Por los siglos de los siglos la sociedad ha señalado como virtuosos a aquellos que pueden ser pacientes, se les reconoce y se les pone de ejemplo con los más pequeños del clan con frases como “sé paciente para abrir tus regalos” o “si eres paciente, el niño dios te recompensará en Navidad”, y así vamos creciendo, con la idea de que ser pacientes es la mejor virtud que podemos poseer, las niñas pacientes se casan de blanco y el novio debe demostrar la misma cualidad si es que quiere contraer nupcias con la fémina más guapa de la cuadra. Pero qué pasa cuando no somos como lo dictan los cánones, obviamente nos cae la maldición encima y seremos identificados como intolerantes y algunas veces hasta agresivos. Impaciente puede ser el mismísimo Donald; ambos, el pato y el desquiciado presidente de los gringos y ni qué decir del flamante líder de la nueva mafia del poder que se apoderó del país meses atrás y que se hará oficial para el primero de diciembre de este 2018, cuando comience la cuarta transformación.
Se le percibe impaciente, inquieto, programa giras, habla con los gobernadores, tiene el tema del aeropuerto listo para hacerlo explotar, comenta sobre el conflicto en la máxima casa de estudios en la tierra que vio nacer a Justo Sierra, trae la agenda del país y ocasiona que los medios, la sociedad en general y hasta los que no votamos por él dediquemos espacio en nuestro disco duro orgánico para su persona. Eso es ser protagónico-impaciente, definido según yo como aquel que, aunque no tenga los tamaños, ni carisma, muchos menos capacidad, quiere hacer de las suyas en el momento que se le plazca la gana, más que la voz cantante es el incómodo mexicano que siente poderlas todas.
Qué análisis le amerita a usted, estimado lector, la agenda nacional, por lo menos la mediática, cuál es el orden de importancia de las cosas que pasan en México; el conflicto en la UNAM, algunos medios con tintes amarillistas presagiaban como videntes el segundo 68, pero además la profecía era difundida como algo inminente, ya sabe, los poseedores de la verdad absoluta porque cubrieron el trágico suceso desde el inicio de aquel conflicto los hace conocedores de la conducta sociológica del mexicano y los convierte en expertos en la materia, ¡Cuidado, ahí viene otro 68! Supimos de la postura del presidente electo, pero ¿y la del presidente constitucional?, hubo quien dijo que el conflicto fue orquestado por los morenistas para clavar la última estaca en la administración del Quique. El que está de moda es la estrella del momento, por lo menos hasta que comience a cometer pifias mediáticas, como la que se presentó esta semana ¿lo recuerda?, mire, lo peor de todo no fue la declaración, ni los comentarios que se hayan desatado en la opinión pública, considero yo que lo delicado es el mensaje que se queda flotando en el aire, los inicios del verdadero estilo de gobierno que tendrá México el siguiente sexenio. Algunos analistas dijeron que el afirmar que el país está en bancarrota es como para curarse en salud en caso de no cumplir con las expectativas de campaña, otros conocedores de temas financieros de la nación aseguran que no hay razón para decir que estamos en quiebra. El tema como le digo pasa a un segundo plano, la alerta que me enciende es el tipo de mensaje que manda; apelando al gurú y vidente de la comunicación el gran Marshall McLuhan, “el medio es el mensaje” contagiado por sus diputados y senadores cayó en la tentación del populismo de izquierda casi socialista mal aplicado, el neoliberalismo no sirvió de nada y entonces eso ocasionó que el país este mal económicamente. Si Andrés Manuel se refirió a que el índice es alto en la población que se encuentra en extrema pobreza esa es otra cosa, los recursos están mal distribuidos y dudo mucho sinceramente que él y su equipo puedan cambiar las partidas presupuestales para corregirle la plana al Quique.
Impaciente por gobernar, declaraciones populistas para ganarse… ¿ganarse qué? Las miradas sigilosas de nosotros los mortales, la confianza de los desinformados, el aplauso de sus bancadas, no lo sé.
Recuerdo que cuando iba en la primaria, en aquellos días en que Queen y Kiss se batían en duelo radiofónico para gusto de sus seguidores, de pronto corrió el rumor que existía un grupo de desalmados que estaban cortando cabezas a los niños, que se metían a las escuelas primarias disfrazados de conserjes y cuando íbamos al baño… Sopas, adiós cabeza. Si dominabas la vejiga en la escuela de todos modos estabas en peligro pues en las neverías ambulantes, aquellos camiones que vendían helado por la calle, en esos mismos vehículos al parecer indefensos se escondían los degolladores de niñas y niños. Por fortuna ninguna de mis primas y primos, amigas o amigos les falta la cabeza, pero qué tal la psicosis infantil. Remito la anécdota porque si me hubieran dicho a esa edad que encontraron en Jalisco dos cajas de tráiler con cadáveres congelados, qué reacción hubiera tenido. Desafortunadamente ahora no es leyenda urbana ni ficción, aunque déjeme decirle que por los primeros años del nuevo milenio corría el rumor de un hecho casi idéntico, sólo que en esa ocasión no hubo nada que confirmara el suceso.
Andrés Manuel impaciente por gobernar, esperemos que al momento de la verdad y cuando se vengan los tiempos en que la decisión cambie la ruta del país para bien o para mal, no le tiemble la mano, mientras tanto sigamos viendo bengalas lanzadas por lo marinos gringos de San Diego California y pensemos que es la tan esperada y querida invasión extraterrestre o por lo menos el plato volador que viene por nuestra querida y flamante nueva clase política mexicana.
[email protected] | @ericazocar