Estimado lector, en esta ocasión dejaremos los temas políticos de lado, para ver los pormenores de nuestra economía, en este entorno tan cambiante. La cancelación del NAIM en su construcción con recursos públicos a través de una encuesta a modo, ha hecho que los mercados muestren nerviosismo sobre la forma en que se llevarán a cabo las políticas económicas del próximo gobierno y la afectación que tendrá en las finanzas de las empresas. Calificadoras han bajado la expectativa de inversión y se le olvida al gobierno entrante que el 20% de la deuda nacional está en manos de extranjeros que pueden deshacerse de ella y poner en aprietos a la nación o que el 35% de la bolsa de valores depende de capitales extranjeros.
El pensamiento de que si no uso el aeropuerto, no me afecta, es ilógico y “ratonero”. Estoy de acuerdo en que la corrupción ha hecho que grandes obras de infraestructura queden en intentos fallidos de lo que pudieron ser, pero también que con ánimo de quitar la corrupción se pueden hacer las cosas bien y a tiempo.
Ante esta situación y los bandazos del tipo de cambio que va en ascenso, y la caída y recuperación de la bolsa, uno pensaría que se acerca una situación difícil y que la economía está mal y estará peor.
Los datos en ese sentido nos muestran una realidad diferente, sobre todo en el rubro de las exportaciones, ya que las exportaciones han crecido este 2018 con respecto al 2017 de 10.5%, llegando a 33,529 mil millones de dólares en lo que va del año en lo que respecta al sector manufacturero. De estas exportaciones, las exportaciones de maquinaria y equipo subieron un 19.1%, productos automotrices un 17.8%, productos siderúrgicos también subió un 17.8% y los productos plásticos un 11.6% con respecto al mismo periodo del mismo 2017. De esos datos del sector manufacturero, uno de los importantes es el sector automotriz, que estuvo cayendo desde 2017 y en este periodo ya muestran un aumento de ventas a Estados Unidos en un 16.9%, y un asombroso 22.2% de aumento a otros países. La dependencia automotriz del país al mercado americano que tanto afectó en las negociaciones del USMCA, está bajando, los autos hechos en Mexico también se venden en otros países y se busca que este porcentaje sea cada vez mayor.
La exportaciones agropecuarias por otro lado, que se convirtieron en motor en el 2017, aumentaron 1% solamente, a un monto total de 980 millones de dólares, de los cuales los mayores aumentos fueron en la venta de pescados, crustáceos y moluscos en un 66.7%, aún cuando la venta de camarones congelados cayó más del 30% de forma ínter anual, las exportaciones de ganado vacuno aumentaron un 41.3%, las de hortalizas un 30%, y las frutas y demás comestibles un 12.6%. Este sector es el que más aumentos han tenido en los últimos años y donde hay una oportunidad de crecimiento futuro interesante. Los productores de aguacate apostaron al mercado americano durante mucho tiempo y si bien el año pasado fue el pico de exportación, ha caído en lo que va del año más de un 14%.
Las exportaciones extractivas cayeron en uno por ciento y las petroleras se mantienen aunque la producción petrolera sea menor, esto debido al aumento del precio del petróleo en el ámbito internacional.
Estos datos duros nos muestran que a pesar de las políticas restrictivas y proteccionistas del gobierno de Estados Unidos, que se pensó que afectarían el comercio exterior y que entraríamos en una recesión importante no han ocurrido. Las armadoras de autos están diversificando sus mercados. Es importante que aquellas armadoras que le apostaron al 100% al mercado americano o nacional (que ese si ha caído de forma considerable) busquen de alguna forma otros mercados que están dispuestos a comprar lo producido en Mexico.
El sector agroindustrial sigue teniendo crecimientos importantes. Y es necesario seguir pensando en apoyarlo.
Una buena idea para el nuevo negocio sería dividir no solo en zonas económicas protegidas o vulnerables, sino en zonas económicas productivas, y llevar una política de estado que incluya gobierno federal, estatal y municipal y que se conviertan en nodos de crecimiento económico como lo han hecho con éxito en otros países como Italia y China.