Más nos valdría no olvidar lo trascendente que fue la del 94. Para muchos una esperanza luego del fraude de finales de los 80 que nos expuso al mundo como un país tramposo. Siempre estamos desconfiando. Criticando al rival y a nosotros mismos por igual. A uno con cierto rencor irracional, a otro un sentido de pertenencia igual de irracional. Era claro que 94 era un año difícil, pero teníamos la esperanza de demostrar que México estaba para cosas grandes. Fallamos a las primeras de cambio, o eso sentimos, aunque a la distancia ese periodo del 94 al 2000 no se ve tan mal en realidad. Tuvimos que reajustar, apostamos por cambios radicales en el timón. Para la del 2006 estábamos más confiados. Nos habíamos demostrado a nosotros mismos que éramos una potencia en ciernes. Que dábamos, de alguna forma, ejemplo a los vecinos. Pero la historia no fue distinta y el fracaso fue casi una calca de las experiencias anteriores. Hemos tenido otros doce años para prepararnos. La última ocasión le dimos la oportunidad a alguien que tenía poca experiencia, pero una imagen de cierta manera refrescante, y que al principio parecía altamente mediática. Terminó por ser odiado de todos. Tal vez es quien ha tenido el peor índice de aprobación de quienes han estado al frente, como representantes de nuestra nación. Se le criticó que generó cambios sin mucho sentido. Movimientos incomprensibles. Obviamente determinados por una cúpula de poder. Como siempre: Televisa y sus intereses. Ahora que su salida es inminente volvemos a preguntarnos qué debemos buscar. ¿Debemos dejarnos llevar por el carisma? ¿Por el convencimiento que logra entre sus cercanos? ¿Porque se muestre incluyente? ¿Debemos elegir al que tenga un discurso verdaderamente nacionalista y que prefiera cerrarse a las opciones dentro de nuestra frontera? ¿Por un joven con pasión, aunque eso represente una apuesta a largo plazo? ¿Debemos darle el voto de confianza a quien ya tenga mucha experiencia, aunque no tenga poder mediático?
Seamos honestos con algo: esa elección sabemos, no nos corresponde a nosotros. Tal vez, de hecho, ya esté tomada. Para este momento los empresarios acaso ya hablaron con él, ha quedado claro cuáles son sus intereses y cómo debe llevar a México los próximos años. Y tal vez pase la misma historia de siempre. Seguramente estaremos ilusionados los primeros años, comparándonos sólo con los vecinos del sur, pensando que estamos caminando, que seguimos siendo un país fuerte y grande, que tenemos para darle cara a Estados Unidos, aunque de pronto resulte tan amenazante. Tal vez apostemos por alguien que se ofrezca como el mesías y el salvador de nuestra historia, aunque sea probable que a la larga los resultados sean los mismos. Se ha hablado mucho de Rusia, en unas semanas veremos si su actuación será decisiva o no. Y ahí estará Estados Unidos, observando con atención lo que sucede, esperando seguramente la oportunidad de volver a humillarnos, de demostrar su poderío.
Pase lo que pase parece sensato que nos unamos para exigir mejor desempeño. Que de verdad nos involucremos, no sólo echando porras automáticas o insultos gratuitos. Que aprendamos a leer las decisiones, que demos voto de confianza, pero que no seamos alcahuetes de errores sin sentido. Porque, no sé ustedes, pero yo sí creo en mi país, creo en que los mexicanos podemos ser ejemplo, que debemos de verdad creer en la generación joven, a una generación que lucía como un cambio trascendental para la historia. Porque había dado pasos en el mundo que nunca habíamos dado. Quiero creer, creer que México será distinto después de este julio.
Otra elección presidencial, otra copa del mundo. Yo tampoco estoy seguro si hablé de fútbol o de política, pero da igual, quiero creer que tenemos el poder de influir y de generar cambios. Hay que salir a votar con la pasión con la que seguiremos el mundial. Hay que ser críticos, pero no olvidar que al final, más allá de quien nos represente y cómo nos represente, a México lo construimos todas y todos cada día. ¿A quién le voy, me preguntan? Le voy a México.
/aguascalientesplural | @alexvzuniga