El Festival de Música de Cámara de nuestra ciudad continúa en su sede, el Teatro Morelos y después del concierto de participantes que nos permitió disfrutar del trabajo académico realizado desde las entrañas mismas del festival, se presentaron el pasado viernes dos intérpretes de primer nivel, la pianista argentina Ana María Tradatti, que ya se había parado en el escenario del Teatro Morelos el lunes 16 en compañía de la violinista Shari Mason, esta fue, entonces, su segunda presentación en el marco del festival, aunque, si no me equivoco, y si me equivoco habrá sin duda alguien que me corrija, ya había estado anteriormente en algunas otras ediciones de este festín del verano aguascalentense. Para esta ocasión, el viernes 20, estuvo con ella la flautista Asajko Arai. Este tándem de grandes instrumentistas resultó ser muy atractivo y ofreciéndonos un repertorio diverso pero al mismo tiempo equilibrado, asunto que no es nada sencillo a la hora de diseñar la programación de un concierto.
El programa se interpretó de la siguiente manera: iniciamos con una obra de Johann Sebastian Bach, se trata de la Sonata en sol menor, BWV 1020, no estoy seguro del todo de la forma original en que la llamado Padre de la música escribió esta obra, pero la ejecución que se hizo para esta dotación fue maravillosa , flauta y piano.
Después de Bach escuchamos Black Anemones de Joseph Schwantner, un compositor estadunidense contemporáneo miembro de la Academia de Artes y Letras desde el año 2002, basta con este inicio del concierto para darnos cuenta de la elasticidad, de lo ecléctico del repertorio que nos ofrecieron las dos grandes intérpretes, desde el período barroco, es decir, nos estamos ubicando en el siglo XVII y mediados del XVIII, hasta ya muy entrado este siglo XXI.
El concierto continuó con Bohuslav Martinu, compositor checo que marca una importante trnasición del siglo XIX al siglo XX aunque en función de su trabajo como compositor, lo debemos entender como un compositor de la primera mitad del siglo XX, lo que se interpretó de él fue su sonata en tres movimientos: I) Allegro moderato. II) Adagio y III) Allegro poco moderato, extraño, de entrada, encontrar una sonata en esta estructura de tres movimientos cuando sabemos que la regla no escrita es que sean cuatro los tiempos, pero ya ves, en este sentido y por fortuna, en música no hay nada escrito, salvo la partitura, que se deba seguir a ojos cerrados. Aunque ya en el siglo XX su lenguaje musical sigue siendo ortodoxo o si prefieres, hasta convencional.
Después del intermedio el concierto continuó con música del compositor estadunidense Aaron Copland, en este caso el Dúo, también en tres movimientos, pero en este caso, en lugar de señalar el carácter de la música en cada uno de estos tiempos, hace referencia a cosas concretas a la manera de la música programática o descriptiva: I) Flowing. II) Poetic. Somewhat mournful, y III) Lively, with bounce.
Pero ¿sabes? Una de las cosas que me han parecido más interesantes en la edición XIV del Festival de Música de Cámara Aguascalientes 2018 es la participación del compositor en residencia del festival, el maestro Jorge Torres Sáenz. Por un lado sus charlas antes de cada concierto resultaron magníficas, creo que, en lo personal, es una de las cosas que más me entusiasmaban de la programación de cada concierto, pero también su música. Previo al concierto del pasado viernes hizo mención del compositor Armando Luna, de quien la OSA tocó una obra no hace mucho tiempo en un concierto que, si no me equivoco, fue dirigido por el maestro Areán. Siempre he sentido una gran admiración por la música de este genial compositor contemporáneo mexicano que lamentablemente falleció no hace mucho tiempo, la primera vez que lo escuché fue en un concierto del ensamble Onix en el Teatro Morelos, al terminar el concierto compré un par de discos de este genial ensamble mexicano de música contemporánea, uno de ellos se llama 5, cinco músicos interpretando la música de cinco diferentes compositores mexicanos, uno de esos era justamente Armando Luna con Pasatiempo concertante para piano y ensamble instrumental, desde ese momento sentí una gran admiración por él.
Pero ya me salí del tema, te iba a contar sobre la música de Torres Sáenz, en tres de los conciertos de esta intensa semana de música de cámara, se ha incluido una composición de él, finalmente es el compositor en residencia del festival y su música es de verdad creativa, me parece ambiciosa y nada complaciente, lo que ya es digno de agradecerse. Mira, entiendo que no tengo los argumentos para calificar la obra de un compositor, finalmente en la música te gusta o no lo que escuchas, por supuesto que en estos terrenos maravillosos de la gran música de concierto se debe tener un oído, por lo menos, si no educado, sí acostumbrado a este lenguaje para poder decir sí o no a una expresión musical. Yo no soy músico, solo soy un melómano incurable que entiende, como Nietzsche, que la vida sin música sería un error, pero creo tener por lo menos la suficiente experiencia auditiva para poder aceptar o no una obra, y lo cierto es que la propuesta creativa de Torres Sáenz me dejó gratamente convencido, buscaré más música de su autoría.
El día de hoy se clausura el festival con la ejecución a cargo de la Orquesta de Cámara del Festival, del Concierto para violín y orquesta No.5 en la K.219 de Mozart. El solista será el maestro Gilles Apap. Nos vemos a las 11:30 horas en el Teatro Morelos.