- Se manifestaron frente a Palacio Legislativo en busca de apoyo
- Al menos 70 familias siguen a la espera de los permisos
Un grupo de tianguistas organizados de la Unión Lázaro Cárdenas se instalaron frente a las puertas del Palacio Legislativo para solicitar apoyo de alguno de los legisladores frente ante sus exigencias al gobierno municipal de que sean respetados los acuerdos para permitirles instalarse en varios espacios.
Marco Antonio Gutiérrez reconoció que los comerciantes que integran esta organización son pequeños y se instalan en varios espacios como esquinas, banquetas y en algunas festividades como la pasada Romería, “Estamos aquí a ver si se tentará el corazón algún diputado de cualquier fracción, porque también se deben interesar en lo que le pasa a la gente, al pueblo, que antes que comerciantes somos ciudadanos”.
El líder reclamó que la alcaldesa María Teresa Jiménez Esquivel protege al actual director de Reglamentos, por órdenes del exalcalde Juan Antonio Martín del Campo, para no respetar los acuerdos verbales ni con permiso en mano, a tal grado que mandan intimidar a los comerciantes a través de los policías preventivos, como ocurrió el pasado lunes frente a la Presidencia Municipal, en donde desalojaron a un vendedor de agua de coco, a pesar de que ya se había llegado un acuerdo para que no hubiera problema para su instalación.
El tianguista aseveró: “El desalojo fue por orden del director de Reglamentos, Israel Díaz, pero con el consentimiento del secretario de gobierno, Gerardo Beltrán, por eso venimos con un pliego petitorio, para protestar de que ya llevan un año y siete meses que siguen sin cumplir con los permisos, pero a sus amigos sí les dan; fue en el caso de la Romería, sin haber tenido ni un años de antigüedad a muchos les dieron como pagos de campaña, por parte de la alcaldesa”, vale la pena aclarar que Israel Díaz se desempeña como director de Mercados, mientras que el director de Reglamentos municipal es José de Jesús Aranda Ramírez.
Marco Antonio Gutiérrez detalló que en el caso del centro de la ciudad se han visto perjudicadas doce personas, quienes están aún a la espera de sus permisos para vender sus productos, mientras en el resto de la ciudad son alrededor de 60 familias que viven de sus pequeños comercios, luego de que se suscribieron nueve puntos, sin que se haya cumplido uno solo.