- Considera Canacar que esta tradición debe preservarse y fomentarse
- Taxistas y choferes de transporte de pasajeros y de carga participan en esta actividad desde hace más de 40 años
Entre los tres mil vehículos que participaron en la peregrinación de vehículos de motor hacia la Catedral de Aguascalientes en honor a la Virgen de la Asunción, más de 500 pertenecen al sector del autotransporte de carga y pasaje, reportó Roberto Díaz Ruiz, presidente local de la Cámara Nacional del Autotransporte de Carga (Canacar), quien recordó que desde hace 40 años los conductores participan de esta actividad, para lo cual acuden a las constantes reuniones que organiza la Diócesis de Aguascalientes para integrarse a esta “ruidosa peregrinación”, dijo.
El objetivo es que, como cada año, se reporte un saldo blanco y que dentro de lo posible no provoque esta actividad tantas molestias, en especial después de las diez de la noche y para los vecinos por donde pasa la peregrinación que comienza a partir del parque El Cedazo y baja de Segundo Anillo de Circunvalación por La Alameda hacia el centro de la ciudad.
Recordó que año con año participan alrededor de tres mil unidades de automotores, tanto de transporte urbano, de las diversas asociaciones de taxistas que conforman el grueso del contingente, al representar el transporte de carga alrededor de 500 unidades, las cuales finalmente son las que más llaman la atención de quienes gustan de presenciar esta peregrinación que para muchos se antoja caótica.
Para el presidente de la Canacar esta peregrinación es una tradición que hay que preservar y fomentar, y así es como lo entiende la Diócesis de Aguascalientes.
Respecto a los acuerdos a los que llegaron los taxistas, choferes de transporte y de carga para este año, es el llevar en sus unidades un cartel que, además de ser su pase de participación en la peregrinación, debían colocar de manera visible en el vehículo, pues además al reverso se les recordaban las reglas a cumplir en el trayecto hasta Catedral.
Algunas de estas recomendaciones fueron: circular con las luces encendidas, hacer la marcha lo más lenta posible, no jugar arrancones, no ingerir bebidas alcohólicas “ni ninguna otra cosa que pueda alterar la seguridad”; no arrojar dulces a los niños y mejor parar a dárselos, a fin de que evitar que se les crucen a las unidades; no hacer carrusel, pues algunos conductores acostumbran a terminar el trayecto y reiniciarlo, lo que provoca que la peregrinación finalice cada año hasta después de la medianoche.
Roberto Díaz aseveró que con la peregrinación no se detiene la actividad de los transportistas del estado en las carreteras, pues normalmente los conductores dejan su remolque ya cargado para hacer su recorrido en la peregrinación, para luego ir por su carga e iniciar su viaje; esto se realiza a fin de que no se entorpezca la actividad económica.