El próximo domingo 22 de abril, se llevará a cabo el primer debate de los candidatos a la presidencia de a República. José Antonio Meade Kuribreña, Ricardo Anaya Cortés, Andrés Manuel López Obrador, Margarita Zavala Gómez del Campo y Jaime Heliodoro Rodríguez Calderón se enfrentarán en un debate histórico por muchas razones: primera porque es el primer debate presidencial en el que participarán candidatos sin partido político, segunda porque es el primer debate presidencial cuyo formato no se basará en los monólogos simplones de los candidatos, sino que los moderadores podrán intervenir para que se convierta en un debate dinámico.
La coyuntura y el contexto en el que llegamos al debate es lo que más relevante resulta. Andrés llega como puntero en las encuestas, a más de diez puntos del segundo lugar. Llega además con la experiencia de haber participado en dos elecciones presidenciales. Andrés es el único que ya ha vivido debates de esta naturaleza y ha salido bien librado de ellos. El equipo de Andrés sabe que son el rival a vencer y se encuentran encuartelados para prepararse para el embate. Andrés tiene mucho que perder en este debate si comete errores, más con los indecisos. Con su base, no importa lo que diga, si tartamudea, si se equivoca, si responde obviedades o lugares comunes, no perderá un solo punto.
Ricardo Anaya tiene dos desafíos: el primero es conseguir más puntos para cerrar la enorme brecha que existe entre él y Andrés; el segundo desafío es, en contraste, abrir la brecha que hay entre él y José Antonio Meade, del que se encuentra a diez puntos. Anaya está siendo preparado por el consultor Roberto Tred, que llevó a la presidencia de Ecuador a Rafael Correa (excelente orador, dicho sea de paso). Anaya tiene un récord histórico de mandar a la lona a priistas en debates, baste recordar que después del debate televisado con Manlio Fabio Beltrones y Agustín Basave, cuando los tres eran presidentes del PAN, PRI y PRD, la comentocracia declaró knock out contra Beltrones que en días posteriores terminó renunciando a la dirigencia.
José Antonio Meade “Pepe Mid” llega al debate en tercer lugar, aproximadamente 20 puntos abajo de López Obrador, y 10 puntos debajo de Anaya. Su equipo tiene un único objetivo: ponerse al tú por tú con Obrador. Dejar en los espectadores la percepción de que la decisión está entre AMLO y Meade. Su estrategia seguramente será golpear a Andrés tanto como pueda y anular a toda costa a Anaya. Parece difícil, pero veremos si le funciona.
Margarita Zavala tiene un plan claro: obtener votos del único lugar de donde los puede obtener: de panistas. Es posible que su discurso se centre en atacar a Anaya para que se actualice una transferencia de votos directa del Frente a su candidatura.
Jaime Rodríguez Calderón será seguramente el más disruptivo y patético de los candidatos. Buscará legitimar su malograda candidatura y establecer algunas frases coherentes, buscando engancharse con alguno de los contendientes. Sin embargo, lo más probable es que el Bronco sea el gran ignorado de la tarde.
¿Puede éste primer debate generar cambios en la elección? En definitiva. Después del debate quedarán aún dos meses de campaña y muchos sucesos que puedan variar la intención de voto de la ciudadanía y el primer debate será vital para definir el rumbo de la pelea. Quien logre posicionarse mejor en este debate empezará la carrera con ventaja. En el pugilismo hay una frase que reza “el que pega primero, pega dos veces”. Quien salga avante, logrará dar un paso más a Los Pinos.
Como ciudadanos, nos toca reflexionar y ser exigentes con las ideas que los candidatos propongan. El knock out debe un golpe contundente con las mejores propuestas para México, explicadas de manera concreta pero al mismo tiempo detalladas.
El lunes, el panorama será otro. Empezarán a variar las encuestas. Por primera vez podremos contrastar a los candidatos en conjunto y no aisladamente. Estemos atentos.