Morenos y güeros. Los mismos senadores morenos que negaron y luego, horas después reculando aceptaron la licencia del güero senador verde de Chiapas hace pocos días, por fortuna ahora demostraron que su mayoría legislativa sirve para algo más útil que cumplir caprichos, pues por fin ratificaron un tratado internacional que llevaba la friolera de 59 años en el cajón del Senado (lo que confirma los intereses de clase a los que han servido los senadores en las pasadas legislaturas). En efecto, fue ratificado el viernes pasado por mayoría absoluta de 78 senadores el Convenio 89 de la OIT, que protege el derecho de los trabajadores a la libre sindicalización y a la libertad de asociación, mismo que el gobierno de México firmó en su día (1954) sin luego haberlo ratificado hasta la fecha, en una lógica de partido de estado (de tres colores) donde se trataba de firmar todo en el foro internacional para no cumplir nada en la esfera doméstica. Tal actuación fue fundamental para mantener el histórico control corporativo de sindicatos y otras organizaciones de trabajadores, donde posteriormente, durante los gobiernos neoliberales del prian, las libertades sindicales y los derechos de los trabajadores mexicanos fueron severamente afectados, puesto que sabemos bien que la lucha por la libertad de trabajo y sindical ha dejado en los pasados años una estela de centenares de actos represivos, muertos y despedidos injustificadamente en todo el país. Ofuscados por la inminente votación desfavorable a sus intereses, los senadores güeros se salieron de la sesión para no votar, pretextando que se les niega tiempo en tribuna, cuando en realidad lo que pretendían era condicionar su voto forzando la consulta previa de la ratificación de dicho convenio con el sector empresarial. Así que tal parece que estos güeros y sus aliados no entienden la nueva geometría política que les impuso la rebelión cívica masiva de 30 millones de votos el 1 de julio. Bien cabe preguntarnos entonces: ¿Cuántos Acuerdos internacionales como el recién ratificado estarán en un cajón olvidado del senado esperando su turno? Va sólo un ejemplo: el Estado mexicano por conducto del Senado, debe ratificar ya el Acuerdo 189 de la misma OIT que suscribió hace algunos años, el cual protege a las y los trabajadores domésticos del abuso patronal. Pero inexplicablemente, lleva años negándose a hacerlo para evitar su plena vigencia en México. Así que si los senadores electos quieren ganar alguna legitimación pública, ya saben lo que tienen y lo que no tienen que hacer durante los próximos seis años.
Tarantino en Jalisco. El celebrado e hiperviolento realizador gringo sería un simple autor costumbrista en México, donde todos los días pasan cosas que dejan muy lejos los argumentos de las películas y series de moda en la televisión a la carta. Veamos un ejemplo: “Un día antes de la conmemoración del día de la Independencia en México, tres hombres vestidos de mariachi desataron una balacera en la plaza Garibaldi, en la ciudad de México donde se reportaron 6 personas muertas y 7 heridas” (Vanguardia. Mx, 21 de septiembre).
Pero hay más. La increíble noticia de cientos de cadáveres siendo paseados y pudriéndose por la periferia de Guadalajara dentro de uno o dos tráileres con la refrigeración apagada y el pleno conocimiento de las autoridades responsables de la vecina entidad no deja de sorprender, sobre todo a la luz de las insulsas explicaciones ofrecidas por las autoridades de esa hermana república del caos.
¿Cómo se llega a esa degradación de la vida pública y a ese vergonzoso trato a los despojos humanos, que por cierto retrata muy bien a los vivos que lo llevan a cabo?, ¿nadie en el gobierno saliente o en el entrante piensa ni siquiera decirle al desgobernador de Jalisco que si le queda un poco de vergüenza política renuncie de inmediato? ¿Nos acabaremos acostumbrando a estas “peculiares” realidades por todo el país ante unas morgues saturadas de cadáveres por doquier?
Hallazgo imprevisto. O peor: no podía faltar Veracruz en este sórdido recuento, donde una mujer que buscaba a su hijo desaparecido, encontró 287 cadáveres sin identificar sepultados en una fosa común: “Empezamos a utilizar una varilla con punta para enterrarla en el suelo y al sacarla, pues, llegaba el olor de putrefacción del cuerpo. Inspeccionamos el terreno: normalmente los indicios de una fosa son un hundimiento. Buscamos ropa, a veces encontramos una playera o un cinturón. ¿Por qué alguien va a tirar una camisa o un pantalón en el monte?”. Guadalupe Contreras, Colectivo Solecito (“Las madres de desaparecidos que encontraron la mayor fosa de México: Hasta que no vea sus restos, él vive”. ELDIARIO.ES, 31 de marzo).
Pollos. Y en otra de tráileres: 119 indocumentados al borde de la muerte encontrados en un tráiler en Nuevo León. “Se estableció que alrededor de 100 personas de esas 119, presentaban cuadros de deshidratación, vómito y mareos debido a la forma en la que eran transportados y las condiciones climáticas de la región” (Vanguardia. Mx, 21 de septiembre). ¿Quiénes son y dónde están los responsables de estas amplias redes de tráfico humano? ¿Quiénes los protegen?
P.S. Con estas y muchas otras historias de horror cotidiano: ¿alguien duda a estas alturas de la gran bancarrota en la que sobrevive la República y el tamaño del reto al que se enfrenta el urgente cambio de régimen?
@efpasillas