Todo está bien, hombre. Es el momento en que el muere Jimmy McGill y comienza la balada de Saul Goodman, el abogado criminal.
Acaba de terminar la cuarta temporada de la discretísima Better Call Saul, que se ha apoderado de un nicho en las audiencias gringas que le permite ser renovada año con año, mientras que en México sólo ha cautivado a los aferrados a las historias de los denominados hombres complicados de la era moderna televisiva. Es decir, no es ni será Breaking Bad en cuestión de éxito. No la verá mi tío ni mi amigo pambolero que nunca ve series. Y está bien, porque es un drama de abogados, no algo inquietante donde un personaje regular muere a la mitad del capítulo.
La premisa original era una comedia oscura y de media hora. No era difícil imaginar que tuviera vida, en la trama, luego de Breaking Bad. O que estuviera situada en un limbo temporal pero donde básicamente viéramos algo al estilo de Veep o The Office, con historia A y B. Un cliente de Saul y alguna trama personal. Aplausos. Al final no fue así, y se volvió un drama para ver la caída de un hombre que no era bueno, especialmente talentoso u honesto. Jimmy tiene dos rocas que lo anclan a no ser un total desgraciado: su novia-amiga Kim y su hermano Chuck. En la historia, Jimmy perdió a Chuck pero se recupera al saber que él no causó su suicidio, que más bien fue responsabilidad de su exsocio Hamlin, que lo echó del despacho de abogados por el costo alto de su prima de seguros. ¿Ven como no tiene que ver a nivel tono con Breaking Bad?
Jimmy pierde algo más de su humanidad cuando, como pasa en la vida, su plan de vida se desvía del de Kim. En una secuencia hermosa, con pantalla dividida, vemos cómo sus caminos se separan. Ella es alguien a quien le gritas aléjate de él, es terrible, te hará daño y perderás todo por seguirlo. Y se da cuenta. Kim es la amiga que se da cuenta. Al final de la cuarta temporada, Jimmy recupera su licencia de abogado (historia larga hecha corta: la perdió por joder a su hermano difunto) al engañar al comité con un discurso de que tanto le importa Chuck, duelo que en realidad le duró medio día. Hoy, Chuck ya no define a Jimmy, quien le pide a la encargada del juzgado algunos formularios para ser Saul Goodman de manera profesional.
Es un momento desgarrador por la mirada de Kim, quien finalmente ve como no queda nada del hombre que amó. No porque sea un asesino o algo así, sino porque ya es descaradamente un abusivo, tramposo y aprovechado. Un cínico de la vida, ya sin el peso de su respetadisimo hermano mayor. Eso es muy real. Uno no tiene que ser lo que gente espera, ni tampoco lo que tú interpretas lo que la gente espera, puedes liberarte y ser tú, aunque seas un asco de ser humano, pero sólo sé es feliz siendo uno mismo.
Jimmy alcanza su plenitud al aceptar su naturaleza: ese hombre que toma atajos, que quiso corregir su rumbo y no puede por errores tempranos, y que vio que le irá mejor con trampas que luchando para que le sigan sin creer ser un hombre honesto. Es como modo hard o modo easy. Tampoco es penitencia.
Bocadillo: Muchas gracias a José Alberto López Sustaita por la invitación al taller y mesas del Seminario de Periodismo Cultural en Aguascalientes. Un esfuerzo desde la independencia que debería ser mucho más apoyado por los recintos e instituciones. ¿Por qué? Empezando desde que la cultura también son contenidos (como el periodismo), no sólo danza/literatura/teatro/cine/música. ¡Felicidades!