¿Cuál fue la fuerza que liberó a Prometeo de su
buitre y transformó el mito en heraldo de la sabiduría
dionisiaca? La fuerza hercúlea de la música.
El origen de la tragedia, el espíritu de la música
Friedrich Wilhelm Nietzsche
Me permito iniciar con esta cita de la primera obra publicada del gran pensador alemán Friedrich Nietzsche, por otro lado, un gran melómano y compositor, tiene algunas obras para piano y no sé qué resulta más complicado de entender, si sus profundos textos filosóficos o su música llena de dificultades, tanto para el intérprete como para el auditorio, porque esta cita refleja con la nitidez necesaria la inconmensurable fortaleza de la música. Por otro lado, este mismo texto lo utilizo como rúbrica de mi programa PARTITURA que aprovechando el espacio y la ocasión te invito a escuchar todos los miércoles a las 21:00 horas con repetición los domingos a las 09:00 de la mañana por Alternativa 98.1 fm de Radio y Televisión de Aguascalientes.
Se me vino a la mente esta cita de Nietzsche mientras que el maestro Torres Sáenz, compositor en residencia de la décimo cuarta edición del Festival de Música de Cámara Aguascalientes 2018, nos daba una breve explicación del contenido del programa en el concierto de apertura del festival, sin duda, uno de los más importantes en toda la geografía nacional. Mucho tiene que ver Nietzsche con el programa que disfrutamos ayer domingo a las 12:30 horas en el Teatro Morelos, sede habitual del festival, una de las obras que disfrutamos es justamente de su autoría y se llama Primera Intempestiva, basada, por supuesto en la primera de las Consideraciones intempestivas del filólogo alemán que el propio escritor define como “la maligna carcajada de un espíritu muy libre a propósito de un espíritu que se tenía por tal”.
En fin, no quiero abundar en detalles del destinatario de la obra y qué impulsó a Nietzsche a la redacción de tan certera crítica porque cuando yo hablo de este escritor, invariable e inevitablemente pierdo la compostura, así que dejamos el tema en que la obra del maestro Torres Sáenz está impregnada de ese incontenible espíritu nietzscheano, se trata de una obra escrita para cuarteto de cuerdas, la formación madre de la música de cámara, y acordeón, una dotación instrumental, estarás de acuerdo conmigo, muy poco probable en la música de concierto, pero en buena parte, esto es parte del encanto de la música de cámara, esa inagotable posibilidad de lograr cualquier tipo de combinaciones instrumentales por poco frecuentes o disparatadas que nos parezcan, he ahí su encanto.
Una obra difícil pero si es bien interpretada, como lo fue en este caso, resulta altamente disfrutable. Los intérpretes para esta ocasión fueron el cuarteto en residencia del Festival de Música de Cámara Aguascalientes 2018, el cuarteto José White, artífice indiscutible del nacimiento y desarrollo del festival, y el acordeonista Vincent Lhermet, muy joven pero dueño de una solvencia que no podemos poner en tela de juicio. El ensamble de estos cinco músicos resultó muy afortunado y se logró, creo yo, el objetivo. A juzgar por la actitud del compositor de la obra, el maestro Jorge Torres Sáenz, quedó satisfecho y contento con el tratamiento que recibió su partitura que, hay que mencionarlo, fue estreno en México. Por cierto, esta es la primera ocasión que se incluye en la base de maestros del festival a un compositor lo cual me parece muy afortunado porque esto va a enriquecer el perfil y las perspectivas de esta gran fiesta estival.
El programa inició con el Cuarteto de cuerdas en fa mayor, Op. 135 de Beethoven, uno de sus famosos últimos seis cuartetos, fama por cierto, bien ganada, a decir de muchos melómanos y estudiosos de la música de Beethoven, representan la cumbre de la música, no sólo de Beethoven, sino de toda la historia de la música, además de voces con sobrada autoridad para hablar del tema, entre esas voces podemos contar la del escritor León Tolstoi que en su libro Qué es el arte dice de estos seis últimos cuartetos, como lo mejor que le ha pasado a la música y al mismo tiempo descalifica muchas de las obras musicales a las que la humanidad les ha dado el título de obras de arte, cuestionable y discutible, por supuesto la postura de Tolstoi, pero es Tolstoi, ¿cómo contradecirlo? Lo importante es la ejecución muy digna que hizo José White de esta bella y exigente partitura, eso es incuestionable, por cierto que a este cuarteto, orgullosamente de Aguascalientes, les gustan los retos serios y compromisos difíciles y comprometedores, no hace mucho que en la Ciudad de México presentaron en ciclo complete de todos los cuartetos de cuerdas de Beethoven, y recuerdo en este momento que hace ya algunos años, el cellista del cuarteto, el maestro Orlando Espinosa presentó en dos ciclos las seis suites para violoncello solo de Johann Sebastian Bach, labor nada fácil de realizar.
El concierto de inauguración del festival terminó con las Cinco bagatelas Op. 47 de Dvorak para dos violines, cello y acordeón, aunque originalmente fueron escritas para cuerdas y armonio.
Para esta noche tenemos en el segundo concierto del festival, la presentación de Shari Mason al violín y Ana María Tradatti en el piano con un programa compuesto por la Sonata para violín y piano No.8 en sol mayor, Op. 30 No.3 de Ludwig van Beethoven. La sonatina para violín y piano en la menor, Op. 137 de Franz Schubert y de Johannes Brahms la Sonata para violín y piano No.1 en sol mayor, Op. 78. La cita con su majestad la música es esta noche a las 20:30 horas en el Teatro Morelos, por ahí nos vemos si Dios no dispone lo contrario. Hasta esta noche.