Conocí al poeta Óscar Santos en un encuentro literario organizado por la Universidad Autónoma de Aguascalientes (UAA), yo entonces no tenía ni tres meses de haber llegado a vivir en esta ciudad para estudiar la Licenciatura en Medios Masivos de Comunicación, y aunque ya había escrito unos cuantos poemas en ese tiempo mi ánimo estaba en la narrativa.
En ese encuentro también me presentaron a Rubén Chávez junto con Óscar y de inmediato nos hicimos amigos. Desde aquellos años siempre he reconocido el tremendo talento y oficio poético de Óscar Santos de quien me atrevo a asegurar que es el mejor poeta de mi generación en Aguascalientes.
De esa amistad de tantos años con Óscar Santos y Rubén Chávez debo mi decisión de dedicarme a escribir poemas y dejar a un lado a la narrativa, gran parte de mi formación como escritor en esos años está vinculada a esa amistad de la que surgió primero la efímera Sociedad de Escritores Jóvenes de Aguascalientes y posteriormente el grupo literario Tangente en el que participamos junto con Óscar y Rubén, Jorge Antonio Villalobos, Alberto Domínguez y Patricia Ortiz. El grupo Tangente, coincido con Santos, existió como tal de 1988 al 2004.
En la tarde del jueves pasado me reuní con Óscar Santos a beber un café, es una dicha encontrarme con un amigo de tantos años después de meses de no vernos. En ese encuentro recordamos mucho de lo que ha sido su trayectoria, de los años en que estudiaba Ingeniería Civil de la que es egresado dedicándose al diseño estructural. Hablamos un poco de cómo surgió ese grupo de amigos que se convirtió en grupo literario.
Desde aquellos años hasta ahora, Óscar se caracterizó en cuidar sus textos y en no publicar de inmediato, en ejercer el oficio puliendo los textos hasta lograr un trabajo depurado y de calidad. De pocas palabras, de mirada y de actuar generoso, Óscar es un poeta del que siempre he tenido la opinión certera y rigurosa sobre mis poemas cuando nos hemos pedido opinión para mejorar nuestros textos.
En su trayectoria literaria Óscar Santos ha publicado los poemarios “Palabras largas” en 1992, “Afuera, la ciudad” ese mismo año, “Dos habitaciones” y “Geometría de acróbatas” en 1996, “Debajo del trapecio” en 1998, “Bajo los anillos del invierno” en el 2000, “Libro del entendimiento” en 2010 y su más reciente libro “Chernóbil” en 2011. A sus publicaciones individuales se suman textos incluidos en varias antologías en México, así como en revistas y suplementos culturales en el país.
Como resultado de ese trabajo poético ha recibido los premios Salvador Gallardo Dávalos en 1992, convocado por el Instituto Cultural de Aguascalientes (ICA), el Premio Nacional de Poesía Efraín Huerta en 1995, convocado por el Instituto de Cultura del Estado de Guanajuato, el Premio Nacional de Literatura Gilberto Owen 1996, convocado por la Dirección de Investigación y Fomento de Cultura Regional del Estado de Colima, siendo además becario del Fondo Estatal para la Cultura y las Artes del Estado de Aguascalientes en la disciplina de literatura de 1996 a 1997.
De esos primeros poemarios a “Chernóbil” puedo encontrar una transformación en su obra, Óscar Santos era más bien un poeta de textos intimistas y en su más reciente libro se muestra como un escritor que desde su perspectiva busca retratar una realidad concreta a través de las emociones de sus personajes.
“Son textos empáticos”, comentó al recordar el resultado de ese libro “se trata de mirar en los ojos del otro, de ponerse en los zapatos del otro, del padre que vive esa situación, del hijo, de lo que les ocurre. No se trata de dar respuestas definitivas, ojalá y esos poemas inviten más a que surjan preguntas, nuevas preguntas más que respuestas”.
Lector constante, Óscar Santos añadió que en su tiempo libre lee poesía y gusta de la ciencia ficción, no ha dejado de escribir poesía a lo largo de estos casi siete años de silencio.
“Sigo escribiendo poesía”, me comentó al preguntarle sobre sus proyectos recientes en literatura “hago poemas sobre diferentes temas, no es propiamente el proyecto para un poemario en específico, pero la mayoría tiene como hilo conductor el problema de la violencia en México”.
Agregó que de salir un libro de poemas y de lo que en esos textos desea expresar, ese poemario estaría ahora avanzado en un cincuenta por ciento, aunque por ahora no ha publicado algo desde su libro “Chernóbil”.
Del grupo Tangente comentó que desapareció cuando cada uno de sus miembros tomó su propio camino, algunos a residir fuera de México o de Aguascalientes y de tomar cada cual un rumbo diferente en lo que escribía. Ahora, muchos de sus vínculos de amistad en la literatura los ha encontrado fuera de Aguascalientes, aunque de vez en vez existe el contacto con los que fuimos miembros de ese grupo literario.
Leer a Óscar Santos nos da la oportunidad de encontrarnos con un poeta maduro que nos comparte poemas bien realizados, recomiendo transitar su obra y conocerla, ojalá pronto podamos ver sus nuevos textos.