- Con experimentos, talleres y demostraciones, un grupo de jóvenes imparte conocimientos básicos de ciencia en museos, parques o en plena vía pública
- Recientemente este colectivo se unió a la organización Recreación en Cadena, Red Mexicana de Talleristas de Ciencia
El Circo de la Ciencia no tiene animales, ni payasos, ni carpas, pero desborda creatividad e imaginación para impartir talleres y demostraciones sobre física o química y presentar un lado más divertido de las ciencias básicas.
Desde hace cuatro años, Hugo Lozano Montes y un grupo de estudiantes del Centro Universitario de Ciencias Exactas e Ingenierías (CUCEI) de la Universidad de Guadalajara (UdeG) pusieron en marcha el Circo de la Ciencia, una iniciativa de divulgación científica que se vale de demostraciones y experimentos para explicar fenómenos naturales y temas tecnológicos.
Con experimentos, talleres y demostraciones, este grupo de jóvenes imparte conocimientos básicos de ciencia en museos, parques o en plena vía pública de Guadalajara. Hugo Lozano relata que la creación del Circo de la Ciencia fue casualidad, pero logró reunir a un grupo de universitarios interesados en difundir conocimientos de física, química, biología y matemáticas.
Las actividades que organiza el Circo de la Ciencia van desde demostraciones sobre la luz y la óptica, hasta experimentos de distribución de fuerza en los que involucran materiales cotidianos como huevos. Hugo Lozano cuenta que gracias a sus acciones han sido invitados a participar en eventos infantiles. Uno de ellos fue Papirolas, festival masivo para niños en Guadalajara.
“Hemos hecho talleres que son prácticos y divertidos, hay algunos otros talleres para aprender cómo se mide la distancia entre las estrellas, otro sobre qué son las ondas gravitacionales”, relata Hugo, y agrega que ha habido demostraciones en las que incluso se comparten las experiencias de las integrantes del colectivo desde su papel como mujeres en la labor científica.
Las demostraciones que realiza el Circo de la Ciencia también se han mostrado en otros recintos, como la Biblioteca Pública del Estado Juan José Arreola o en el Museo de Paleontología de Guadalajara. También se presentaron durante una temporada en la ruta ciclista dominical tapatía, la Vía RecreActiva.
Demostraciones divertidas
Apoyados por la Coordinación de Ciencias Básicas y la Coordinación de la Licenciatura en Física del CUCEI, los integrantes del Circo de la Ciencia dedican sus esfuerzos a diseñar nuevos talleres y demostraciones para abarcar más áreas del conocimiento. Hugo recuerda que en un principio solo se iban a enfocar en física, pero con la llegada de más miembros se amplió la cobertura hacia otras ciencias: “A nosotros como científicos, físicos, químicos, como gente que estudia ciencia básica lo que nos interesa es explicar la ciencia de lo cotidiano. Todo lo que ocurre en nuestro entorno tiene una explicación científica”.
Para las demostraciones, el Circo de la Ciencia busca utilizar herramientas cotidianas o materiales reciclados, y se apoyan en estudiantes, docentes y egresados de esa universidad para el diseño de talleres o participación en las actividades de este colectivo.
“Una vez propusieron poner tres huevos de gallina en unas bases para colocar una tabla en la que hacían que una persona se parara sobre ellos; la tabla colocada sobre los huevos de gallina soportaba a una persona de 60 u 80 kilos. La gente se impresionaba, luego les explicábamos cómo la forma del huevo hacía que el peso se distribuyera”, señala.
Recientemente este colectivo se unió a la organización Recreación en Cadena, Red Mexicana de Talleristas de Ciencia, por lo que podrán acceder a intercambios de experiencias con otros talleristas para fortalecer sus actividades. Este año la Red consiguió apoyo del Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología (Conacyt), a través del programa de apoyo a proyectos de comunicación pública de la ciencia, la tecnología y la innovación.
Con información de Pablo Miranda Ramírez y del Conacyt