- Los elementos castrenses no están preparados para llevar a cabo funciones de seguridad pública: Sadi Kuri Martínez
- Plan Nacional de Paz y Seguridad de Andrés Manuel contiene errores similares a la Ley de Seguridad Interior, declarada inconstitucional por la Suprema Corte
La Guardia Nacional que pretende crear el presidente electo, Andrés Manuel López Obrador, como parte de su estrategia de pacificación, sobrecargará la presencia militar en el país, consideró Sadi Kuri Martínez, consultor en seguridad pública.
De acuerdo con el Plan Nacional de Paz y Seguridad de Andrés Manuel López Obrador, la corporación formará parte de las Fuerzas Armadas y se encargará de la prevención del delito, la seguridad pública y el combate a la delincuencia, bajo el mando del titular de la Secretaría de la Defensa Nacional (Sedena): “Va a sacar de los cuarteles, no sólo a la tropa, sino a la policía militar y a la policía naval, esto significa que habrá una mayor carga militar en las labores de seguridad pública”.
Para el criminalista, lo preocupante es que los elementos castrenses no están formados, preparados o capacitados para llevar a cabo funciones de seguridad pública, sino de seguridad nacional que implica el uso de violencia extrema, por ejemplo, para defender al país de una invasión extranjera en un contexto de guerra. Por el contrario, los policías responsables de seguridad pública actúan con base en aspectos garantistas en los que se pondera la mediación y la búsqueda de vías alternas para la solución de conflictos por sobre el uso de la fuerza.
Sadi Kuri destacó que confundir la seguridad nacional con seguridad pública “dos conceptos completamente distintos” fue uno de los argumentos por los que la Suprema Corte de Justicia de la Nación (SCJN) declaró inconstitucional la Ley de Seguridad Interior promovida por el presidente Enrique Peña Nieto.
La Constitución establece que la seguridad pública está a cargo de instituciones de carácter civil, sin embargo, la propuesta del próximo titular del Gobierno Federal busca transferir esta responsabilidad al titular de la Sedena: “Es un juego de palabras perverso, pues los miembros de la Guardia Nacional no son militares, pero sí los van a capacitar militares, con filosofía militar y con principios militares. ¿Qué nos va a dar por resultado? Gente que trabaje con cuestiones militares 150, más de mil 500 personas reclutadas en un marco castrense, con espíritu y filosofía castrense”.
Para el especialista, la Suprema Corte debería obligar a equipo del presidente electo a replantear el plan de pacificación, generando el contrapeso que no existe en el Congreso de la Unión ya que ambas cámaras tienen mayoría de su partido.
Manfiestó que el Plan Nacional de Paz y Seguridad tiene muchas aristas complicadas, pero al mismo tiempo cuestiones muy laxas en las que se espera que el pueblo resuelva por sí solo muchos de los problemas que se presentan, cuando el gobierno debe permanecer de la mano de la ciudadanía en todo momento.