- Empoderamiento económico, mayor participación en el ámbito laboral y de toma de decisiones de las mujeres son sólo algunos de los retos pendientes
- Imposible avanzar hacia la igualdad en un contexto de violencia hacia las mujeres: Marcela Eternod
Es urgente y necesario que el próximo gobierno dé continuidad a la agenda de género y de igualdad para las mujeres, donde aún prevalecen enormes desafíos, señaló Marcela Eternod Arámburu, quien actualmente es suplente en la presidencia del Instituto Nacional de las Mujeres (Inmujeres) y con anterioridad secretaría general de este organismo.
“Es totalmente estructural el que necesitamos el empoderamiento económico de las mujeres, que les permita tener ingresos propios y tomar decisiones para ellas y sus familias. Para que se incorporen las mujeres a los mercados de trabajo, en una cultura y una sociedad como la mexicana, es muy importante que podamos tener toda una infraestructura de cuidados”, señaló Marcela Eternod para La Jornada Aguascalientes, en la que habló de sus preocupaciones ante la cercanía en el cambio de titular del Ejecutivo federal, especialmente en relación con la agenda de género aún pendiente.
Observó que si bien todos los grupos de población requieren de cuidados, en estos momentos es el de 60 años y más el que más está creciendo, y a pesar de que hay una mayor esperanza de vida, esta aún no se traduce en un nivel de mayor bienestar , salud y tranquilidad; por el contrario, está obligando a los adultos mayores a vivir con muchas carencias, especialmente en el caso de las mujeres, quienes dependen de un varón y en ausencia de este quedan totalmente desprotegidas, especialmente en caso de divorcio.
“Tenemos un gran reto, pues México no ha logrado mover su tasa de participación femenina en el mercado de trabajo, pues tenemos muchos años alrededor del 43, 45 por ciento; entonces necesitamos generar condiciones para el empoderamiento económico de las mujeres”, apuntó la especialista en análisis sociodemográfico.
Otro reto que, aunque es enorme consideró urgente enfrentar, es el empoderamiento de las mujeres en la esfera de la toma de decisiones, no sólo en la esfera política, sino en los consejos de administración de las empresas, de la academia y los sindicatos, pues representa una mirada importante para los estados y la Federación, “los gobiernos necesitan hacer suya la agenda de la inclusión, la agenda de género, en el marco de los objetivos del desarrollo 20-30, que integran 17 objetivos con 169 metas, requieren que los gobiernos estatales y municipales a trabajar para conseguir que como país se concreten sin que se quede nadie atrás”.
Entre los innumerables retos, uno enorme es también el respeto a las mujeres, y que dejen de ser considerarlas ciudadanas de segunda, al ser muy cómodo apropiarse de las muchas horas de trabajo no remunerado que aportan a los propios hogares, sin valoración, ni reconocimiento, ni oportunidades; al hacerse cargo de hijos, padres, discapacitados y enfermos. Además, si trabaja, con dobles y triples jornadas, y posiblemente con desigualdad salarial, “por ello viven cansadas, más si deciden seguir su profesión”, subrayó.
Expuso como un caso ilustrativo de los obstáculos que atraviesan las mujeres en virtud de desarrollar su profesión, a las juezas en su carrera judicial, ya que al verse obligadas de cambiar de residencia como les marca su reglamentación, perdían importantes oportunidades, a diferencia de los jueces que sin problema se iban con todo y su familia.
“Nosotras la igualdad la miramos como una enorme, enorme oportunidad, pero ¿contra qué vamos?, contra la violencia hacia las mujeres, por el hecho de ser mujeres”, destacó Eternod Arámburu, al recordar que la Encuesta de la Dinámica de Relaciones en los Hogares (Endireh) que realiza de manera conjunta el Inmujeres y el Inegi, destaca que 4,4 millones de mujeres de 15 años y más declararon haber sido víctimas de violencia sexual en su infancia, lo que refleja una terrible realidad el abusos contra niñas por parte de los integrantes de propia familia, porque pueden y porque prevalece la impunidad.
La prevención de la violencia se vuelve un reto enorme, y para Eternod Arámburu la tienen que asumir las comunidades, los municipios y las entidades federativas, así como la atención a la violencia, además de que es un enorme reto el acceso a la procuración y la impartición de justicia, a fin de que esas conductas sean tipificadas y sancionadas como delitos graves, con cero tolerancia.