Carlos Reyes Sahagún | Cronista del municipio de Aguascalientes
La fotografía muestra la tubería del órgano de la parroquia de Rincón de Romos, algo único entre los instrumentos de este tipo en el estado, dado que los escapes del aire; las bocas, están pintadas con caritas, en una práctica relativamente común en el periodo virreinal. En verdad no conozco nada parecido, no por lo menos en el contexto de la diócesis de Aguascalientes.
Me acuerdo que en 2005, cuando vinieron mis amici Francesco Ruffatti y Fabrizio Scolaro a afinar el nuevo órgano de catedral, ese Ferrari que traen rodando en terracería como si fuera un carro de mulas, Armida, mi esposa, y este servidor de la imagen que pretendo ser, organizamos una especie de “Conozca Aguascalientes en ocho horas”, y fuimos a varios pueblos, un poco con la intención de mostrarles a los italianos un pedacito del México profundo.
Nos apersonamos en Rincón de Romos, concretamente para ver este instrumento, que desde luego no funciona, y Francesco opinó que por la caja, posiblemente, sea del siglo XIX.
Esta imagen fue tomada el 19 de junio de 2010, y ve la luz hoy porque hace casi un mes visité -por enésima vez- Rincón de Romos, y si bien es cierto que no pude subir al coro, sí observé que el deterioro del aparato continúa.
Aparentemente todos los tubos siguen ahí, pero como si se tratara de un anciano decrépito que no tuviera recursos para hacerse de una dentadura postiza, los tubos centrales están ladeados, claramente zafados.
De seguir con esta situación; de no propiciarse una intervención, quizá no esté lejos el día en que los tubos terminen en manos de un coleccionista privado o, peor aún, en una chatarrera…
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