Aunque seguramente no fue la intención de Cervantes, la frase de El Quijote se ha convertido en una expresión popular para ironizar sobre la elevada influencia de la Iglesia en los asuntos públicos. Y aunque, gracias a Dios, la influencia de la Iglesia en asuntos de Estado no es la misma hoy que en el siglo XVII, pretende seguir imponiendo sus creencias en la legislación de países laicos como España, México o Argentina.
En Argentina, con el debate en el Senado de la aprobación de la Ley del Aborto, convocó manifestaciones en la residencia del presidente de la República y endureció su discurso contra la ley llegándola a comparar con la dictadura. Sorprendente, ya que fue la iglesia la institución que apoyó a los militares de la dictadura Argentina, la que estuvo presente en los centros en los que se cometían las peores atrocidades y que incluso está señalada como cómplice de esa dictadura por una sentencia de 2013.
En México, la presión de la Iglesia en 2016 fue determinante para evitar el cambio legislativo que permitiera el matrimonio entre personas del mismo sexo, a pesar de existir sentencia inapelable de la Suprema Corte de Justicia de la Nación que reconoce ese derecho. De esta manera, los legisladores de un país que se declara laico desde su Constitución supeditan el interés general al interés electoral, los derechos de todos a las creencias de unos muchos y subordinan el Poder Legislativo al clero.
En 2016 la elección a gobernador en Aguascalientes también topó con la iglesia. Pero la derrota de Lorena Martínez en esa elección no vino determinada por la iniciativa del presidente para legislar en favor de los matrimonios entre personas del mismo sexo, sino por la ruptura con los sectores liberales de la sociedad que siempre se habían identificado con ella. La campaña de Lorena Martínez asume una posición contraria al matrimonio igualitario intentando conectar con un electorado de corte conservador y abandonando al electorado liberal. Finalmente, el electorado conservador se quedó con quién mejor los representa históricamente (el PAN) y el electorado liberal abandona a la que hasta entonces había sido su opción. Muchos harán una lectura diferente a la mía sobre el resultado electoral, pero para los que duden, les comparto dos datos: 1. Según la encuesta nacional de Gabinete de Comunicación Estratégica en Aguascalientes el 49,8% de los ciudadanos con derecho a voto están a favor del matrimonio igualitario frente al 45% de ciudadanos que están en contra. 2. Para los que no lo recuerden, Martín Orozco en la campaña de 2016 ofreció acatar las recomendaciones de la SCJN sobre el matrimonio entre personas del mismo sexo y prometió respetar los derechos de las personas homosexuales.
En 2018, aunque de una forma más ladina, la Iglesia también tuvo presencia en la campaña electoral a través del Frente Nacional por la Familia. Durante los meses de la campaña electoral fueron diversos los candidatos que firmaron la plataforma del Frente Nacional por la Familia. Candidatos como Paloma Amezquita del PAN, Guadalupe Martínez de Morena y Paco Guel del PRI, hicieron suya la plataforma ultraconservadora que entre otras cosas pretendía modificar la ley de asociaciones religiosas y culto público para que las convicciones religiosas pudieran eximir el cumplimiento de las leyes del país permitiendo alegar motivos religiosos para evadir obligaciones legales. Semejante aberración legal y atentado contra la separación entre Iglesia y Estado es lo que asumieron algunos candidatos a cambio de la expectativa de ganar un puñado de votos. Aunque en algunos casos ni así fueron capaces de superar el 19%.
En los últimos años, el debate político nos ha permitido conocer la posición de políticos, candidatos e instituciones, fuera ideológica, interesada o electorera. Sin embargo, a fecha de hoy quedan aún dos grandes incógnitas:
¿Cuál es la posición de la presidente municipal Teresa Jiménez respecto del matrimonio entre personas del mismo sexo?
¿Qué opinan el Frente Nacional por la Familia, los candidatos firmantes de su plataforma y la jerarquía eclesiástica local sobre la noticia publicada hace unos días que demuestra que El Vaticano sabía de los abusos sexuales a menores que se producían en la institución desde 1963?
Pareciera que los pretenden imponer sus creencias a terceros no tienen mucha moral cuando se trata de los suyos, sean dictadores o cosas aún peores.