- Entrevista con Sara Montes
- Vemos que continúa la precarización del trabajo de las mujeres, estamos peligrosamente perdiendo terreno y ahí perdemos más nosotras como trabajadoras que cualquier hombre, sobre nuestros hombros seguimos cargando infinidad de asuntos
La Jornada Aguascalientes presenta una serie de entrevistas a mujeres que hacen feminismo diario, donde hablan de sus posturas teóricas y prácticas, su quehacer, así como sus expectativas.
El Colectivo Raíz de Aguascalientes surge en el 2006 y se registra como asociación civil en el 2007, desde entonces hemos desempeñado actividades por la promoción de los derechos humanos laborales, desde hace unos siete años sobre todo mujeres trabajadoras de la maquila, aunque también realizamos los talleres donde participan hombres, pero su integración ha sido bajo ciertos problemas específicos. Este ha sido un trabajo ininterrumpido que nos sigue apasionando por la incidencia que hacemos con las trabajadoras a través de procesos de conocimiento, de información, de desarrollo y así van poco a poco influenciando su ambiente laboral. Los talleres están dirigidos a diferentes grupos de trabajadoras de diferentes empresas, sobre todo en la rama textil de multinacionales, con grupos de promotoras que participan en diferentes de empresas, de las cuales estamos conscientes que su labor ha sido la semilla que ha dado frutos en ese campo.
Existen marcas internacionales con las que podemos establecer, a través de sus códigos de conducta, un ejercicio del cumplimiento de las leyes laborales en México, y así nuestro trabajo fundamenta y recopila esas violaciones a los derechos para tener un diálogo con las empresas, establecer vínculos y que se ejerzan protocolos de protección y planes de remediación en beneficio de estas mujeres trabajadoras. Nuestro objetivo ha sido hacer visibles los derechos laborales entre las trabajadoras, porque en Aguascalientes no es tratado este tema, desafortunadamente se cree que la bonanza que existe en la industria automotriz es la panacea y que hay respeto por los derechos de los trabajadores, pero no se ubica este sector tan importante como el de las maquiladoras textiles, que aunque son menos las empresas que existen a comparación de años anteriores siguen con sistemas de producción de hace mucho tiempo, con mujeres que toman de los municipios, los principales expulsores de mano de obra para la explotación en la maquila.
Hemos detectado esas violaciones laborales y justo ahí es donde elaboramos talleres para dar información, se arman en función de las necesidades específicas que existen, que pueden ser que los grupos tengan más necesidades porque hay un problema de falta de pago de horas extras o porque hay despidos injustificados o porque existen paros técnicos, infinidad de casos, las personas que tienen necesidad de atender a sus hijos y no en todos lados hay guarderías; a propósito de esto, estamos por proponer una iniciativa de ley, porque detectamos que en algunos contratos colectivos de trabajo, la prestación de que las madres trabajadoras tengan tiempo de lactancia, que es un derecho universal, no se da y sin embargo este derecho se condiciona tanto por parte de los sindicatos como por parte de las empresas por un interés meramente económico que es que estas mujeres no dejen de producir, se condiciona porque la madre tiene que demostrar que está amamantando, si no lo demuestra entonces no puede acceder a este tiempo, entonces se los niegan en los contratos colectivos de trabajo, cuando ya está plasmado en los derechos fundamentales de los trabajadores y las juntas de conciliación siguen avalando contratos de este tipo, donde no solo se le quita el derecho a la madre, sino también al ser que está lactando, que eso está en el derecho a la infancia, a la alimentación, que se ha dicho muchas veces que la alimentación no es solo a través del pecho de la madre, sino que puede alimentarlo de otras maneras, entonces no es sujeto a esa condicionante, entonces para erradicar esto se tiene que hacer trabajo legislativo y lo vamos a proponer.
