14 fincas de Aguascalientes catalogadas por el INAH corren riesgo grave de colapso - LJA Aguascalientes
22/11/2024

 

  • De las 370 fincas catalogadas, 14 corren riesgo grave de caer por abandono
  • 90 por ciento de las actualizaciones a fincas históricas se realizan con remiendos de materiales que no corresponden a la estructura original

 

El subdirector de la delegación estatal del Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH), Christian Martín Medina López Velarde, informó que de las 370 fincas que forman parte del catálogo de inmuebles históricos, 14 viviendas están en grave riesgo de colapso por el descuido intencionado o no intencionado de sus propietarios.

En Aguascalientes hay 370 fincas históricas catalogadas por el INAH, sin embargo, aclaró Medina López Velarde, el catalogo tiene dos años en revisión porque mientras incluye fincas que por su antigüedad y características arquitectónicas no tendría que estar, hay otras que quedaron fuera pese a que sí cumplen con los requerimientos.

Según la última revisión ocurrida en 2017, de las 370 fincas que forman parte del catálogo, dio a conocer el subdirector de la delegación del INAH, 14 están en riesgo grave de colapsar, pues cada año con la temporada de lluvias las fincas históricas corren varios peligros, ya que los materiales con el que están hechas como el adobe y el techo de terrado, requieren de un mantenimiento que no ha ocurrido.

Las 14 fincas en riesgo grave de colapsar y que se ubican sobre todo en el Centro Histórico de la capital, explicó Christian Medina, están deshabitadas y es precisamente su abandono, lo que incrementa su deterioro, “Colapsan principalmente los techos, lo que habla que el deterioro está al interior, no al exterior de la finca que, si bien es una pérdida patrimonial importante, en la mayoría de los casos no redunda en un peligro para la mayoría de las personas que transitan”.

Aunque se sabe que muchos de sus propietarios no tienen la capacidad de darle mantenimiento a sus viviendas por carecer de recursos económicos también se conocen casos de personas que esperan a que se deterioren y caigan, para comenzar a construir una nueva finca o hacer un estacionamiento según el representante del INAH.

Si bien, comentó Medina López, el INAH e incluso Protección Civil han insistido a los propietarios que le den mantenimiento a sus fincas, ninguna de las dependencias tiene capacidades coercitivas para obligarlos.

El subdirector aclaró que sí existen sanciones a los propietarios cuando las personas de manera voluntaria afectan la finca para que se caiga, “Hay pruebas de que tapan los canales para que se llenen de agua las azoteas y se vengan abajo”.


En el caso de las personas que simplemente dejan de dar mantenimiento a sus viviendas, puntualizó Christian Medina, el INAH posee algunas maneras para comprobar el descuido voluntario, “Si nosotros supervisamos que las fincas se conserven, pues no podemos al mismo tiempo dar mantenimiento por una cuestión de ley que escapa al instituto, pero hay que recordar que existen algunos programas del gobierno estatal, del municipal, a las que si las personas se acercan pueden acceder”.

Mientras que las fincas particulares tienen cierta libertad sobre sus propiedades, no ocurre lo mismo con las que albergan espacios públicos, como establecimientos, bares, templos o edificios institucionales donde las restauraciones son obligatorias según las indicaciones de dependencias municipales como Protección Civil o la Secretaría de Desarrollo Urbano Municipal (Sedum) en el caso de Aguascalientes.

En la caso de las fincas que deberían estar catalogadas por el INAH, pero no lo están, el representante de la dependencia federal admitió que no se tiene mucha información al respecto, si bien en la revisión que se ha hecho en los últimos dos años, los arquitectos encargados no han detectado fincas en riesgo.

Tampoco se conoce por parte del INAH, señaló el funcionario, cuántas de las 370 fincas catalogadas albergan algún establecimientos público, “La cuestión del INAH tiene que ver con el mantenimiento de la finca, el uso de suelo que se otorgue tiene que ver con municipio (…), mientras que la finca se conserve, la vocación que tenga no depende de nosotros”.

Si bien, puntualizó Medina López, el INAH sí es el organismo que se encarga de verificar que la carga que sostienen las fincas utilizadas como establecimientos públicos no represente un riesgo para su estructura, “En las fincas históricas que se tienen este tipo de terrazas, sabemos que existe el cálculo para que resista las cargas”.

El catálogo que incluye las 370 fincas, detalló el subdirector, se realizó hace 20 años, mientras que la actualización reciente lleva dos años, “No es sencilla la revisión porque el personal con el que cuenta el instituto el limitado lo que implica que se haga de una manera lenta y muchas de estas fincas son casas habitación donde hay que hacer una labor de convencimiento con los dueños para que permitan entrar a los arquitectos”.

 

Fincas históricas con remiendos y parches

Uno de las causas que se detectaron en los peritajes del derrumbe del bar Casa Segunda la semana pasada, según el titular de la Sedum, Adrián Castillo Serna, es que la estructura original de la finca estaba construida con adobe, mientras que las recientes adecuaciones estaban realizadas con cemento, materiales que no son compatibles.

El representante del INAH reveló que un 90 por ciento de las fincas históricas catalogadas por el INAH, han tenido modificaciones recientes con materiales que no corresponden a la estructura original, “Al ser fincas que se construyen de adobe, al ponerles parches, remiendos de cemento, el cemento no es compatible con el adobe, esto hace que en algún momento pueda haber derrumbe”.

De las 370 fincas catalogadas, agregó Medina López, generalmente los remiendos están realizados en alguna pared o piso, por lo que no representan un riesgo latente, pero hasta en un 40 por ciento, los remiendos son estructurales aunque no han puesto en riesgo la estabilidad de las fincas.

Mientras que los edificios construidos a base de adobe suelen tener una circulación natural de la humedad y una “respiración”, el cemento suele atraparla; caso que ocurre con las modificaciones del Siglo XX de las fincas históricas, según el subdirector del INAH, cuando se instalaron pisos de cemento que atrapaban la humedad, la cual provoca que se mueva a las paredes y quede atrapada, pues estas son selladas también con cemento.

Lo anterior, explicó Christian Medina, ocurre a pesar de que generalmente los materiales originales de las fincas históricas son más baratos que los materiales nuevos, “En la actualidad existen piso de barro que le regresan una autenticidad y permiten la respiración de las paredes, las cuales pueden ser resanadas con cal, material que permite también la salida de la humedad”.

Una de las razones del problema de los remiendos, añadió el subdirector, es que los albañiles y arquitectos que trabajan actualmente no tienen conocimiento sobre las técnicas constructivas adecuadas para este tipo de viviendas, mientras que otros se oponen a aplicarlas, sin contar que los propietarios no suelen optar por estas opciones.

 


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Carlos Olvera Zurita

Nada, sólo 28 años de vida. Reportero en La Jornada Aguascalientes.

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