Me conocen como “El Witre”, no por feo e inquieto, profesor jubilado, pintor y escultor de terracota con 58 años cumplidos; activista cultural comprometido con México y su gente. Busco establecer y dar un punto de vista que coincida contigo, en el que no soy más que tú ni tú eres más que yo, simplemente compartimos el mismo espacio, vivimos juntos el momento actual en el que se encuentra nuestra patria, herida, lastimada, teniendo presente la pobreza, triste realidad que se ve rebasada de fantasías: Dinosaurios que desean seguir viviendo, plagas de chapulines que saltan para todos lados, reinas y reyes sin coronas, magos que desaparecen, seres extraordinarios que se convierten en superhéroes o víboras que se disfrazan en blancas palomas de la noche a la mañana, así como algunas distinguidas personalidades entre políticos, historiadores, analistas, intelectuales, artistas, comunicadores, deportistas, cómicos, periodistas, sociólogos, economistas, empresarios, una lista inacabable de actores que desfilan en esta pasarela de nuestra ya tan vapuleada democracia.
No hay pero que valga ni ciego que pueda ver, pero si escuchar lo que día con día se comenta entre la ciudadanía: “Aquí no pasa nada”, “Siempre es lo mismo”, “Ya no me alcanza con el chivo, ni pa tortillas”, “Cuál justicia”, “Que estamos mejor, ¿tú crees?, ¿pos dónde?”, “Que es que la reforma de esto, de lo otro y ya no sé ni qué pensar”, “Pancho no consigue trabajo y hace dos años que terminó su carrera de ingeniería”, “Mi hija Magdalena trabaja pero no tiene ninguna prestación y de pilón es madre soltera”, “Mis abuelos sobreviven muy apenas con su pensión y trabajan en un centro comercial como cerillos; yo los ayudo con lo poco que puedo”. Comentarios como estos, así como muchos otros, giran en torno a la situación actual en la que nos encontramos todos, lo aceptemos o no sin ser indiferentes, ya que estamos inmersos en la dinámica social que vivimos y no somos ni estamos sordos.
Se llenan planas de prensa, se escriben libros basados en los comentarios antes mencionados y muchos otros, más ahora que ya están las campañas de los candidatos con mucha mayor razón, ¿Qué pasa?, ¿Qué podemos esperar? Y qué podemos hacer al respecto ante estos hechos que nos atañen de forma personal así como colectiva, la decisión de participar está en cada uno de nosotros, que no quepa duda, y aún más en las mujeres amas de casa que han dedicado toda su vida al trabajo del hogar sin obtener algo a cambio, como todos aquellos jóvenes que están en edad de ser partícipes a través de su voto.
Esperanza y certeza, deseamos un cambio real no lleno de fantasías donde el voto determine quién queremos que nos gobierne sin dejar de lado el hecho de seguir participando. Es triste ver como se pierde la confianza que se puede depositar en algunos candidatos después del “show” que junto con los conductores presentaron en el primer debate, donde las promesas pueden ser un juego incierto y perverso para quienes todavía creemos en la democracia, la cual seguimos construyendo como mexicanos. No me gustaría caer ni rayar en la demagogia, por lo cual hago la siguiente propuesta a los candidatos para que ante un Notario Público y de frente a la ciudadanía, asuman el reto de firmar un decálogo y no quede solamente en el “bla, bla, bla”.
Nuestro voto determinará el rumbo que la gran mayoría desea para seguir construyendo lo que somos, una gran nación.
- Qué se va hacer en relación con la corrupción
- Cómo se va resolver la inseguridad
- Cómo aplicar la justicia
- Mejorar la educación en todos sus ámbitos y niveles
- Qué esperar al respecto de la seguridad social
- Qué se va hacer en relación con la economía y desarrollo
- Quitar el fuero a todos dado a la igualdad como mexicanos
- Del medio ambiente, qué podemos esperar
- Oportunidades de trabajo con prestaciones a futuro
- Evaluación de resultados y si no pueden que renuncien