Estimado lector, el día de hoy hablaremos sobre el ideal que la educación actual debería tener en sus aulas. Quiero aclarar que con esto no estoy diciendo que la Reforma Educativa actual esté correcta o que sería lo mejor acabar con ella. Tengo la sensación de que más que se haga por decreto o ley, la reforma se tiene que hacer desde la base de profesores, y allí es donde quizá tenemos la mayor cantidad de problemas.
La educación ha sido tradicionalmente, desde hace más de 100 años, que fue cuando empezó el esfuerzo de educar a las personas, en Prusia, bajo estrictas reglas y procedimientos. La Prusia (actual Alemania) quería ser un imperio. Estaba deshecha por las guerras de unos y otros, no estaba unificado el pueblo alemán y la gloria de Carlomagno estaba en un pasado de más de 1000 años. Los creadores del II Reich alemán (y la reunificación alemana) se percataron que los ejércitos y pueblos aledaños eran entre desobedientes y flojos. Había que educar al ejército, y, por tanto, enseñarlos a obedecer de forma inmediata y sin chistar. En una guerra, no hay lugar para que te pongas creativo o innovador, las órdenes se tienen que cumplir. Y fue entonces que apareció la Academia que se fue permeando a otras áreas, y en la primera Revolución Industrial adaptaron el tema de la educación para la guerra, en el tema de la educación para la industria. A final de cuentas, se cambió de campo de batalla, pasó de la guerra en los lugares físicos, a una guerra inmaterial por la supremacía de las empresas en la mente del cliente, en el consumidor.
Y esta educación ha tenido pocas modificaciones desde ese tiempo. Seguimos educando para obedecer, para no ser creativo. La respuesta de los exámenes la tiene el profesor, no la tiene el alumno, de hecho, se llega al extremo de que el alumno puede llegar al mismo resultado con otro método o aproximación del problema, y se le pondrá mal automáticamente por no pensar como el profesor o maestra.
Esto ha llevado a una deserción de los estudiantes en los diversos niveles educativos. Y más aún, las nuevas generaciones que tienen la inmediatez del conocimiento (o desconocimiento) a través del internet, las redes sociales, los rumores o los amigos, los profesores y maestras han perdido cada vez más y más el poder que tenían en el pasado.
¿Quiere decir entonces, que ahora debemos educar bajo los estándares laxos del “dejar ser” al niño/niña?
No, el dejar al estudiante sin reglas, sin un marco de referencia puede llevarnos a una educación a lo “mowgli” o “tarzán”, donde no hay reglas, hago lo que quiero y mi inserción en la sociedad es complicada, es más, no puedo llevarme bien con mis pares.
Pero si se debe alentar en la educación, la formación de competencias de innovación, se debe también hacer una adaptación de la matrícula a las diferentes inteligencias que tiene cada una de las personas. El uso y abuso del Coeficiente Intelectual como forma de medición y las matemáticas ha hecho que haya profesionistas que ni son buenos en matemáticas, pero tampoco son buenos en lo que debían ser.
Se debe formar en el trabajo en equipo, en la solución de problemas, en la inteligencia lateral y espacial (se ha hecho viral el video de una persona que no puede por falta de inteligencia espacial), de la inteligencia emocional.
Además se debe formar en la resiliencia, las altas tasas de suicidios se dan entre otras cosas, por una falta de herramientas para enfrentar el fracaso, ya sea profesional, económico, social, afectivo y de otros tipos.
En fin, esta reforma del sistema educativo no se dará en las leyes, se dará en la formación adecuada de nuestros profesores, y es allí, donde creo que no podremos hacer nada.
Espero se pueda hacer algo al respecto en las normales, porque si no, por muchas reformas nuevas, canceladas y reformadas, seguiremos en los mismos niveles educativos del pasado.
Al tiempo.