- Universidad sí comprobó observaciones, pero ASF no las ha acreditado, dice titular del Departamento de Control de Gestión
- Quedan 2 millones 148 mil 604 pesos con 80 centavos por ser aclarados y solventados admite Enrique Jiménez de la Hoya
Enrique Jiménez de la Hoya, jefe del Departamento de Análisis Financiero y Control de Gestión de la Universidad Autónoma de Aguascalientes (UAA), afirmó que la institución sí ha comprobado las observaciones realizadas por la Auditoría Superior de la Federación (ASF) durante el ejercicio de 2016.
El martes 28 de febrero de 2018, La Jornada Aguascalientes publicó la nota “Señala Auditoría Superior de la Federación irregularidades por 7 millones de pesos en la Autónoma” (https://goo.gl/vxDrpv), escrita por Hilda Hermosillo Hernández, donde se señala que en el último año de la rectoría de Mario Andrade Cervantes no se acreditó de tres millones 857 mil 300 pesos transferidos a la institución por el Programa de Subsidios Federales para Organismos Descentralizados Estatales según el informe 188, de los cuales un millón 708 mil 695 pesos con 20 centavos corresponden a traspasos excedentes a las cuentas de recursos propios y a cuentas pagadoras de nóminas del personal de la UAA de los que no se acreditó su reintegro a la cuenta origen.
Sin embargo, en entrevista exclusiva para La Jornada Aguascalientes, Jiménez de la Hoya, titular del organismo que se encarga de atender y responder a todos los entes fiscalizadores federales y estatales, explicó que ninguno de los montos observados por la ASF, que en conjunto superan los siete millones de pesos, no fue acreditado.
A decir del jefe departamental, quien ya trabajaba en 2016 en el puesto que desempeña, el destino del monto del dinero si fue acreditado, más no fue autorizado por la ASF; el millón 708 mil 695 pesos con 20 centavos, explicó fue un gasto realizado para el pago de impuestos del ejercicio fiscal de 2015, “Sabemos que en la administración pública se atiende a ejercicios fiscales con recursos anuales: los recursos que no se hayan devengado, es decir, recibidos de conformidad al cierre deberán ser reintegrados”.
En otras palabras, detalló, estos impuestos se generaron en diciembre de 2015 y tuvieron que ser pagados en enero de 2016, por lo que al cerrar el ejercicio fiscal del 2015 y llegar al punto de equilibrio como lo solicita la ley, no había otro recurso más que el de 2016 para pagar los impuestos generados a finales de 2015.
“La Universidad al no tener otra opción, hizo un esfuerzo para hacer el reintegro de esa cantidad, pero que quede claro que es un concepto que sí se comprobó, pero la ASF no reconoce el pago al haber sido de un ejercicio anterior”, reiteró Jiménez de la Hoya.
El resto de los tres millones 857 mil 300 pesos, es decir, dos millones 148 mil 604 pesos con 80 centavos, aún se encuentran en proceso de ser solventada y aclarada, “Cabe mencionar que también se comprobaron recursos en excedente, lo cual quiere decir que se demostró mayor gasto, lo cual finalmente, por cuestiones de control interno, fueron consolidados en una cuenta pagadora para pagos de Nómina”.
En otras palabras, esos recursos fueron transferidos a la cuenta de ingresos propios para que se pagara otra obligación laboral, “Sabemos al final del día que las cuentas pagadoras, nada más hay una sola para pagar la nómina, pero se alimenta de otras cuentas como lo es la aportación estatal o los ingresos propios”.
En el texto publicado el martes 27 de febrero se apunta que se requirió a la UAA la devolución de 90 mil 116 pesos con 28 centavos derivados de pagos improcedentes a un trabajador que no comprobó su título de licenciatura en el Registro Nacional de Profesionistas de la Secretaría de Educación Pública, por el cual la institución no presentó una denuncia ante la Procuraduría General de la República, pero no acreditó el reintegro del dinero.
Jiménez de la Hoya explicó que el caso es cierto pues un profesor que se integró a la nómina en el año 2000 no contaba con su título de licenciatura en el Registro Nacional de Profesionistas por lo que la UAA sí reintegró los más de 90 mil pesos a la Tesorería de la Federación.
La ASF también detectó un probable subejercicio de cinco millones 32 mil 965 pesos con 30 centavos al corte del 31 de diciembre de 2016 por lo que además de requerir a la Autónoma el demostrar que los recursos fueron aplicados a lo que el jefe departamental respondió que ese subejercicio no existe toda vez que de esos recursos, 4 millones 500 mil pesos hacen mención de un recurso extraordinario que recibió la UAA.
A decir de Jiménez de la Hoya, es imposible que se pueda devengar un recurso que no fue recibido en 2016 sino en 2017; es decir que esos cuatro millones 500 mil pesos fueron autorizados en 2016 pero llegaron hasta 2017, “Al nosotros ya no poder de manera inmediata ejercer ese recurso aprobado, puesto que ya había pasado el año del ejercicio fiscal para el cual se iba a radicar el recurso, la Universidad pidió permiso a la SEP para poder ejercer de manera posterior a dicho recurso”.
La SEP, continuó el titular de Control de Gestión, aceptó la petición de la UAA y otorgó un año para poder ejercerlo, por lo que en ese sentido se ejerció el recurso extraordinario de cuatro millones 500 mil pesos; mientras que los otros 532 mil 965 pesos con 30 centavos, precisó, corresponden a los rendimientos de todos los recursos recibidos que no se alcanzaron a devengar, “Y esos sí también se tienen que reintegrar pero esos no se catalogaron como un subejercicio puesto que el principal capital se ejerció”.
La ASF expresó en el informe como observación que: “La universidad no dispone de un adecuado sistema de control interno que le permita identificar y atender los riesgos que limitan el cumplimiento de los objetivos del programa, la observancia de su normativa y el manejo ordenado, eficiente y transparente de los recursos”.
Jiménez de la Hoya contestó que se han ido implantando parte de estas recomendaciones en la universidad a pesar de que no está obligada a seguirlas: “Ellos manejan un modelo de control interno y en el mismo informe de resultado, ahí no se establece ni un pliego de observación ni un proceso de responsabilidad, sino que es una recomendación ya que como entidad a nivel federal, no hay una norma que obligue a la institución (UAA)”.
El jefe departamental se refirió finalmente a los desfases por parte de la UAA en la publicación de los informes sobre el ejercicio, destino y resultados obtenidos en el Periódico Oficial del Estado, los cuales son ciertos pero deberán ser analizados por el Órgano de Control Interno de la institución y si encuentra elementos para hacerlo, se habrán de deslindar las responsabilidades.