Estimado lector, este día me gustaría hablar de la noticia que el lunes 19 de noviembre sacudió los mercados en Asia y Europa, que dio mucho de que hablar en los medios de comunicación financieros y que tendrá gran repercusión en el desarrollo futuro de la industria automotriz en su conjunto.
Se dio a conocer que después de una investigación de meses, la autoridad japonesa había detenido a Carlos Ghosn, por delitos financieros y una probable evasión fiscal, a través del engaño a la autoridad (y a las empresas que dirigía) mediante artilugios que lo hacían ganar más dinero del que declaraba además de “otros cargos no especificados que contravienen las reglas financieras”.
¿Quién es Carlos Ghosn? Un brasileño, que empezó su vida profesional en Michelin, donde tuvo éxito, y de allí brincó a Renault. Al ver los cambios en los mercados internacionales, y el impacto que tenían los grupos automotrices, ve como Nissan estaba perdiendo mercado cada vez de forma más dramática, una situación que la pondría en quiebra, y es el arquitecto responsable para la alianza del grupo Nissan-Renault-Mitsubishi que ha alcanzado un crecimiento sin precedentes.
Se le ha conocido como “Cost Killer”, o “el mata costos”, debido a sus agresivos planes para la reducción de costos tanto en la producción de autos en sus plantas, como la agresividad a sus proveedores, que buscaba tener una ventaja competitiva en precio, a costa de sus proveedores, de sus trabajadores, y hasta de sus clientes.
La alianza de este mega grupo está dada por la participación accionaria de un 43% de Nissan por parte de Renault, y de un 15% de Renault por parte de Nissan. En el momento más complicado para ambas compañías, Ghosn logró cambiar el concepto de ambas empresas para hacerlas un participante activo del mercado automotriz mundial. En el año 2017, el grupo Renault-Nissan se convirtió en el tercer productor-vendedor de autos del mundo, con más de 10 millones de unidades, sólo debajo de Volkswagen y Toyota. De hecho, solo quedo 45,000 unidades por debajo de Toyota. En el primer semestre de 2018, se convirtió en el segundo vendedor de unidades automotrices del mundo, sólo por debajo de Volkswagen.
En meses recientes, mucho se estuvo comentando de la posible fusión de Renault-Nissan, ya que Mitsubishi fue rescatado después del escándalo de emisiones-calibración de motores que lo llevó a la quiebra y fue adquirida en un 34% de las acciones por Nissan, acción que también fue comandada por Ghosn. En los círculos automotrices, cuando se habla del crecimiento de Nissan, inmediatamente se piensa en Ghosn.
La alianza con Mercedes Benz para realizar la planta Compas en Aguascalientes, la construcción de diversas plantas, y la diversificación de sus activos y marcas dando empuje a Infiniti para competir con las marcas de alto lujo, además de hacer competitiva su marca Renault a través de mejores resultados en la Fórmula 1 eran los objetivos a corto plazo para Ghosn.
Pero una investigación de meses dio con el esquema mediante el cual se auto pagó más dinero para obtener mayores beneficios y sin pago de impuestos, ya que si bien, sus tres cargos en las compañías le daban beneficios por cerca de 20 millones de dólares, es mucho menos de lo que ganan otros en compañías similares. Además, el uso de activos de la empresa para su uso personal, común en otros países, muy mal visto en Japón, es lo que lo ha llevado al momento actual en donde está preso por evasión.
¿Qué pasará con Nissan? En el momento actual, Nissan se encuentra en un punto crucial. Por un lado, quiere ser el mayor fabricante-vendedor de autos del mundo, con lo que conlleva esto en el sentido de pensar en nuevos vehículos para un mercado que ha cambiado radicalmente. Ha tenido descalabros mayúsculos en tiempos recientes, como el crossover Kicks, el auto Note, y otros a los que se les invirtió mucho tiempo, y dinero para su desarrollo y no convence. Su marca de lujo, Infiniti, aunque puede ser superior a sus contrapartes, no tiene lo más importante, el nombre. Su precio puede ser similar a Mercedes Benz o BMW, y, por tanto, se compran estas marcas de prestigio a “experimentar” con Infiniti.
En fin, Aguascalientes le apostó desde hace 30 años a Nissan, y sistemáticamente se les impidió el paso a otras armadoras en el estado, en un acuerdo no escrito, para que fuera Nissan el dominante. La política del “mata costos” la vivimos todos los días con sueldos muy por debajo de la media nacional en la industria automotriz. Si Nissan llega a estar en un punto de quiebre y empieza a perder el liderazgo que ha logrado, el estado será afectado de manera importante. Los esfuerzos del subsecretario Eduardo Infante por traer la industria 4.0 al estado deben magnificarse y acelerarse, ya no podemos depender y ahora menos que nunca, tanto de Nissan.