La malograda reforma laboral impulsada por Peña Nieto deberá ser concretada al arranque de la próxima administración, porque los trabajadores no seremos plato de segunda mesa.
Si es verdad que la política que será impulsada por la siguiente administración, buscará el beneficio de los mexicanos, entonces, solucionar de fondo el reto de reformar el tema laboral en el país, deberá ser el inicio de los trabajos de lo que López Obrador ha nombrado La Cuarta Transformación de México.
Así, la próxima legislatura federal deberá retomar la reforma laboral, para ponerla en los primeros sitios de la su agenda de gobierno a los trabajadores y sus familias.
La problemática de la clase trabajadora no sólo son los bajos salarios, de toda suerte es la necesidad más sentida, pero no la única, de tal forma que, se deberá tomar muy en serio la reforma laboral y la modernización del sistema de seguridad social para los trabajadores, porque hoy día, el modelo de seguridad para quienes han terminado su vida productiva, no satisface las más elementales necesidades de subsistencia.
Hoy una persona que ha cumplido con sus semanas de trabajo en el IMSS y que cuenta con la edad para su retiro, la pensión que le asignan es de un tercio de su ingreso; esto es, que si un trabajador ganaba en activo mil pesos a la semana, con su jubilación serán apenas 300 pesos, ¿qué se alcanza con 300 pesos en una etapa en donde las personas se vuelven más dependientes?
Andrés Manuel López Obrador ha hecho compromisos con las personas de la tercera edad y con los jubilados, pero sus promesas suenan más a dádivas y a limosnas, y los trabajadores no pedimos limosnas; exigimos justicia y deberá reformarse el tema laboral para hacer justicia a la clase trabajadora.
Para la CROM no existe una postura consolidada de aprobación o desaprobación de lo que será el nuevo gobierno. Lo que realmente esperamos y deseamos es que, en realidad nos vaya bien a todos los mexicanos.
Hay un bono político-electoral muy alto. Las expectativas ciudadanas son las más elevadas en la historia del México moderno, y el nuevo gobierno deberá estar a la altura de las necesidades de los mexicanos y cumplir con todo lo que prometió en campaña.
Los trabajadores estaremos muy atentos a su desempeño. Seremos exigentes en el cumplimiento de compromisos, pero también estaremos participando activamente en todas aquellas acciones de cambio a las que el próximo presidente llame, a efecto de jalar parejo y protagonizar las transformaciones que los mexicanos exigimos para mejorar el nivel de calidad de vida.
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