión y Movimiento Ciudadano, Acción Nacional y PRD votaron en contra. ¿Dónde quedaron los abrazos y no los balazos?
*Los “super delegados” que serán los representantes del Gobierno Federal en los estados y concentraran los programas sociales, una clase de vicegobernadores que después también se planteó llevaran los asuntos de seguridad pública.
*Y como un gobierno populista necesita pobres para subsistir, esta también el “Censo de bienestar” con la idea lograr un padrón de beneficiarios de los programas sociales, sin utilizar una metodología como lo podría hacer le Inegi, en lugar de ello se tomaron como base las secciones electorales. El censo estuvo a cargo Gabriel García Hernández, exsecretario de organización de Morena, y ahora coordinador de los delegados federales únicos ante los gobiernos de los estados.
*El recorte presupuestal a universidades públicas del seis por ciento y la creación de 100 universidades “Benito Juárez”, centralizando la educación superior del país y limitando la autonomía de las universidades.
*Con el argumento de que México “es un país presidencialista”, Andrés Manuel López Obrador de muestras de que tomará acciones autoritarias, al más puro estilo que se creía superado en el país luego de la derrota del PRI: incorporó a su gabinete a personajes de edad avanzada y funcionarios que ocuparon puestos en la administración pública hace por lo menos 30 años además de “sugerir” al Senado o la Cámara de Diputados, nombramientos que corresponden al Poder Legislativo. Como ocurrió cuando invitó a Alejandro Solalinde a presidir la Comisión Nacional de los Derechos Humanos, a cuyo actual presidente le queda un año en el cargo. Aunque el sacerdote declinó, nadie reparó en que la designación de ese puesto le corresponde al Senado.
*Su menosprecio hacia los sistemas de transparencia y anticorrupción a los que llegó a llamar “fifís”, mismo calificativo que usó también con especialistas y miembros de organizaciones ciudadanas que los promueven.
Esto más lo que se siga acumulando, ¿llegará al extremo de proponer la reelección presidencial?
@aguileralespron