Caminando con Benito: El perro que endulzaba la cultura peatonal/ Aguas con la movilidad - LJA Aguascalientes
21/11/2024

La primera vez que caminé por las calles de Aguascalientes me topé con Benito, una criatura mullida y sonriente que paseaba tranquilamente por las banquetas de la zona centro de la ciudad. Me asombró el espíritu libre del perro, cómo se desplazaba solito y miraba a los dos lados antes de cruzar la calle con una confianza cuidadosa. Observé cómo el perro saludaba a otros peatones de dos y cuatro patas en la calle, animando la cultural peatonal vibrante que caracteriza la vida hidrocálida.

Fue por esa cultura peatonal que yo quería vivir en la zona centro, mientras realizaba un estudio sobre la historia y nuevas políticas de movilidad en Aguascalientes. Viviendo en el centro histórico, logré formar una buena amistad con Benito, quien me acompañaba en mis caminatas y me presentó a otros vecinos. “Benito es de todos nosotros,” los vecinos de la calle Agustín R. González me contaron, al explicar cómo el perro algodonero se había quedado con la comunidad por los últimos 5 años, después de la muerte de su dueño, un señor benévolo que antes caminaba con Benito por el centro vendiendo dulces. Y de esa manera, Benito continuó caminando por todos lados de la zona, buscando a su señor dulcero por el resto de sus días.

Aunque Benito llegó a ser un perro callejero, recibía mucho afecto, comida, y atención de los vecinos de la zona centro. Muchos vecinos querían adoptarlo permanentemente, pero su espíritu libre no podría ser domesticado: Benito quería seguir acompañando y protegiendo a todos. Algunas personas juzgaban la movilidad libre de Benito, pero los vecinos del centro entendimos el papel especial que jugaba: Él nos encariñaba y cuidaba, y todos dormíamos más tranquilos gracias a la protección de Benito.

 

En sus caminatas diarias, Benito enfrentaba muchos peligros, pero sobre todo en cruzar las calles por el aumento de tráfico vehicular en años recientes. Aunque las vueltas continuas ya no son permitidas según la nueva ley de movilidad en Aguascalientes, los automotores las siguen haciendo, y por este razón, Benito -como otros compañeros peatones- fue víctima de muchos lesiones de tráfico. Gracias a los vecinos de la zona, el perro recibía atención médica por sus lesiones, y hasta recibía un dieta especial para un problema de salud. Los vecinos colgaron una advertencia, pidiendo a la gente de favor de no dar a Benito comida casera, pero desgraciadamente parece que eso fue la causa de su muerte este mes. A veces me quedo pensando ¿si podríamos haber difundido más este mensaje, será que Benito estaría aquí con nosotros todavía?

Tenía muchas ganas de visitar con Benito cuando regrese a Aguascalientes para el Congreso Nacional de Ciclismo Urbano el 17-18 de noviembre (http://congreso.bicired.org). Seguramente, Benito me habría acompañado caminando al evento, y muchos temas le hubiera tendido relevancia, como la seguridad peatonal. En mi colaboración con las asociaciones Aguas con la Bici y Aguas con las Chicas, hemos escrito varias boletines sobre la movilidad sustentable en Aguascalientes, junto con estadísticas sobre la necesidad de mayores intervenciones para proteger a los peatones, ciclistas y usuarios de transporte público. Lo que nos ofrece Benito, aun todavía en su muerte, es de entender la movilidad sustentable en términos de afectos y sentimientos, de la necesidad de saludarnos, comunicar, cuidarnos y protegernos para lograr un sistema de movilidad más segura y solidaria. Benito fue y siempre será el guardián de Aguascalientes.

 


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