- Las empresas Fogasa y Ugasa tienen planes de migrar fuera de la capital del estado: Sedrae
- Por décadas, los vecinos se han quejado de los malos olores que expulsan al ambiente
Todo apunta a que las empresas Fogasa y Ugasa están en proceso de desalojar sus instalaciones incrustadas en medio de la mancha urbana, tras décadas de dar problemas a los alrededores por los malos olores que expulsan al ambiente, reveló Manuel Alejandro González Martínez.
El titular de la Secretaría de Desarrollo Rural y Agroempresarial del Estado (Sedrae), dijo tener conocimiento de que los propietarios de la forrajera y de la empacadora de carnes tienen planes de crecimiento en los que ambas saldrían de la capital de Aguascalientes.
Señaló que esta semana se reunió con miembros de Grupo Gilsa -dueños de Fogasa- en los que le externaron su intención de reubicar su planta, actualmente localizada en la calle Ignacio Zaragoza, fraccionamiento Circunvalación Norte, a un predio en San Francisco de los Romo -adquirido de Gobierno del Estado- que colinda con la vía del tren, lo que les permitirá ahorrar hasta 70 pesos por tonelada en el transporte de grano comparado con los gastos del transporte vía terrestre, volviendo el proyecto altamente rentable.
Recordó que en pasados días, el gobernador dijo que se vislumbra la posible reubicación de Ugasa, que además del empaquetado de cárnicos opera un rastro en avenida Aguascalientes 602, colonia Unión Ganadera, al Agroparque Agrosfera I, “creo que tienen desde hace unos diez años queriéndose cambiar, pero sería muy bueno que los pudieramos reubicar, además sería bueno que como socios y como empresa ancla que se vea el movimiento”.
En pasados días, el delegado Sagarpa en Aguascalientes informó que dicha plataforma logística, que tendrá 296 hectáreas de extensión y se ubicará en los límites de los municipios de Rincón de Romos y Cosío, pudiera entrar en funciones este mismo año y que, de hecho, hay tres empresas transnacionales interesadas en establecerse ahí.
Por muchos años, los vecinos de las colonias aledañas han señalado a ambas plantas como foco de infección, pues además de los olores fétidos que sus actividades desprenden, también emiten residuos contaminantes que provocan enfermedades en piel y vías respiratorias.