Estimado lector, el día de hoy hablaremos un poco de la integración del gabinete de Andrés Manuel López Obrador. Un gabinete que ha sorprendido en más de un sentido.
Andrés Manuel sigue con su política mesurada y podríamos decir que hasta amorosa. Si bien es cierto mostró su rostro real cuando llegó la multa del INE por lo del fideicomiso, que la verdad es la siguiente, sí se hizo mal uso de los recursos, está documentado y visto, pero la multa no es correspondiente, es excesiva, ¿por qué?, porque a Jaime Rodríguez por la falsificación y compra de firmas (que es también un delito electoral) se le impone una multa mínima, del 15% del monto ejercido indebidamente, y a Morena se le quiere dar una multa de 225%, incongruencia de la ejecución de la multa, mas no de la realidad del hecho fraudulento o ilegal; también es cierto, que ha sido mesurado en sus políticas anunciadas, hasta las del fin de semana pasado.
Quisiera hacer las siguientes reflexiones respecto a lo que se está gestando en el país en política.
Primero, Anaya es un mentiroso consumado, en su acto final, cuando reconoce la victoria de Andrés Manuel, le dice claramente que en él y en su partido encontrará a una oposición firme, colaboradora cuando sea por el bien del país, pero también acusatoria cuando las cosas no se hagan correctamente. La pregunta actual es, ¿donde está Anaya? Perdido, recluido en algún lugar de Estados Unidos, sin actividad en sus redes sociales y menos en su partido. Su llegada al poder en el PAN dejó muy fracturado el mismo. Las diferentes fracciones políticas que englobaban al PAN se fueron debilitando, fueron expulsadas o bien, minimizadas. Los cuadros políticos que existen en el PAN son solo aquellos que quiso impulsar “el chico maravilla”. Actualmente, ese partido está a la deriva. Vaya, ni los gobernadores hacen contrapeso o tratan de darle rumbo al mismo. Todos están haciendo por sí mismos, dejando a la deriva al partido. Está pasando lo que ocurrió en la década de los setenta, cuando el PAN perdió todos sus cuadros fundadores y no existía una corriente nueva que le diera empuje, ya que los empresarios estaban más preocupados por el enfrentamiento con el gobierno, que pensar en hacerse del poder a través del PAN, que fue lo que ocurrió hasta que llegó Clouthier.
Segundo, el PRI pareciera que desapareció. Tiene el más bajo nivel de senadores y diputados de toda su historia, relegado hasta el tercer o cuarto lugar en varias entidades. ¿Quién será el dueño del partido? Osorio Chong sin duda. Se dice que Carlos Salinas de Gortari tomó por asalto el PRI con el nombramiento de su sobrina como presidente del partido, Claudia Ruiz Massieu Salinas, hija del malogrado José Francisco Ruiz Massieu, asesinado al término del sexenio de Salinas de Gortari, por situaciones nunca esclarecidas (Rafael Loret de Mola tiene teorías al respecto que pueden leer en sus libros). Pero el verdadero poder será Osorio Chong, líder de la bancada del senado del PRI. 13 senadores de 128 nada más, demasiado poco, el 10%. Muy por detrás de lo que tienen otros partidos. Tiene además, a los 5 senadores del Verde y al escaño del Panal, aliados suyos en las elecciones de su lado, eso da la cantidad de 19 senadores. Su carta fuerte es que su “partido” el PES, que jugó con Morena, pero está descontento porque está perdiendo tanto su 3% como por la elección a cargos del gabinete a personas contrarias a su religión (pro aborto y pro igualdad de la comunidad LGBTTT), muy probablemente se la jugarán con Osorio Chong. El PES tiene 9 senadores, de acuerdo a los arreglos con Morena, por lo que tendrían 28 senadores en bloque, 5 más que el PAN, que necesitaría ir en bloque, pero ese bloque realizado con el PRD y MC parece más roto que nunca, necesitaría los 8 del PRD y los 7 de MC para convertirse en realidad en una segunda fuerza, si no, Osorio tendrá el poder para negociar ante Morena, una realidad que está de no creerse.
Y tercero. El gabinete de AMLO está conformado, por un lado, por personas muy capaces, y por otro, conformado con pillos, piratas, y gandallas como Manuel Bartlett, exgobernador de Puebla, orquestador del fraude contra Cárdenas y el triunfo de Salinas. Expulsado del PRI cuando expulsan precisamente a Salinas de Gortari. Y lo ponen a cargo de la CFE. Además, el gabinete tiene un promedio de edad de 70 años. No hay cabida para los jóvenes.
En fin, regresó el pasado. El PRI no está muerto como se pensaba, Morena es el viejo PRI (o eso parece) y el PAN está desaparecido y sin rumbo. Justo como en los años setenta.