- “México me dio antes de llegar a López Velarde, una revelación”, ganadora del Premio FIL en Lenguas Romances 2018
- Con firmeza, la escritora aseguró que el futuro de un país se sustenta en la calidad de la educación que se imparte en las escuelas
En el marco de la 32 Feria Internacional del Libro de Guadalajara, con Portugal como país Invitado de Honor, la poeta uruguaya Ida Vitale, ganadora del Premio FIL en Lenguas Romances 2018 y también acreedora al Premio Cervantes, compartió una certera reflexión respecto al papel fundamental que tiene la cultura en un país y una sociedad de respeto, sensibilidad y sentido humanitario. Señaló que no sólo es responsabilidad del gobierno tomar las medidas necesarias para asegurar una sociedad segura, sino también buscar que las personas cuenten con educación pública de calidad, pues ahí radica el que se construya una sociedad culta que no sólo posea conocimiento, sino que tenga conciencia sobre lo que implica ser humano. Para ella, este tipo de sociedad es la que no ataca a personas tan importantes para su comunicación, como lo es un periodista, y aprovechó esta reflexión para ligarla a su análisis de la situación actual de México, del que dijo que es el país más peligroso en Latinoamérica para ejercer el periodismo.
Respecto al sesgo que ha tenido la mujer en el mundo de la literatura, la ganadora del Premio FIL sostuvo que, efectivamente, sabe que es un problema real. Como la quinta mujer en ganar el Premio Cervantes admitió que es una condición que ha existido todo el tiempo. Sin embargo, agregó, fue algo que jamás ha padecido: “Uruguay era un país adelantado; las mujeres eran importantes en mi familia. Yo crecí sintiendo que las importantes eran ellas. Mi primera lectura fueron Gabriela Mistral y Rubén Darío, así que fue un sano equilibrio”. Al final, comentó, uno escribe de lo que ha vivido, y esa particularidad no trastocó su mundo, por lo que siempre tuvo la oportunidad de escribir y ser leída, independientemente de su condición como mujer. “Venimos al mundo de una manera y con ciertas obligaciones. Para mí, la sobrevida es la poesía”.
Desentender a la poesía y a la literatura del mundo, comentó Ida Vitale, es imposible, pero se trata de algo interno. En su manera de concebir lo que nos rodea y del papel de la poesía para curar el espíritu humano, afirmó que no es algo como una pastilla que cura el cáncer, y que mucho depende de las circunstancias del lector al momento de recibir la literatura. “Leer poesía es como escuchar música. Si leemos en estado de felicidad tal vez nos guste más lo que leemos. Cada lector es él y sus estados”. De esta manera, agregó, la literatura no cumple el papel de mejorar la condición humana, puesto que no es tarea de un escritor hablar temas que dominan y conciernen más a políticos o sociólogos.
“México me dio antes de llegar a López Velarde, una revelación”, comentó respecto al cómo un punto geográfico puede determinar la forma en que se vive y se crea. Su reciente adquisición de dos premios importantes a escala internacional, agregó, no tiene que ver con la escritura. “Para un escritor, un premio es un premio. Algo efímero”, confesó para luego añadir que, desde su perspectiva, no son los premios los que deben empujar a la creación, sino algo más: dejar de buscar los premios, ejercer la escritura, apropiarse de la literatura y no invadir temas que no conciernen a la literatura. Lo importante siempre reluce después de los premios: “¿Qué va a pasar con lo que se escribe? Se lee y se escribe para conectar con personas afines con las que se comparten intereses”. Lo demás, expresó, será que no forma parte del fin real de hacer literatura.