Estimado lector, corroborando lo escrito la semana pasada en este espacio, en donde la volatilidad se mostró como anticipábamos, ya que el tipo de cambio fluctúa de un día para otro en porcentajes muy altos, tanto a la alza, como a la baja, además de ver indicadores en la escena mundial que probablemente vayan a afectar a nuestra economía, independientemente del resultado de las elecciones, como lo es la fortaleza de la economía estadounidense que está creciendo a niveles de entre el 1 y 2% anual (que si bien es cierto para nuestro país sería un incremento minúsculo, para nuestro vecino es un incremento importante en su PIB) y esto está originando una mayor inflación. La inflación como hemos visto es el enemigo de todos los herederos de la escuela de Chicago, entre los que está nuestro Carstens. No es de extrañar entonces, que la FED, temiendo escenarios de mayor inflación, eleve su tasa de referencia no tres veces como se está previendo en este año, sino hasta cinco. Si eso ocurre, nuestro Banco de México tendrá que decidir si eleva la tasa de interés a ese nivel, o bien, si mejor espera. Mi reflexión es que subirá al nivel de la FED, aunque esto lleve a un encarecimiento del crédito en México (que de por sí, ya es caro) y por tanto, un decrecimiento económico por tener un financiamiento caro.
Pero, aparte de ese apunte, me gustaría hablar de la vorágine de las elecciones. En todas las elecciones presidenciales, desde 1988, el país ha cambiado, y cada seis años se incrementa ese cambio. Pasamos de elecciones de un solo candidato, en 1976, donde el único postulante fue José López Portillo, (aunque usted no lo crea) a elecciones con una cantidad increíble de candidatos, aunque la realidad, es que siempre desde 1988, han sido elecciones de dos. El puntero y el segundo lugar. Y prácticamente en todas las elecciones el segundo lugar es el que ha terminado ganando la elección. Pero este año es diferente. Todos quieren ganar, aunque tengan una elección perdida. El desacierto del INE dando a dos candidatos “independientes” (que no tienen nada de independientes, uno emanado del PRI, el otro del PAN), ha hecho que estemos ante una vorágine nunca vista en las elecciones.
Si sumamos a este hecho, las redes sociales y el impacto que tienen las mismas, si no lo creemos, la velocidad a la que fueron creados memes de uno y otro candidato en el debate fue increíble, ya que mal decían algo que era digno de un meme y se hacía en segundos.
Lo que está ocurriendo ahora, desafortunadamente, es la polarización del país. Los seguidores de AMLO, casi todos, son intransigentes, no se puede dialogar, discutir y llevar a buen término (sin querer tener la razón nadie) con ellos. Los seguidores de Anaya se tapan los ojos ante sus defectos, diciendo que es mejor malo, que peor. Los seguidores del Bronco son aquellos que siempre han sido despreocupados ante la vida, dicen que “machos alfa” y que siempre tienen la razón, estoy casi seguro de que el desadaptado que le hizo tocamientos a la conductora de Fox Sport en el triunfo de las Chivas de la Concachampions sería un buen Bronco en potencia. Y la que más me sorprende en todos los sentidos es Margarita Zavala. Cuando fue precandidata en el PAN, me parecía una persona preparada, que tenía algo que aportar al país y que su único lastre era su marido Felipe Calderón, en el debate mostró carencias que parecían inverosímiles. Una campaña gris, sin grandes aportaciones, y que se basa solo en que es mujer, no da para mucho. Y qué decir de los que rodean a Andrés Manuel. Si bien es más moderado en su discurso, y tiene adeptos de sectores que tradicionalmente nunca lo siguieron, los que le rodean hacen ciertas declaraciones que no le hacen ningún favor, como el “Andrés. Chíngalos. Exprópialos a todos”, de Paco Ignacio Taibo II, escritor comunista que vive como capitalista. ¿Hacia dónde va entonces la propuesta de país de Andrés López? No se sabe, no sé hacia donde quiere ir. Pero me parece peligroso esa polarización, así como también me parece que seguir en el mismo sistema no es la solución.
Así como existe una vorágine, existe un desánimo, porque si juntamos las fortalezas de todos los candidatos, ni así logramos el candidato que necesita el país.
Esperemos que cambie esto en las próximas semanas, pero lo dudo.
Profesor, excelente columna como cada semana, la especulación esta a todo lo que da, pero sin afan de demeritar la columna veo cierta tendencia priista, ya que no hace una crítica de Meade, que a mi parecer es el mas preparado pero desgraciadamente el peso que trae a cuestas no lo dejara salir del 2 o 3 lugar, de lo que comentas de los seguidores de AMLO totalmente de acuerdo no entienden razon unicamente ven lo que quieren ver.