El miércoles en la noche, poco después de las 21:30 hrs., el frentista Fernando Belaunzarán Méndez, uno de los más acérrimos y obcecados enemigos de Andrés Manuel López Obrador, tuiteó: “@lopezobrador_ descalifica a la sociedad civil porque no la controla. #AMLOenMILENIO”. El político profesional se refería, claro, a lo que el tabasqueño acababa de decir durante la entrevista colectiva –tête à six têtes- a la que acababa de someterse en Milenio Televisión. Como miles y miles de personas más, yo también estaba viendo el programa vía Internet, así que me pareció de lo más correcto enviarle al perredista el siguiente tweet: “Sólo una pequeña precisión: dijo que le tiene desconfianza ‘a todo lo que llaman sociedad civil’, no a la sociedad civil”. Tampoco es que esperara que el señor me fuera a contestar agradeciendo la puntualización, pero supuse que, habiendo estudiado una licenciatura en Filosofía, tendrá elementos para valorar la apostilla. Y no es que esconda la mano después de tirar la piedra: al adjetivarla como pequeña, pretendía dar a entender su antónimo, esto es, que la precisión es mayúscula… En efecto, no me respondió. En su perfil de Twitter, Belaunzarán se define como “político de profesión, de izquierda por convicción, hereje por vocación”, así que supongo que ha de tener mucho quehacer y poco tiempo para andar respondiéndole a cualquiera. Sin embargo mi acotación no resultó del todo vana: a la 1:36 de la madrugada, mi buen amigo Edilberto Aldán, director editorial de La Jornada de Aguascalientes, me respondió: “Ah, claro, hace toda la diferencia, ‘lo que llaman’, sí”. Conociéndolo, de inmediato -en primera lectura, quiero decir-, me quedó claro que Aldán no me estaba dando la razón, más bien todo lo contrario: usando la misma figura literaria con que yo había tuiteado, la ironía, él ahora refutaba la validez de la rectificación que mi mensaje aducía. Para dejarlo en términos llanos y descarar el desacuerdo: yo digo que hay una gran diferencia, de hecho sustantiva, entre a) “lo que llaman sociedad civil” y b) “sociedad civil”, en tanto que Edilberto juzga que no, que es lo mismo.
A la mañana siguiente, en la “Rayuela” que aparecería en la contraportada del periódico se recuperaba, literal, la declaración del Peje: “’Le tengo mucha desconfianza a todo lo que llaman sociedad civil o iniciativas independientes’: Andrés Manuel López Obrador, aspirante a la Presidencia y admirador de Cristo Jesús”. La construcción es impecable, irrefutable: eso dijo textualmente el de Macuspana y así se había definido a sí mismo en una entrevista radiofónica -“Soy admirador de Cristo Jesús, porque Cristo Jesús luchó por los pobres; y Cristo es amor, y la justicia es amor”-. Así que tal cual fueron sus palabras y ahí no está la discusión. Tampoco pretendo clarificar aquí qué quiso decir, que para labor de exégesis hay discursos más interesantes… No, lo único que procuro hacer es demostrar que, efectivamente, hay una gran diferencia entre a) “lo que llaman sociedad civil” y b) “sociedad civil”.
La afirmación de López Obrador se suscitó cuando dio respuesta a algunos cuestionamiento de Carlos Puig…: “Sistema Nacional Anticorrupción…, ¿te gusta o no te gusta?” El precandidato de Morena contestó que no -“no, porque soy más de la idea de que el combate a la corrupción pase al Poder Judicial”-, pero que de todas maneras se iba a aplicar. “¿Fiscalía autónoma, no dependiente del Ejecutivo?” Contestó que sí…, “pero con el mecanismo de que el presidente proponga la terna al Congreso y sea el Congreso el que elija. O sea…” -y justo aquí entró la polémica afirmación-: “…, le tengo mucha desconfianza a todo lo que llaman sociedad civil o iniciativas independientes”. Y enseguida explicó: “Han simulado demasiado con lo de la sociedad civil -obviamente las cursivas las pongo yo-. Es como lo de las candidaturas independientes, que son independientes del pueblo, no de la mafia del poder”. Según el morenista, pues, el adjetivo “independiente” en el caso de los candidatos no se refiere a la independencia de tales personajes, mientras que el concepto “sociedad civil” que en la actualidad se usa en la vida pública nacional no refiere a la sociedad civil, de ahí su desconfianza. Por supuesto, otra discusión sería qué tanto tiene razón López Obrador cuando afirma que nos quieren dar gato por liebre. Sostengo aquí nada más que hay una gran diferencia, sustantiva, entre declararse desconfiado de la liebre, que decir que no se le tiene confianza al gato que le quieren dar a uno por liebre.
@gcastroibarra