Carlos Reyes Sahagún | Cronista del municipio de Aguascalientes
¡Coches, coches, coches! ¡Por todas partes automóviles! ¡El progreso a todo lo que da!
Me acuerdo de un estudio sobre el desarrollo, realizado en los años 50 en los Estados Unidos, en el que se determinaba el índice de desarrollo social a partir del número de teléfonos, televisores, etc., por habitante. Quizá se incluían también refrigeradores, automóviles; no lo recuerdo. Por mi parte preferiría medir el nivel de desarrollo social por el número de artistas que tenga una sociedad por persona; compositores académicos, escritores, teatreros, artistas plásticos, bailarines… Aunque probablemente el mejor índice de todos, probablemente imposible de medir, sea el de la felicidad. ¿Las cosas que hacemos; las que tenemos; lo que somos, nos hacen más o menos felices?
En fin. Si incluimos a los vehículos automotores en esta lista de indicadores del desarrollo, Aguascalientes sería una sociedad tremendamente desarrollada, según se advierte en la imagen, que corresponde a Avenida Universidad, al sur del paso a desnivel de la Avenida Colosio, a la altura del Club Campestre.
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