Carlos Reyes Sahagún | Cronista del municipio de Aguascalientes
De seguro quienes conducen a los partidos políticos, e incluso los gobernantes, verían semejante multitud con ojos en los que se mezclaría la envidia con la lujuria. ¿Quién de ellos sería capaz de convocar a tantas personas de manera más o menos libre? ¿Quién podría alcanzar semejante consenso sin torta, refresco y cachucha de por medio; sin las limosnas que acostumbran las élites políticas?
Con la iglesia hemos topado, dicen que dijo don Quijote, y basta una imagen como esta para constatar que, Leyes de Reforma aparte, la institución eclesiástica conserva un codiciado poder de convocatoria.
La fotografía corresponde a la fiesta de la Candelaria, en la basílica de San Juan de los Lagos, Jalisco. Desde luego no es Aguascalientes, pero como si lo fuera, dada la profunda relación que existe entre miles de aguascalentenses y la Chaparrita de San Juan.
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