- El director de Alumbrado afirmó que no se ha resentido un aumento precipitado en la tarifa; el aumento anual por iluminación es de 7 por ciento gradual
- El municipio paga cerca de 10 millones de pesos mensualmente por concepto de alumbrado público
Leobardo Montoya Duarte, director de Alumbrado Público del Municipio, afirmó que no se ha visto un aumento precipitado de la tarifa eléctrica sobre el cobro de los circuitos de luminarias, pero se espera que como con el resto de los clientes de la Comisión Federal de Electricidad (CFE), el pago que realiza la administración municipal se eleve.
El alumbrado público de Aguascalientes, explicó Montoya Duarte, es un cliente más de CFE y necesita que se le suministre de energía eléctrica para poder encender los mil 550 circuitos que hay en la ciudad, cada uno de los cuales tiene un contrato propio.
Al momento, comentó el director, CFE es la única empresa facultada para distribuir la energía al municipio de Aguascalientes aunque existe un mercado de energía donde los usuarios pueden registrarse a una lista de clientes que tienen consumos superiores a un volumen establecido con la que se pueden generar contratos para diferentes empresas.
Por lo tanto, indicó Leobardo Montoya, si CFE incrementa sus costos, se impacta al municipio, “Somos como cualquier domicilio donde de repente te salen la cuenta más alta porque las tarifas son más altas y tenemos que absorber ese costo”.
Cada año en promedio, apuntó el titular de Alumbrado Público, el pago que realiza el municipio a CFE se eleva un 7 por ciento durante los 12 meses de manera gradual y en 2018, a diferencia de otros clientes, no ha habido un alza fuera de lo común.
Los contratos son bimestrales o mensuales dependiendo de los circuitos, sin embargo la Dirección de Alumbrado paga al mes una tarifa de alrededor de 10 millones de pesos por el alumbrado público más otros dos millones por iluminación en parques, para que funcionen las bombas y los edificios públicos, según Leobardo Montoya.
El director agregó que los fraccionamientos que tienen mayor antigüedad, como los del centro y el poniente de la ciudad, manifiestan una problemática mayor en la alimentación de energía eléctrica, como en las canalizaciones del cableado, mientras que los fraccionamientos del oriente no tienen esa problemática, aunque se enfrentan al vandalismo.
Montoya Duarte comentó que si se quiere equilibrar el avance tecnológico en la ciudad los fraccionamientos del centro y el poniente de la ciudad deben ser atendidos con prioridad, de tal manera que el nivel de iluminación mejore.
Hace poco más de cinco años al interior de Segundo Anillo la tecnología en las luminarias se cambió a aditivos metálico que generan una luz blanca, mientras que fuera de esta circunvalación las luminarias suelen funcionar con vapor de sodio y emitir una luz amarilla.
A pesar que la luz amarilla da una percepción de mayor potencia y una vida útil mayor, sin embargo, se busca migrar a la luz blanca porque aunque aparentemente la luz amarilla ilumina más, lo cierto es que la blanca permite distinguir mejor el índice cromático según el director, “Eso nos ayuda mucho para las cuestiones de seguridad pública, tú puedes distinguir mejor a una persona, a un vehículo a diferencia de la luz amarilla con la que vez más como una silueta”.
Leobardo Montoya explicó que aunque los fraccionamientos fuera de avenida Aguascalientes son más nuevos, tienen luz amarilla porque no son tan nuevos como para seguir las recientes directivas de la administración municipal, aunque a los más nuevos, se les solicita contar con iluminación blanca, mientras que el centro sufrió una renovación reciente en la que se sustituyeron cerca de 19 mil luminarias, “Fue por eso que se marcó esa diferencia”.