Estamos en un proceso importante para los mexicanos, donde decidiremos quien tendrá las riendas del país por seis años, se están jugando una gran cantidad de intereses y se ha perdido la coherencia de muchos políticos, ya se empieza a sentir esa adrenalina e incertidumbre si estamos del lado correcto, donde nos da miedo tomar decisiones porque si no apoyas al indicado llegan los rencores y represalias, provocando que te quedes fuera del juego.
Esta elección sin duda es como un juego… no sabes si tienes que actuar por estrategia o anhelar la suerte, donde a veces arriesgas mucho y no tienes la certeza si vas a perder todo o ganar más, donde te ilusionas y desilusionas más de cien veces en un solo día, el juego nos está absorbiendo tanto, que cada vez nos volvemos más indecisos, anteriormente las encuestas te daban la pauta para tomar una decisión, pero ahora cada candidato nos vende la encuesta que más le conviene, provocando que queramos vender nuestra razón como si fuera la fórmula perfecta, nos peleamos con amigos y familiares porque no piensan igual que nosotros, estamos perdiendo el sentido de lo que es la democracia y lo estamos cambiando por un apasionamiento irracional de nuestras frustraciones.
Las personas ya no creen en la democracia, están cansadas de promesas esperanzadoras, nuestro principal problema es la participación ciudadana, en nuestro país en 2012 según datos del IFE (ahora INE) hubo una participación del 63.14% de votantes, de los cuales el 38.20% fueron para el ganador, casi igual a el 36.86% que prefieren quedarse en casa quejándose y criticando la decisión, encontrando un nuevo modo de desahogo en las redes sociales, pensando que con cien “me gusta” van a cambiar la situación del país.
La democracia se creó con un buen fin, se creó para unir sociedades y darnos poder a los ciudadanos, pero los humanos tenemos la habilidad de descomponer todo en lo que nos involucramos, por querer hacer lo que nos conviene, complicamos las cosas y casi siempre terminamos haciendo lo erróneo, vivimos en un consolador presente sin preparamos para enfrentar el futuro, se nos va la vida en un abrir y cerrar de ojos, perdiendo la noción de los cambios que nos suceden y por enojo ponemos nuestras esperanzas en un tal “mesías” con el cual más que ganar podríamos perder todo, pero no nos daremos cuenta hasta que despertemos en la mañana y nos peleemos con el vecino por un rollo de papel, cuando desaparezcan algunas de nuestras comodidades, por buscar una igualdad mal fundamentada, es cuando nos daremos cuenta de lo que hemos perdido, estamos sintiendo tanto enojo con el sistema que nos hace actuar con el hígado y no con la razón.
Se acerca el punto de decidir… tendremos que analizar cuál es la visión del México que queremos, tenemos que tomar las riendas de nuestro país y salir a votar para dar credibilidad y que termine de la mejor forma este juego, donde el ganador pueda legitimar su triunfo, y que los mexicanos volvamos a creer en el poder que juntos tenemos, que nos volvamos autocríticos de los ejemplos que estamos dejando a las nuevas generaciones, y fomentemos en nuestra niñez el amor a nuestra patria.
Salgamos a votar este 1 de julio, demostremos quiénes somos como ciudadanos, decidamos por un proyecto con visión de futuro, reflexionemos quién es el mejor candidato, por eso… Yo voy con Ricardo Anaya, México está en nuestras manos.
/carminadeavila.ags