Han fracasado maestros en la formación de lectores: Felipe Garrido - LJA Aguascalientes
23/11/2024

 

  • Si queremos que la población del país sea mayoritariamente lectora esto tiene que conseguirse dentro de las escuelas, no en programas periféricos, dijo el escritor
  • Los programas de formación de lectores en las escuelas tienen el terrible defecto de que van dirigidos a los niños y creen que los maestros ya son lectores

 

En realidad, todos los programas de lectura que han existido en México, como el Programa Rincones de Lectura, el Programa Nacional de Lectura, entre otros existentes, son consecuencia del fracaso de los maestros de educación básica por formar lectores capaces de escribir, lamentó Felipe Garrido, director adjunto de la Academia Mexicana de la Lengua.

El ciclo Protagonistas de la literatura mexicana reconoció al escritor Felipe Garrido, en un evento que se llevó a cabo ayer en el Palacio de Bellas Artes, en donde se destacó la trayectoria de este autor jalisciense y sus amplias aportaciones al universo literario.

“Los programas de formación de lectores en las escuelas tienen el terrible defecto de que van dirigidos a los niños y creen que los maestros ya son lectores, cosa que no es cierta, hay maestros que son espléndidos lectores pero son una reducidísima minoría.

“Cómo maestros que no son lectores pueden formar alumnos lectores. Hasta este momento la finalidad de la educación básica ha sido alfabetizar a la población y eso no lo han hecho mal (…). Pero si queremos que la población del país sea mayoritariamente lectora eso tiene que conseguirse dentro de las escuelas, no en programas periféricos donde lectores que no forman parte del personal de la escuela llegan a leer con los alumnos una vez por semana. Ese es el trabajo más importante que tendrían los maestros de educación básica, formar una población de lectores que sean además capaces de escribir”, puntualizó Garrido.

El escritor, quien obtuvo en 2015 el Premio Nacional de Ciencias y Artes en el campo de lingüística y literatura, recomendó que para quienes quieran escribir es indispensable que lean poesía, pues no hay ninguna forma más alta de usar el idioma que la poesía, esa es la culminación de lo que podemos hacer con las palabras.

De esta forma invitó a los asistentes y a la población en general a que lean poesía en el grupo: https://unpoemadia.wordpress.com/, en cual todos los días Felipe Garrido publica un poema diferente.

“Todas las mañanas acompaño el despertar con la grata lectura del poema del día que generosamente envía Felipe Garrido a través del chat (…). La lectura del poema me da la posibilidad de cumplir una promesa que me hice, leo un poema en ayunas los más de los días, pues Felipe Garrido provee y entonces yo me pregunto si duerme en algún momento, porque no hay momento de ganarle al envío de la media noche o de madrugada, son poemas de autores de distintas geografías y generaciones que celebran el español, los hay clásicos y contemporáneos, conocidos y desconocidos”, describió la escritora Mónica Lavín en el homenaje.


“El bienestar que logra Felipe Garrido con su envío puntual de versos, es solo parte de una estrategia que ha sido timón de su vida, como lo atestiguan sus palabras para ingresar en 2004 a la Academia Mexicana de la Lengua, institución que forma parte de la mesa directiva del Foro Consultivo Científico y Tecnológico. En aquél año, descubrió que no todo mundo era lector como él y sus más cercanos, que ser lector era una excepción, y a cambiar el destino de la excepción es que le ha dedicado gran parte de su tiempo y energía, cuando con sus poemas mañaneros me recuerda el privilegio que tiene ser lectora, el privilegio de bañarse con palabras, sentir con versos, pensar entre rimas, asombrarse y regodearse de letras”, agregó Lavín.

Asimismo, el maestro Ricardo Ancira González, hizo un repaso de la trayectoria del celebrado Felipe Garrido, quien destaca por obras como: Canto no aprendido, 1978; Tajín y los siete truenos, 1982; Cómo leer (mejor) en voz alta: guía para contagiar la afición a leer, 1990; La musa y el garabato, 1992; Se acaba el siglo, se acaba…, 2000; Para leerte mejor: mecanismos de lectura y de la formación de lectores, 2004; Asombro del Nuevo Mundo, 2008; La patria en verso, 2012; El Quijote para jóvenes, 2013; El coyote tonto, 2013 y El buen lector se hace, no nace, 2014.

Ha sido director de literatura del Instituto Nacional de Bellas Artes, de la Unidad de Publicaciones de la Secretaría de Educación Pública; gerente de producción del Fondo de Cultura Económica, de Literatura de la Coordinación de Difusión Cultural de la Universidad Nacional Autónoma de México y de la Dirección General de Publicaciones del Consejo Nacional para la Cultura y las Artes.

Galardonado con los premios: Juan Pablos 1982; el de Traducción Literaria Alfonso X 1983, y el de la Organización Internacional para el Fomento del Libro Infantil 1984; lista de honor del IBBY del libro infantil Lección de piano escrito en 2004. Premio Los Abriles, por La urna y otras historias de amor y, en 2011, el Premio Xavier Villaurrutia por Conjuros.

 

Con información del Foro Consultivo Científico y Tecnológico


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3 thoughts on “Han fracasado maestros en la formación de lectores: Felipe Garrido

  1. Lamentablemente, el fomento al gusto por la lectura en la mayoría de las escuelas públicas es muy rico en exigencias y bibliografía, pero muy pobre en resultados, pues los profesores están más metidos en las exigencias cuantitativas que hay que registrar, que en las cualitativas, porque así les exige la SEP en lo relacionado a la gestión escolar. El afán y el fin de estar evaluándolo todo (que si cuántas palabras lee el alumno por minuto, etc., etc…) hace que se pierda la perspectiva de contagiar el entusiasmo en el alumnado para que después éste busque leer sin que lo obliguen, lo inviten o lo incentiven con concursos manipulados. Además la mayoría de los educadores no transmiten ellos mismos la emoción que debieran sentir y transmitir al los alumnos y todo se vuelve una carrera de competencia lectora donde la comprensión y el interés por buscar cada vez más textos por leer, se vuelven una mera aspiración discursiva.

