Qué tal el torrente informativo de la semana pasada y lo que va de ésta, álgido, interesante, sorprendente, ¿no cree?, la antesala al domingo 1 de julio donde nos jugamos nuestro futuro como país, no exagero, estimado lector, un movimiento en falso y nos carga la huesuda parejito a todos, a los de pipa y guante, y a los guarachudos, a toda la raza de bronce.
Se pone bueno, por donde lo quiera ver, estamos haciendo historia como diría un ingenuo realizador audiovisual cuando terminó una producción carente de calidad de una banda carente de calidad. Estamos haciendo historia. La primera de ocho columnas, el domingo pasado contra todo pronóstico la Selección Nacional de futbol soccer le ganó al rival más fuerte de la justa deportiva que tiene verificativo en la ex Unión Soviética, Carlos Pliego, buen amigo y conocedor del deporte de las patadas, me comentaba que el dominio de los nuestros fue casi como lo que hacen los alemanes con sus rivales, “jugamos como nunca y ganamos como nunca” decía el señor Pliego haciendo alusión a la frase original de “jugamos como nunca y perdimos como siempre”. Como lo comenté hace ochos días, estimado lector, es imposible ignorar este evento, así que decidí prender el televisor y observar la hazaña de estos jóvenes, pero no como fanático conocedor, sino como espectador de fenómenos sociales en torno a un suceso mediático-deportivo como este. Muchas variables por contemplar, los comentarios que desacreditan el esfuerzo de los once en la cancha pues argumentan que Alemania no saltó al césped con el nivel que tiene acostumbrado al respetable; le reitero, yo sin ser conocedor del deporte me percate que varias veces estuvieron a punto de anotar un tanto, de no ser por el señor de los chinos la amenaza se hubiera concretado. Entonces están los mexicanos que no creen en la calidad de la selección, malinchistas pudiéramos señalar, tal vez; están los que sueñan con que México llegue a la final y la gane. A estas alturas de la vida estimado lector considero que el triunfo de estos jóvenes fue una válvula que bajó de una manera muy superflua la tensión que estos momentos vive en el país, apliquemos la frase del “al pueblo pan y circo”, se la compro parcialmente, se necesita bajar el cauce de las aguas a como dé lugar. Mientras estábamos en celebración nacional y hablando del líquido vital, uno de nosotros tuvo la idea de soltar una noticia falsa que cimbró el contexto en el que estaba metida la mayoría de las personas; y mientras el pueblo de México celebraba el triunfo histórico sobre la selección alemana, Enrique Peña anunciaba la privatización del agua… la segunda de ocho columnas. Roberto Ramírez de la Parra, titular de la Comisión Nacional del Agua Conagua salió a desmentir tal afirmación, “Es falso que se vaya a privatizar el agua y es difícil que se vayan a dar concesiones en esta administración, y sacar el tema, en este momento es un ataque falso con el objetivo de obtener un beneficio de carácter electoral… todos ustedes ya saben quién es y a quién me refiero”. Si bueno, pero mientras Ramírez de la Parra hasta el martes salía a aclarar el asuntito del agua los simples mortales como nosotros no teníamos información como para formarnos un juicio verdadero; estos funcionarios que no se manifiestan en tiempo y forma, esperando la línea del jefe, dejando que la gente especule, haciendo más obvia la noticia falsa; es como carambola de doble banda no cree, filtran la nota, no declaran ni a favor ni en contra, sueltan el rumor que fue ya saben quién y entonces esperan restarle votos, qué súper estrategia.
Todo lo que suene a distractor, deberá ser analizado con lupa, el sábado nos espera otro partido, otro triunfo tal vez, y qué tal que uno de los cuatro candidatos enferme y caiga en cama, o sí el Quique hace una de esas declaraciones escabrosas o pone sobre la cama el cadáver de Paulette para que vea la sociedad que, si puede orquestar cortinas de humo con calidad, todo es válido en estos tiempos.
La tercera de ocho y considero yo la que reporta el hecho más denigrante de los últimos años, me refiero al caso McAllen y la política de cero tolerancia de Trump. El reporte dice que más de dos mil niños han sido separados de sus familiares y encerrados en jaulas, literal. Nunca imaginé que este hombre pudiera llegar a estos extremos, lo identifico perfectamente como un tipo enfermo, si yo fuera hermano de la vela perpetua juraría que es el mismísimo anticristo, pero no, tampoco es para tanto, que lo metan al psiquiátrico más cercano y no lo dejen salir. La indignación ya tocó al resto de los gringos, me refiero a los republicanos y sus aliados quienes se manifiestan en contra de separar a los padres inmigrantes de sus hijos al momento de llegar al país de las oportunidades, ¿oportunidades? De morir, será. Susan Collins senadora republicana, Laura Bush y hasta la misma Melania Trump han fijado su postura de desacuerdo con relación a la iniciativa, su vocero dijo “La señora Trump odia ver que los niños sean separados de sus familias”. La situación es delicada, estimado lector, y el tema se escaló hasta la ONU donde el jefe de Derechos Humanos recomendó al gobierno norteamericano termine con esta nueva política; la respuesta gringa fue, adivinó usted “Estados Unidos se retira oficialmente del Consejo de Derechos Humanos de la ONU”, así lo dio a conocer Nikki Haley, embajadora estadounidense ante las Naciones Unidas.
Niños mexicanos en jaulas dentro de centros de detención, mientras que el silencio mexicano gana tiempo para saber qué postura tomar; ah no, perdón: mientras la selección pasa a octavos de final.
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