También estamos abordando el tema de salud laboral, los riesgos laborales que las trabajadoras tienen y que está directamente relacionado con el trabajo que realizan, el tiempo que le dedican, el tipo de postura, porque en esto, por ejemplo, como el pago es por destajo, les pagan como producen, entonces esas horas extras a las que se someten pues también es una falta de sensibilización de ellas mismas sobre lo que se perjudican en aras de obtener un poquito más de su salario, entonces es un problema integral que afecta derechos que van no solo en su ámbito laboral, sino que van trasladados a la familia también, porque saliendo, luego de una jornada de casi doce horas, todavía tienen que hacer otro tipo de actividades en la familia, en su casa, sábados y domingos.
Tenemos la experiencia de que hacer talleres los fines de semana es casi casi quitarles un tiempo preciado, pero ellas deciden informarse y con esto contribuir para luego poder hacer un mejor ejercicio de sus derechos, es un proceso muy largo de sensibilización pero en este sistema capitalista, neoliberal, donde las estructuras de poder están definidas para crear desigualdades, falta de equidad, pues tener espacios de confianza como los que se crean en los talleres, no solo los hacemos en un salón, también acudimos a las comunidades en donde se requiere, es un trabajo de campo, a veces con grupos pequeños, a veces más grande, pero el chiste es que tengamos que hacer accesible esta información, y después vienen procesos muy interesantes, muchas veces en el ejercicio de sus derechos pues resulta que como estas mujeres empiezan a preguntar, a cuestionar, a las empresas les surge el temor a que se subleven, entonces también debemos ser muy cautelosas, por otro lado, también hay procesos en los que se pierde el miedo, entonces impacta no solo en lo laboral, sino también en la familia, donde también hay un acercamiento diferente en las parejas, en los hijos, este asunto de los derechos es un trabajo en el que decimos que desde el primer paso, desde una perspectiva de género, es que ellas se sientan que son sujetos de derecho, que sientan que forman parte de una comunidad y que son proveedoras, porque luego hacerlo y concientizarnos no es una cosa fácil, cuando empiezan las trabajadoras a tomar decisiones ahí es cuando empiezan a aprender.
El empoderamiento de las mujeres genera procesos en los que se vive el ejercicio de toma de conciencia y de decisiones sobre el derecho a su cuerpo, a su trabajo, de lo que proveen, empieza a impactar en un radio grande, en su relación con los supervisores, porque también hay problemas de hostigamiento laboral, todas las promotoras han pasado por estas situaciones, en donde existe esa jerarquización, donde, por ejemplo, a algunas trabajadoras se les pone en operaciones donde ganan más o menos dinero, entonces, las trabajadoras que participan con nosotras, que están al 100% de su producción, son tremendas en la producción, pero cuando existen preguntas o el rechazo al sometimiento empieza a haber desplazamiento a operaciones donde ganan menos, que es lo que les preocupa muchísimo a estas mujeres porque es un peso menos que llevan a la canasta, a la atención de sus hijos, a la salud, que el tema de la salud es a lo que menos se someten las compañeras, entonces se ponen la pomada o se toman cualquier cosa para mitigar los dolores y fuerzan su cuerpo para continuar con su labor y eso les crea diferentes sintomatologías. En un estudio que nosotros realizamos de salud laboral resultó que uno de los mayores problemas es el estrés en sus articulaciones, se están documentando casos donde trabajadoras que tiene problemas en una muñeca por el tipo de movimientos que realizan bajo presión no logran hacer registros de su malestar ante instituciones de salud, porque al momento del malestar acuden a las instancias correspondientes pero cuando éstas van a verificar, resulta que hay paro técnico y no se puede mostrar quién sufre algún dolor, mientras ellas ya están inmovilizadas y se le sigue pidiendo la misma producción y como no hay registros de su padecimiento y pues se queda parada su atención médica que se tendría que continuar porque es necesario una revisión integral de sus pulmones, sus huesos, es un trabajo arduo.
