- A pesar de ser un servicio universal, existen pocos centros y personal capacitado para brindarlo
- La recomendación es que este tratamiento se administre durante 28 días posteriores al posible contacto viral
Con la presencia del riesgo latente de infección del Virus de Inmunodeficiencia Adquirida (VIH), el tratamiento con Profilaxis Post Exposición (PEP) sigue resultando una medida que reduce el riesgo de infección para quienes sospechen de un posible contacto con el virus, sin embargo, los efectos secundarios de la combinación de los medicamentos son una de las primeras causas de abandono del tratamiento.
Steven Díaz, subdirector de Prevención e Información del Centro para la Prevención y Atención Integral del VIH y Sida de la Ciudad de México, explicó que aunque la recomendación en la Guía Nacional de Salud es que este tratamiento se administre durante 28 días posteriores al posible contacto viral, a la fecha se están haciendo estudios con la intención de poder reducir el lapso sin perder el mismo porcentaje de efectividad.
Para mejorar la adherencia al tratamiento por parte de los pacientes, en la Clínica Condesa utilizan esquemas que resultan provocar menores efectos secundarios, que pueden ir desde dolores de estómago o cansancio hasta la aparición de sarpullido en la piel: “Depende también de la persona, no es lo mismo darle profilaxis a un hombre que practique atletismo que a una mujer embarazada, de ahí viene la necesidad de tener a un profesional de salud capacitado en la especialidad”.
Para que un paciente pueda recibir el PEP debe estar recetado por un profesional que esté capacitado en profilaxis post exposición y se tienen que respetar varios procesos, como empezar a tomar el medicamento antes de que se cumplan 72 horas del periodo de ventana del evento de exposición, así como ser previamente seronegativo.
Sin embargo y aunque el PEP es gratuito y un servicio universal, por lo menos en la Ciudad de México, existen muy pocas personas capacitadas en el tema de la profilaxis. De hecho, de acuerdo con Díaz, en la Ciudad de México solo es posible hallarlo en la Clínica Condesa y, en el resto del país, en los Centros Ambulatorios para la Prevención y Atención en SIDA e Infecciones de Transmisión Sexual (Capasits).
La Clínica Condesa atiende a más de mil personas por año con este servicio. En la Ciudad de México no existen espacios que puedan proveer la atención de manera integral como en la Clínica Condesa.
Pero nada supera a las acciones de prevención. Concientizar a las personas sobre el riesgo que corren con algunas actividades es parte de las acciones cotidianas que se llevan a cabo en la Clínica Especializada Condesa, con la intención de evitar, desde un principio, los casos en los que la administración del PEP sea necesaria: “Nosotros reconocemos que las personas tienen derecho a ejercer su sexualidad a su gusto y agrado mientras no estén causando un daño a terceros sin su permiso (…) simplemente los alertamos y (…) se dan otras opciones para minimizar el riesgo de infección de VIH”.
Con información del Foro Consultivo Científico y Tecnológico