Estimado lector, en esta ocasión hablaremos de cómo los candidatos y personas afines a ellos, en un afán desmedido de lograr cambiar la opinión de los votantes, hacen uso de cifras, diciendo verdades a medias y tratando de denostar por ese medio a otros.
Algunos más, desde la postura de su pasado político, ya sea como gobernador, diputado o senador, se quieren erigir en los grandes pensadores que darán luz a los que quieren saber por quién votar.
Hemos visto y leído, infinidad de editoriales sobre por quién votar o por quién no votar. Francisco Martín Moreno sobre Andrés Manuel y por qué él no votará por él, Otto Granados Roldán, sobre por qué votará por Meade, y muchos otros más.
En lo personal, me preocupa sobremanera, que muchos de estos personajes, al ensalzar las virtudes de un gobierno, minimizan los que para ellos son “pequeños” errores. Hablan del crecimiento económico del país, del incremento de puestos de trabajo, de inversión extranjera, de reformas estructurales, de las bondades a futuro de estos esfuerzos que le tocó la fortuna de aprobar este gobierno, por ejemplo, (con la complicidad del PAN, si a Fox o Calderón le hubiera tocado la fortuna de que el PRI mostrara buena voluntad, se hubieran aprobado en aquellos años) pero minimizan los grandes pendientes que han tenido los sexenios recientes, principalmente dos desde mi punto de vista, el primero, la inseguridad y la guerra contra el narcotráfico y la corrupción.
La guerra contra el narcotráfico parece que no está funcionando como debiera, hemos visto que grandes capos han sido recluidos en las cárceles de México y de Estados Unidos, pensando que la inseguridad y las altas tasas de homicidios relacionados a la delincuencia organizada bajarían, para ver con impotencia todo lo contrario, que está cada vez subiendo más. Peña Nieto prometió que bajaría el número anual de muertos, su principal ataque a Calderón fue ese, para tener homicidios récord en su administración. El enfoque no ha funcionado y parece que no hay otro a utilizar. El ejército está cansado de estar en una lucha donde ellos hacen el trabajo y los ministerios públicos hacen mal su trabajo para que los jueces los dejen libres, o los condenen a pocos años. Esto no se puede ocultar, ni debemos de olvidarlo.
Por otro lado, la corrupción es uno de los flagelos más graves de nuestro país. Columnistas han dicho que es un problema menor para el país, porque se ve principalmente en la esfera estatal, pero… ¿es cierto esto? ¿o más bien el estado está sirviendo para tapar y no dar a conocer las situaciones escandalosas que también en el ámbito federal están ocurriendo?
Veamos, en el ámbito estatal, es verdaderamente obsceno el nivel de corrupción que se tiene. Los casos de Veracruz, Quintana Roo, Chihuahua, Tabasco, y muchos otros estados es para dar vergüenza. Es cierto, en lo estatal se percibe más porque es más mediático, pero veamos otros que son en el ámbito federal.
La estafa maestra, una investigación realizada por Animal Político y de la que poco se habla ahora involucra a secretarías de estado, a universidades públicas y presidencias municipales, el monto del desvío de recursos es de más de tres mil millones de pesos.
Los Panama Papers, documentos filtrados sobre el paraíso fiscal que es Panamá y quién está triangulando recursos a través de ese país. Y allí se ve, como empresas ligadas a Felipe Calderón y su familia, fueron beneficiadas con contratos en Pemex, por montos importantes y se llevaron esos recursos a Panamá para evitar la fiscalización y que fueran vistos en nuestro país.
La compra de Pegasus, el software espía, a sobre precio y sin que nadie diga nada, tanto de la vulneración a la privacidad y derecho de expresión de los mexicanos, como tampoco de ese sobre precio.
El caso Odebrecht, empresa brasileña, que ha impactado a funcionarios de 10 países y en muchos de ellos ya se han encarcelado a los mismos, mientras que, en México, los señalados tienen total impunidad, porque aducen que aquí “si se hicieron bien las cosas”.
El índice de percepción de la corrupción, que, en el año 2012, cuando empezó el gobierno de Peña Nieto, México se ubicaba en el lugar 106 del mundo, obteniendo 34 puntos positivos de 100 posibles. Al año 2017, México se ubica en el lugar 135, obteniendo 29 puntos positivos de 100 posibles. El promedio de puntos que se obtienen a nivel mundial, es de 43.7, estamos reprobados y no vamos hacia arriba, todo lo contrario, perdimos casi 30 puestos en cinco años.
Y ante esto pregunto ¿de verdad pensamos que la corrupción no es tan importante? Me parece carente de sentido común esa aseveración. Esperemos que den otros argumentos por lo que votar o no, a favor de algún candidato, pero desafortunadamente, TODOS tienen su nivel de corrupción, Ebrard y Bejarano con Morena, en el PRI que podemos decir, hay bastantes, y en el PAN los Calderones, Anayas y otros. El peor de los escenarios, no sabemos por quién votar, y parece que la idea es votar por el menos malo, así no saldremos adelante como país.