- Actualmente las mujeres se encuentran en desventaja ante la política que históricamente ha desempeñado el hombre
- Liderazgo femenino en México es del 28 por ciento
Es un gran contraste el que a pesar de que Estados Unidos, Reino Unido y Alemania no tienen un mayor número liderazgos de mujeres que en México, cuyo índice es del 28 por ciento, en dichas naciones coinciden en que se da un fenómeno denominado Techo de Cristal, porque se argumenta que las mujeres deben tener mayores capacidades de liderazgos, cuando la realidad es que no se les dan estas oportunidades por el simple hecho de ser mujeres, apuntó Concepción Virriel López, conferencista de la Cumbre Mundial de Comunicación Política con el tema Coaching para el liderazgo político femenino.
Recalcó que se necesitan más mujeres líderes en el mundo, ya que si bien son pocas las diferencias en que en lo general destacan del ejercicio que en la misma materia llevan a cabo los hombres, son sustanciales, ya que la mujer tiende a administrar mejor los recursos, fomentan un trabajo más armonioso; “el mundo está lleno de oportunidades que las mujeres deben explotar, pueden ser impulsoras del liderazgo de otras mujeres”.
Exhortó a quienes están interesadas en ejercer el liderazgo, a que identifiquen si los obstáculos a los que se enfrentan son organizacionales, interpersonales o emocionales para que los puedan combatir de la forma adecuada.
Actualmente, las mujeres se encuentran en desventaja ante la política que históricamente ha venido desempeñando el hombre, desde hace una década los partidos están obligados a capacitar a sus militantes femeninos, a fin de allanar el camino para que accedan a cargos de elección, sin embargo, el ejercicio de los recursos destinados a ello no ha sido transparentado y el avance en materia ha sido paulatino, no se han arrojado los resultados esperados.
Desde 2008 este recurso otorgado a todos los partidos políticos con registro nacional suma más de 919 millones de pesos, presupuesto que se considera prioritario al ser una medida afirmativa que permite la participación de más mujeres en la toma de decisiones y en las estructuras de poder, sin embargo ha sido desviado en otros gastos de las mismas plataformas políticas.
La ponente resaltó que el liderazgo político femenino surge ante la necesidad de aportar nuevos valores y formas de gobernar, derivado de que la crisis económica política y social desencadena una creciente desconfianzas ciudadana en las instituciones, las organizaciones y los valores; ellas pueden enfrentarse a los desafíos del presente. “La dirección tiene una parte más contextual, de pensamiento sintético, intuitivo y cualitativo”.