Es que no solo son los síntomas, sino también el registro de sus padecimientos ante la institución que tiene la obligación de hacer este tipo de atención, que en este caso es el Seguro Social, porque no hay permisos para ir al médico, en lugar de eso se ponen consultorios que detienen la atención integral con una pastillita, nos interesa mucho llamar la atención de este tema de la sociedad, pero sobre todo a las instituciones que impartición de justicia, la Secretaría del Trabajo, el Seguro Social, Inmujeres, que también tienen en su planes de desarrollo este asunto de las salud, pero que desafortunadamente no se contempla un programa, entonces también es algo donde queremos incidir en la salud laboral, en que se realicen protocolos, que haya registros adecuados.
También observamos la precarización que viven, los salarios que están percibiendo las trabajadoras hace que impacte su salud y el tipo de vulnerabilidad en la que se encuentran, la alimentación, por ejemplo, da todos estos cuerpos enfermos, un estrés tremendo, encontramos depresiones; el que las trabajadoras se estén informando es muy importante, brindar estos espacios de confianza que luego no tienen en otros lados, en sus empresas, en sus ambientes laborales, en su entorno, es fundamental, se quedan de a seis cuando hacemos un ejercicio de que se vean su figura, que vean los padecimientos que sufren y los señalen y hasta ese momento les cae el 20 que es por el tipo de trabajo que están haciendo, está tan normalizado el dar todo este esfuerzo que no se dan cuenta el daño que se hacen. Mejorar la alimentación también las ayudaría mucho, pero luego tienen que correr a sus lugares porque hay que terminar la producción.
Muchas mujeres tienen desconfianza en esto, son recelosas porque les parece increíble que alguien les brinde al menos información porque esa sería la función de los sindicatos, de la empresa, de las instituciones y no pasa, tenemos que brindarles confianza, ellas saben que se guarda su identidad, se toman las decisiones que ellas determinan con respecto a sus caso, se da el proceso a sus necesidades y los problemas, hay asesoría jurídica en caso de violencias y violencias de género por especialistas que cubran esta necesidad o en temas de pensión alimenticia, de pagos de horas extras, poco a poco nos ganamos su confianza, porque luego no asumen que viven estos problemas, es normal para ellas.
Para mí el feminismo ha sido una forma de verme y de reconstruirme como mujer trabajadora, me ha permitido analizar e interpretar y sobre todo buscar cambios que estimulen la igualdad, la equidad, la justicia, donde lo masculino no sea el centro o la medida de todo, a identificar estructuras de poder que no excluyan el ejercicio de nuestros derechos como mujeres, una de las acciones que a mí me vinculan con los derechos humanos laborales es cuando se inicia una campaña por erradicar el examen de ingravidez como requisito para ingresar a un trabajo. Pasaron años para que se reconociera como violación a los derechos y se tipificara como violencia laboral. Hay otras batallas que desempeñar, que desarrollar en la agenda de las mujeres en el campo laboral, pienso que el feminismo es el ente que me permite, y nos permitirá, en el caso del Colectivo Raíz, seguir trabajando en las reivindicaciones que nos lleven a una mayor igualdad en el ámbito laboral, el derecho a decidir sobre nuestros cuerpos es un ejercicio fundamental, que hacemos nuestro y que en el día a día de las trabajadores les pueda permitir la toma de decisiones en los diferentes roles en los que se desempeñan.
El ejercicio del feminismo, desde ser radicales o ligeras, nos llevará a romper las estructuras de poder que generan desigualdades, que expulsan el ejercicio de las mujeres de sus derechos, vemos que continúa, que existe una precarización del trabajo, eso debería ser documentado, estamos peligrosamente perdiendo terreno y ahí perdemos más nosotras como trabajadoras que cualquier hombre, sobre nuestros hombros seguimos cargando infinidad de asuntos, Aguascalientes le debe muchísimo a las trabajadoras de las maquilas porque dieron durante muchísimo tiempo un trabajo muy mal pagado, con salarios bajísimos en condiciones que siguen siendo las mismas o peores que en años antes, y este estado no se preguntan siquiera por sus mujeres trabajadoras.
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