El público aplaudió de pie durante algunos minutos, el entusiasmo era general en toda la sala del Teatro Aguascalientes y es que verdaderamente se hizo un trato muy digno del repertorio ejecutado para esta gala de ópera con la que se cerró la segunda temporada del año de la Orquesta Sinfónica de Aguascalientes. El maestro José Areán, director titular de la Sinfónica agradeció al auditorio que pobló generosamente el patio de butacas, no fue un lleno, pero sí podemos hablar de una entrada muy decorosa.
La gala de ópera anunciada para el cierre de temporada inició con selecciones de arias para tenor y soprano de dos óperas de uno de los más grandes belcantistas en la historia del canto operístico, me refiero a Gaetano Donizzeti, de su obra Elisir D’amore disfrutamos de Una parola o Adina y la célebre Una furtiva lágrima, y de Lucia di Lammermoor, Regnava nel silenzio… Quando rapito in estasi. Dos obras del mismo compositor pero de perfil opuesto, Elixir de amor una ópera bufa en dos actos, mientras que Lucia es una de las más célebres tragedias en el muy amplio repertorio operístico. Después de estas arias seleccionadas cuidadosamente por nuestro director titular, escuchamos de la ópera La Traviata de Giuseppe Verdi el Preludio, pasaje instrumental, para después continuar con las arias Un di felice, Lunge di lei… De’miei bollenti spiriti y terminar con el repaso a La traviata con la muy conocida È strano…Sempre libera.
En la segunda parte de la gala de ópera escuchamos pasajes de Romeo et Juliette de Charles Gounod, sin duda estos dos amantes, probablemente los más conocidos en la literatura universal, han sido frecuentados por todas las ramas de las bellas artes y la música, por supuesto que no es la excepción, además de esta reconocida ópera de Gounod, tenemos el ballet sobre el mismo tema de Prokofiev o la Obertura Fantasía sobre estos dos eternos amantes de Verona de Tchaikovsky y si le seguimos buscando sin duda saldrán muchas más.
Después de Gunod escuchamos uno de los momentos cumbres de esta noche empapada por los encantos de la ópera, una de las razones que me hacían frotarme las manos de entusiasmo, no es lo mismo escuchar una grabación en casa, aunque sea con Karajan al frente de la Filarmónica de Berlín, que disfrutarla en vivo, me refiero al Intermezzo sinfónico de la ópera Cavalleria Rusticana de Pietro Mascagni, por Dios, a riesgo de que pienses que soy un exagerado, pero créeme que solo de recordar ahora que escribo lo que tú, amigo melómano, amablemente estás leyendo, se me vuelve a poner la piel chinita y la emoción me invade como una especie de tsunami irreprimible.
De por si la obra en cuestión siempre ha sido una de mis favoritas, yo creo que lo es de cualquier melómano, o aunque no lo seas, incluso en el caso de un lego en estos encantos de su majestad la música, no puedes reprimirte a la emoción que te genera esta encantadora música.
Pues bien, una vez repuesto de la interpretación que nos ofreció el maestro Areán, continuamos con tres arias de una mis óperas favoritas, La Bohemia de Puccini, primero Che gelida manina, Mi chiamano Mimí y finalmente O soave faniculla.
Los intérpretes de esta Gala de ópera fueron dos jóvenes cantantes, la soprano Leticia de Altamirano y el tenor Alan Pingarrón, soberbio su trabajo con una convicción impresionante y una técnica que les permitió estar a la altura del repertorio presentado. Los dos, a pesar de su juventud, con una trayectoria interesante. En el caso de Leticia de Altamirano se le define como una voz lírica, y sin duda lo es, esto le permite, por supuesto, abordar con dignidad repertorios muy exigentes y demandantes, yo me atrevo a calificarla como belcantista con todo lo que esto representa. Alan Pinagrrón se desarrolla con la misma solvencia, tanto en el repertorio operístico como en el sacro, y créeme, amigo melómano, no es lo mismo.
La verdad yo quedé fascinado, llegué al teatro con una sobredosis de cansancio, pero se necesita mucho más que eso para que deje de asistir a un concierto de la Sinfónica, así durante el desarrollo de la Gala de ópera, mi cansancio pasó al olvido y se mutó por un entusiasmo que definiéndolo en términos musicales, digamos que iba in crescendo.
Como ya lo hemos comentado, la temporada de nuestra máxima entidad musical terminó este viernes 13 de julio, se van de vacaciones los músicos de la orquesta para después preparar la ópera El trovador que será puesta en el teatro Bicentenario de León, Guanajuato, a finales de agosto y el 1 de septiembre. No sé si también será representada aquí, pero me parecería una injusticia para los melómanos de Aguascalientes que no fuera así, entiendo que es justo que disfrutemos de nuestra orquesta en nuestra ciudad, además. El Teatro Aguascalientes tiene todos los requerimientos para un montaje operístico de calidad, de hecho ha sido la sede de muchas grandes producciones de ópera, solo por recordar algunas, Rigoletto, La Traviata, La Bohemia, Madama Butterfly, Lucia di Lammermoor, Elixir de amor, Bastian y Bastiana, La flauta mágica, Fidelio, Carmen dos veces, la primera muy digna en el Teatro Aguascalientes, la segunda una malísima broma en la plaza de toros San Marcos, en fin, han sido varias, y en todos los casos con una respuesta muy favorable de parte del público, así que esperemos ver El trovador de Verdi en nuestra ciudad.
Por otro lado, hoy, a las 12:30 horas en el Teatro Morelos inicia la edición XIV del Festival de Música de Cámara Aguascalientes con la presentación del cuarteto de cuerdas José White y el acordeonista Vincent Lhermet, por ahí nos veremos si Dios no dispone lo contrario. Hasta entonces.