A pesar de las promesas hechas al inicio de la actual administración estatal y pese al proyecto presentado por las mismas autoridades y avalado por nuestros legisladores, el servicio de transporte público en Aguascalientes sigue siendo muy deficiente.
La problemática ha crecido junto con el número de usuarios y aunque se habría anunciado el compromiso de que en este mismo año habría avances con la aplicación de la nueva ley, esto simplemente no se ha podido cristalizar.
En nuestra entidad más del 40 por ciento de la población utiliza este medio de transporte, por lo que la exigencia de todos los días va, en primer sentido, en cumplir con puntualidad y frecuencia el paso de unidades de las 50 rutas que circulan por la ciudad; luego, que los choferes garanticen la seguridad tanto de sus pasajeros como de los peatones y automovilistas.
Hay otras condiciones que también son indispensables como el mantenimiento y renovación de las unidades, su limpieza y la capacitación que debieran ser constantes para quienes están detrás del volante.
De todas estas, casi me atrevería a asegurar que no hay una unidad que las cumpla en su totalidad. Los concesionarios están más preocupados por el tema de las ganancias, que por ofrecer un mejor servicio y visualizando que a largo plazo, más personas lo utilizarían.
Los niveles de contaminación que ha alcanzado nuestra ciudad son bastante altos, las mismas dependencias responsables de la información que se canaliza para conocimiento de la población en esta materia, han dado cuenta que estamos en una problemática tan grave como algunas de las grandes ciudades de nuestro país.
Considerando lo que han llevado a cabo otras naciones, un servicio de transporte público adecuado pudiera ser una alternativa para cubrir las necesidades de movilización de las personas, sin embargo, ello está muy lejos de serlo.
Aunado a lo anterior, es importante considerar que las condiciones en las que laboran los choferes tampoco son las idóneas para cualquier trabajador. Los horarios que cubren en dos turnos que por supuesto no quieren dejar dado a que no pueden cubrir sus necesidades económicas con uno solo, pueden llegar a las 17:00 horas.
Al mismo tiempo estos son responsables de sus unidades, de la limpieza y el servicio o mantenimiento que deben recibir y mediante los continuos reportes que estarían presentando a sus patrones.
Ahí, en el día a día, bajo el estrés, el tráfico intenso, el calor y la presión que los concesionarios ejercen, se olvidan los modales; mucho menos hay tiempo para la preparación. Con cumplir con sus horarios les es suficiente.
Los más afectados por su puesto, son los usuarios. Seguimos esperando los primeros resultados de este proyecto que pretende transformar el transporte público en Aguascalientes.
Mientras nuestros gobernantes no se suban a los camiones y se mantengan al margen de lo que miles de habitantes viven todos los días, no habrá una verdadera transformación a éste que debiera ser uno de los primeros retos a enfrentar.