La decisión que la ciudadanía tomará hoy no se trata de elegir un nuevo presidente de la República, tampoco de renovar los Congresos, los ciudadanos que hoy saldremos a votar estaremos decidiendo quiénes vamos a ser en el futuro.
A lo largo de este proceso electoral, al que calificamos de histórico por múltiples razones cuantitativas, hemos escuchado que la elección se resolverá en lo que los mexicanos queremos ante la corrupción y la inseguridad, los dos grandes temas que han permeado todas las campañas; también se ha dicho que se trata de elegir qué tipo de cambio queremos o si nos resignamos a la continuidad del sistema; otra de las características que se ha subrayado de este proceso es que se pondrá final al partidismo tal y como lo conocemos. Y sí, es todo eso, pero más que definir lo que los ciudadanos deseamos en contra o a favor de algo, en oposición o simpatía con alguien, lo que determinará nuestro voto es el tipo de sociedad que seremos una vez contados los votos, a quién veremos en el espejo el día de mañana, cuando la rebambaramba del proceso electoral termine.
Después del 1 de julio, mañana, habrá país, la gente se levantará a trabajar, estudiar, divertirse, amarse, sin importar su preferencia política seguirá la convivencia, porque lo que hoy votamos no está relacionado con el odio, miedo, resentimiento e intercambio de insultos, sobre todo a través de redes sociales, que desató la defensa de un candidato o partido; lo que hoy vamos a votar es cómo queremos eliminar la corrupción, inseguridad, impunidad y desigualdad con que se envilecen nuestras relaciones.
Las mujeres y hombres que hoy votaremos realizaremos un pronunciamiento acerca de la forma en que ya no queremos ser tratados, sobre las instituciones que deseamos, la clase política que merecemos y la forma en que todo eso se relaciona en el día a día.
Cualquiera de las opciones por las que se decidan los electores tendrá que ser respetada por quienes votaron en sentido contrario, incluso por aquellos que decidieron no participar y dejaron en manos ajenas la elección, si no queremos el miedo, la violencia y la desigualdad, el respeto a lo que decidamos será el factor clave que permita seguir construyendo el país que merecemos, el que vamos a dejar a las siguientes generaciones, así: participando.
Hoy nuestro voto caracterizará quiénes podemos ser ante el otro, cómo vamos a tratar al que es diferente, al que es minoría, la idea de mañana que es posible tras participar en la toma de decisiones, tras comprender el peso de cada uno en el conjunto.
Por que definirá quiénes queremos ser ese nosotros mañana, hoy vota libre, vota fácil, vota informado.