    El que esto escribe logré interesar mas a los alumnos cuando independientemente de los planes y programas de lectura llevaba libros diversos y les leía a mis alumnos lo que me emocionaba a mí pensando en emocionarlos a ellos si preguntarles nada reapecto a que si habían entendido o no, o ni siquiera intentar evaluarles ni otorgar calificaciones. Todo lo hacía en un ambiente informal en el cual solamente yo sabía el objetivo que debía lograr sin darlo a conocer ni obligar a nadie a retroalimentar nada de lo escuchado. Tarea la mía difícil de evaluar en lo inmediato, pero que con loa años y gracias al Internet, me he enterado por exalumnos que sienten placer por la lectura y así mismo, ellos, tratan de transmitirlo a sus hijos.

    Todo lo relatado anteriormente es el producto de 30 años de servicio como educador y 15 como promotor independiente de lectura tanto institucional como en la comunidad donde vivo en la que aún, actualmente, continúo mi proyecto personal como promotor independiente prestando libros, leyendo en voz alta donde me inviten y editando un boletín de una hoja mensual en mi vecindario impulsando la lectura de textos diversos.

  2. En el nivel universitario no hay, lamentablemente, muchas diferencias de las referidas por Don Felipe Garrido, y Marco Antonio Guillén. A nivel universitario se exige a los alumnos que escriban una tesis al finalizar la carrera, maestría y doctorado, pero los contados cursos que se imparten son deficientes destinados a ese propósito; y, por lo regular, lo materiales de la enseñanza no incluyen textos actuales, ni relacionados con la ingeniería, las matemáticas, la química, la biología… Una escena repetida hasta el aburrimiento: el alumno pregunta, ¿cómo debo redactar mi tesis?, el tutor responde: “Ve a la biblioteca y échales un vistazo a las que tengan ahí, y así la quiero” Resultado: la deserción; o bien, para graduarse de la licenciatura se abren nuevas formas de titulación, pero la incapacidad de escribir continúa. Y así llegan los alumnos a cursar la maestría y el doctorado. En estos últimos dos niveles, para obtener el grado, en ocasiones, se exige que escriban y publiquen artículos de investigación. En otros momentos, se otorga un doctorado “Honoris Causa”, que para muchos se debe entender como “Ignoramus Causa”. Hay quienes caminan con solo el pie de la lectura, y muy contados quienes lo hacen, también, con el pie de la escritura. El resultado: apertura de programas para justificar la parálisis de la literacidad (conjunto de competencias que hacen hábil a una persona para recibir y analizar información en determinado contexto por medio de la lectura y poder transformarla en conocimiento posteriormente para ser consignado gracias a la escritura). Tengo 22 años de experiencia como profesor de lengua inglesa, y diez años impartiendo el taller: Publish Your Research en la Facultad de Química UNAM, y más de 50 alumnos – de diversas carreras – han publicado sus investigaciones en revistas indexadas y con Factor de Impacto. El “Dr. Google” es incapaz de resolver esta clase de problemas críticos. Ni con todos los recursos cuyos orígenes son humanos, no informáticos. En pocos años viene la jubilación, y lo único que se vislumbra es la apertura de “cursos de redacción” en los cuales se impartirán clases con los materiales deficientes arriba descritos, e impartidos por malos lectores y pésimos autores (si es que han escrito algo). La advertencia está a la vista.

  3. Concuerdo con Marco Antonio Guillén y Rafael Ibarra en varios de sus puntos de análisis, pero hago énfasis en que no se puede culpar del fracaso de la formación de lectores de la no formación de lectores cuando se vive en un sistema donde hay que combatir un sin fin de ejemplos negativos como el de un presidente que no es lector como de un secretario de educación que dice que hay que “ler” y ahora deja deja dicha secretaría en la que deja como operarios a los docentes bajo leyes que que desencantan la profesión. Hoy tienen que reportar cuántas horas trabajan cada campo, la cuantificación continúa, la simulación también y la sobrecarga de trabajo igual. Si había maestros como ustedes, preocupados por la lectura, ahora hay que ver si llegaron los nuevos maestros con pasión por la lectura o pasión por apegarse a exigencias como entretener y cobrar. Como ustedes, soy antigua en la profesión, casi cumplo 45 años de servicio, pero me quedo con el qué leen los que leen. Fui maestra de primaria, de secundaria en la asignatura de español y actualmente de lengua, en la universidad. En los tres niveles he buscado, cobijada en el acompañamiento, el ser facilitadora, siguiendo enseñanzas de varios maestros que en mí dejaron semillas invaluables y de autores e investigadores dejar un tanto instalado más que el fomento a la lectura, el gusto y goce por y en ella, y como dice el maestro Garrido, para sembrar un poco el ser lectores autónomos. Tengo anécdotas de resultados negativos pero también positivas, me quedo con éstas. Aspiré y sigo aspirando antes de retirarme, a haber contagiado esa gusto, esa autonomía en varias maestras y maestros de educación básica. Ahora mi perspectiva es ser abuela lectora y ser mediadora de la lectura con quien se deje. Lo que puedo decir, porque es un principio de lucha, es sigámos intentántodolo.

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