- Parte de los cerca de 120 millones de metros cúbicos de desechos domésticos, industriales y agropecuarios que son vertidos al cauce pudieran estarse colando a través de las fallas geológicas a la principal fuente de agua potable del estado
- Geólogo recomienda a Gobierno del Estado sellar con arcilla las grietas que convergen con el río
Por años, el río San Pedro ha sido receptor de desechos domésticos, industriales y agropecuarios, cada año se depositan cerca de 120 millones de metros cúbicos anuales de aguas residuales, lo que no sólo representa un foco de infección sino un riesgo de contaminación al manto acuífero del Valle de Aguascalientes.
Lo anterior, debido a la filtración de contaminantes a través de las fallas geológicas que convergen con el cauce, mismas que tienen varios kilómetros de profundidad y conectan con las reservas del subsuelo, mismas que constituyen la principal fuente de agua potable en el estado, advirtió Arturo Sotelo Rodríguez.
El ingeniero geólogo citó un estudio efectuado por científicos de la Universidad Autónoma de Aguascalientes (UAA), quienes establecieron 73 puntos de colecta a lo largo del cauce, en los que se tomaron muestras puntuales de agua y sedimentos; derivado del estudio realizado con la colaboración de los instituto del Medio Ambiente y Agua del Estado, la delegación de Conagua y los organismos operadores del agua, se encontraron todo tipo de contaminantes, desde metales pesados -arsénico, mercurio, plomo, zinc, cadmio- sangre, orina y deshechos fecales.
El especialista destacó: “En todos los puntos de muestreo se observaron cuentas de organismos coliformes totales y fecales entre cien y diez mil veces superiores al límite normal permitido. Más del 80 por ciento de las muestras de agua presentó concentraciones de detergentes y de anilina superiores a los 20 miligramos por litro, niveles considerados como tóxicos”.
Con respecto a las concentraciones por minerales pesados, el cinco por ciento de las muestras presentaron niveles de mercurio y cromo mayores a los límites permitidos, y más del 90 por ciento de las muestras tenían un contenido de aluminio superior a los valores típicos admitidos.
El también secretario general del Colegio de Geología explicó que las fallas geológicas son tan importantes que, algunas de estas, controlan el cauce del río San Pedro, debido a los movimientos distensivos a los que está sujeto el territorio estatal; algunas guardan un paralelismo casi perfecto, debido a que tienen un mismo origen tectónico, aunque se formaron en diferentes períodos geológicos, y “es precisamente, en donde converge el paralelismo referido, en donde se están infiltrando las aguas negras que transporta, con la terrible y consecuente contaminación de los mantos acuíferos”.
Señaló por lo menos dos grietas de 45 años de antigüedad en donde el problema es más agudo, una a la altura de la UAA de un kilómetro de longitud y otra cercana al fraccionamiento Vergeles, de 1.5 km.
Arturo Sotelo anotó que el Gobierno del Estado pretende invertir casi cien millones de pesos en el saneamiento de la cuenca del río San Pedro, pero no se tiene contemplado evitar las filtraciones de aguas negras por las fallas. Por este motivo, el geólogo propuso sellarlas con arcilla para evitar la infiltración, proyecto que costaría cerca de un millón de pesos.
Otras de sus propuestas consiste en desviar el cauce por donde pasara una falla, lo que se aplicaría en períodos de estiaje siempre y cuando topografía y el derecho de vía de la Conagua lo permitieran.
El río San Pedro recorre el estado de norte a sur y, con una longitud de 90 kilómetros, constituye el sistema hidrológico más importante del estado. A lo largo de todo el cauce y sus principales afluentes, se tienen contabilizadas más de 350 descargas de aguas residuales, lo que representa el 96 por ciento del líquido expulsado por las plantas de tratamiento. En las márgenes de este río se asientan 56 comunidades que concentran una población cercana a los 800 mil habitantes.