En pocos días será la elección para definir entre otros cargos de elección popular también de importancia, la de presidente de la República, mucho se ha dicho, discutido, agredido, ilusionado y generado expectativas.
Es una elección importante, con un proceso atípico, en la cual encontramos un choque de propuestas que claramente pueden categorizarse en los tiempos, lamentablemente, la amnesia de un electorado, su bajo nivel de información (las noticias virales corren y a cualquier cosa se le da credibilidad, sin verificar la autenticidad de la fuente, la ponderación que se le da a los opinólogos y que no se recurre a analistas o especialistas en la materia) y la falta de honestidad de un candidato en prometer ( no proponer) temas sensatos y viables, sólo aquello que jala votos, y de lo cual un sector amplio del electorado es presa fácil ante un lastre de consecuencias de las erratas de gobiernos anteriores, en efecto hay una acumulación de descontento, pero bueno creo que usted amable lector, ya sabe esto que le digo y lo ha escuchado.
Pero me sorprende que ciudadanos que tienen mi edad o más, sean seducidos, olvidaron lo que sucedió en el sexenio echeverrista y lopezportillista, propuestas similares, ese es el México pasado, y lo que provocó una deuda enorme e histórica que aún se sigue pagando. Así López Obrador que se quedó con su formación política adquirida en su juventud, es lo que conoció ese viejo PRI, no evolucionó, ni siquiera para haber comprendido lo que pasó en Grecia hace algunos años, y que fue un factor que desencadenó una crisis en Europa.
La campaña del estribillo, de no responder, ni decir cómo, su estribillo: “Con honestidad y combatiendo la corrupción” ha sido un eficaz anzuelo, aunado a que es un excelente candidato, eso no quiere decir que sea un buen presidente, recuerden a Fox, o ya lo olvidaron, fue un excelente candidato, pero un presidente que quedó a deber y dejó ir la oportunidad en su momento de darle la solidez a la institucionalidad democrática y de transición, se rompieron los equilibrios que aún pagamos. En efecto, López Obrador es una mezcla de Fox y Echeverría, hasta en los debates, sus estribillos y chabacanería: recuerden hace dieciocho años: “lavestida”, “mandilón”, “víboras prietas, tepocatas”, etc. y ahora con su “riki, riquín, canayín”, etc.
México ya no es ese país de los años 70, ni el hecho de haber gobernado la Ciudad de México hace doce años, la propia Ciudad de México se transformó, México ya no es el mismo, son dieciocho años de campaña y doce sin gobernar, las cosas, insisto han cambiado, México es más complejo, con severos problemas de anarquía, no se resuelve con buenas intenciones, se resuelve con autoridad y visión, y además con energía, un país que requiere orden, estado de derecho y claridad ante la panorámica local y mundial, ninguna puede ser ignorada.
Cómo es posible que le aplaudan por querer construir una refinería, sólo porque dice que lo está haciendo Estados Unidos, competir contra ese gigante petrolero es insensato, como desinformado, el saber que el vecino del norte abandonó el Acuerdos de París y la política de Obama, respecto a transitar a otra forma de generar energía, y López Obrador en su faceta lopezportillista de apostarle al petróleo contaminante y no buscar una propuesta con energía alternativas, en donde si no se actúa, las patentes para el aprovechamiento serán extranjeras, porque México puede quedar en la zaga, esa es la falta de visión.
México no puede mirar al pasado, ni siquiera al ayer, sólo debe dejarnos la experiencia de los errores, omisiones y atrocidades, de que un presidente no puede ser al amo, ni el caudillo, el caudillismo dejo sangre, represión y atraso, un presidente debe acatar las instituciones, darle fuerza a las mismas, un presidente debe estar por debajo de la constitución y sus leyes, no a la par ni encima, como lo manifiesta este candidato.
Sr. Anaya, en este proceso electoral será la primera vez que realizaré el voto útil por usted, muchos dicen que no se ganará, pero sus propuestas son sensatas, no son cachavotos, nunca creí hacer un voto útil, pero siempre hay una primera vez, el candidato del PRI es un buen técnico, pero la lastre que trae consigo su partido y los errores del actual sexenio que son una piedra que deben ver los priistas. Los priistas que no compatibilizan con el viejo PRI que propone López Obrador deben optar por votar por usted, pues Morena no es ni siquiera un opción de izquierda, es un “populismo religioso” con todo y sus aliados partidistas.
Ricardo Anaya, dentro de sus propuestas usted ha manifestado mirar al frente, aplicar la ley, no importa quien sea, eso sí es combatir la corrupción, no perdonando o sumando adeptos, Sr. Anaya, lleva usted a cuestas una responsabilidad muy grande, que es evitar que en México se tire por la borda los avances, pero también de aplicar en los mexicanos la adaptabilidad a lo que es el mundo moderno, competido, frío y excluyente, México debe ser un ejemplo de resiliencia, y eso lo garantiza el proyecto que encabezas, mi voto será por usted, por lo mismo en caso de abandonar sus propuestas seré uno de tantos mexicanos que lo reclamara, sin embargo, reitero la única opción de avanzar con éxito a un mundo cambiante sólo la representa Ricardo Anaya, porque no optará por escondernos bajo un caparazón proteccionista, sino el trabajar con rigor y adaptarnos a los cambios para seguir continuamente mirando al frente y caminar hacia el futuro que no permite mirar hacia atrás. Amable lector, te invito a ejercer el voto útil, votemos por Anaya.