- Una tercera parte de los pacientes apoyados por asociaciones se encuentran en edad productiva
- Es fundamental que una vez logrado el trasplante se suministren los inmunosupresores para evitar que se rechace el órgano
Los malos hábitos alimenticios han incidido en el incremento de casos de jóvenes que padecen insuficiencia renal, apuntó la presidente de la Asociación del Grupo de Enfermos con Problemas Renales, Isaura Rodríguez Muñoz; resaltó que una tercera parte de quienes se acercan a solicitar apoyo, se encuentran en edad productiva y presentan un grado considerable de avance en la enfermedad.
Detalló que como asociación brindan atención en su mayoría a jóvenes, “es muy preocupante, porque casi la tercera parte de la gente que manejamos es de 19 a 30 años de edad, ahora el problema es meramente con jóvenes o chicos que son estudiantes, no tienen trabajo, son de diferentes estatus sociales, pero la mayoría es gente que no tiene ningún recurso”, apuntó.
Enfatizó que si bien el problema de insuficiencia renal es multifactorial, pues lo mismo se le ha relacionado con la mala calidad del agua, son muchas más las causas que originan la enfermedad; influye en gran medida el hecho de que las nuevas generaciones no estén acostumbradas a alimentarse sanamente, pues no incluyen en su ingesta productos naturales como frutas y verduras, así como agua purificada, los pone en mayor riesgo.
“Están acostumbrados a comer puras papas y tomar refresco, todo dañino para la salud; toman agua que no está purificada, no está limpia, tiene muchos metales, y es una de las cosas principales que afecta el riñón. Pero más que nada, como tienen muy mala alimentación, tienen bajas las defensas y la enfermedad ataca inmediatamente. Muchos de ellos tienen diabetes”, indicó.
La activista subrayó que la dificultad a la que se enfrentan quienes padecen insuficiencia renal, es la falta de donadores de órganos para combatir la enfermedad; normalmente se busca con los propios familiares del paciente, pero no siempre hay posibilidad de que ellos puedan dar un riñón, ya sea porque no están en condiciones o no hay compatibilidad; para ello es que se ha insistido en campañas de concientización para donación cadavérica, aunque resultan muy escasos, cuando se logran órganos de este tipo, es satisfactorio que se puedan salvar vidas.
Resaltó que aún y con un trasplante exitoso, sólo se ha dado el primer paso en el tratamiento, para la recuperación y mejoría en la calidad de vida del enfermo renal, requiere de por vida el suministro de los inmunosupresores, medicamentos de alto costo para evitar que el nuevo órgano sea rechazado.
Los pacientes deben tener la posibilidad de obtener el medicamento, los inmunosupresores son esenciales para que ellos puedan mantener el riñón, por ello lo ideal es que cuenten con derechohabiencia al Seguro Social para que tengan garantizado el suministro, por ser incosteable para la mayoría; Rodríguez Muñoz detalló que son seis medicamentos con un costo entre los 2 mil y 5 mil 500 pesos.
Una persona trasplantada tiene que estar bajo vigilancia médica en todo momento, con estudios, con conocimiento pleno de la cantidad que tiene que tomar del medicamento que se le asigne; “ahí es donde muchas personas ya no hacen caso, no toman en cuenta eso que es esencial para su supervivencia”, señaló; es por esta causa que se llega a presentar el rechazo de órgano.