Cuando entré a la carrera (a la universidad, pues) comenté que me interesaba el periodismo musical. Un profe pensó que me gustaban los musicales. Ahora que ustedes audiencia, han acabado de reírse con la idea de yo-mismo disfrutando Hamilton, me explicaré. En 2007 y cómo muchísimas personas de 18 años, yo tenía la creencia de que mi gusto por la música alternativa y con la etiqueta mediática de indie era lo que me definía. No eran oldies ni rock psicodélico, metal, rock clásico o screamo. Era el indie. Entonces, quería llevar ese gusto a mi idea de modo de vida. Escribir de música. Mejor dicho: periodismo acerca de la cultura musical.
2018: Finalmente no fue mi tema de mayor interés o el sueño de mi vida el dedicarme a cronicar la escena independiente de México. Muchas personas de mi edad también han encontrado otras coberturas más satisfactorias. A mí me late bastante el tema de política, entretenimiento en general y derechos humanos. Otros ¿redactores? ¿bloggers? ¿entusiastas contemporáneos? simplemente han sido absorbidos por la vida y se dedican a cosas que no tienen que ver con medios. Eso explica que cada año existan más medios sobre el indie en un virtual abandono mientras que el grueso de los sobrevivientes se consolidan con contenidos someros y siendo un megáfono de las [irónicamente] cada vez más numerosas oficinas de relaciones públicas y promotores de la música. Esto nos habla de que las juventudes han elegido armar eventos o representar bandas/solitas para figurar en un indie que no admite admisiones. El periodismo musical, ha pasado de moda.
¿Cómo es el panorama? Viejos clásicos como Club Fonograma (el padrino de todos los blogs de música y lo más cercano a un Pitchfork mexicano que haya existido) desaparecieron. Mismo caso de We Shall Be Free o Diez A Uno (cuya curaduría no era de mi agrado, pero era grande). Otras cosas como Del Hotel o NWLA más bien han mutado a compañías promotoras, cero contenidos. Me Hace Ruido, ese gran blog de entrevistas y MP3, se encuentra disminuido. Warp no es lo que era (¿una portada anual de vinos?), y eso que Alejandro Franco sigue siendo uno de mis héroes en esta profesión. LifeBoxSet es una puta basura. Red Bull Panamerika murió sin gracia. Marvin apela generacionalmente… a la generación X, dejemoslo así. Y se vale. Blogs chiquitos como Rockets, Decirreves o El Amarillo han visto a sus editores inmersos en su vida, ya no marcan agenda.
Es así como en bastantes de los nuevos medios o espacios con coberturas musicales sobrevivientes se van a contenidos porristas, boletines que ni el esfuerzo de parafraseado tienen y entrevistas de lo más huevonas. Cómo no, si bastantes bloggers de música actuales son músicos frustrados (y de géneros completamente diferentes) enojados del éxito ajeno. Aunque si esa ira se transmite a las reseñas o análisis, al menos tendríamos lecturas interesantes. ¿Yo? Nunca he querido ser músico ni hacer una carrera crear música, entonces no me enferma que otros sean grandes. Y además me gusta el pop, por lo que soy más abierto a música nueva que muchos guitarros convertidos en bloggers. Fui alguien cercano y gorrón a algunas personas en la escena del ruidosón y puedo decir que el indie es bastante tóxico. Muchas estrellitas de Noisey, es triste, pero la soberbia los llevará a manejar un Uber en dos años. Como muchos DJs prepotentes.
Hablaba sobre la falta de contenidos negativos. Son entrevistas huevonas y sin respeto por el lector o comunicados dictados por un PR, porque basicamente pocos quieren hacer periodismo musical en México. Supongo no deja económicamente. Lo que sí, es el buenaondismo e intercambio de favores, ni siquiera en términos económicos, sino que la [terrible] banda de un editor toque en un festival del promotor fulano… si se le da espacio a las bandas representadas por el segundo.
Bocadillo: No todos ni en todo. Algunos medios son propositivos y buscan nuevos contenidos y bandas, sin entrar a esta mafia de PRs y promotores. Algunos son de amigos míos. Pero para no mancharlos en este juicio personal, omito el halago. Ustedes saben quienes son, amigos.
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