Me empequeñece la altura,
y no lo puedo evitar.
Se me atascan las ideas, amontonadas,
en mi tesoro, y me esperan…
Tesoro – Héroes del Silencio
Miguel Ángel Osorio Chong, y su equipo, salen de la Secretaría de Gobernación, y dejan espacio a un relevo que puede leerse como la “toma de Segob” por parte del ala Atlacomulco, de toda la cercanía y confianza de Enrique Peña Nieto. Como contexto, vale tener en cuenta dos cosas: primero, las fricciones entre los grupos de Osorio Chong y de Luis Videgaray en el proceso de selección de candidatura del PRI a la presidencia de la república. Segundo, el evidente apoyo que -desde Segob, y desde su propio grupo Hidalgo- dio Osorio Chong a la creación y crecimiento del Partido Encuentro Social, mismo que ahora alegremente envía bendiciones desde la alianza con AMLO. en este sentido, podemos ver que el relevo en Segob es -evidentemente- un intento de EPN por recuperar el control personal de un área tan sensible como lo es la política interior, justo en el último tramo de su administración, con la elección de su sucesor prácticamente encima. Esta “toma de control” se expresa en la naturaleza del relevo, del que se destacan dos nombramientos, el del titular de la dependencia, Alfonso Navarrete Prida; y el del Centro de Investigación y Seguridad Nacional (Cisen), Alberto Bazbaz Sacal.
Alfonso Navarrete Prida tiene una biografía interesante: pupilo de Jorge Carpizo MacGregor, dos veces procurador de justicia en el Estado de México (la primera con Arturo Montiel, durante la cual le tocó investigar el asesinato de Enrique Salinas de Gortari; y la segunda, con Peña Nieto, en la que –asombrosamente- investigó a su anterior gobernador (y jefe) Montiel, por el delito de enriquecimiento ilícito ¡Y no encontró pruebas en su contra!); para luego dedicarse por cinco años de este sexenio a dirigir la Secretaría del Trabajo y Previsión Social. Ahora él será el encargado de la política interior, en la fase más espinosa del sexenio: la sucesión presidencial. Sin embargo, también llama la atención el segundo perfil de los que aquí se comentan, por su cercanía a EPN, y por una traza similar que lo empareja con el propio Navarrete Prida. ¿Recuerda usted a Alberto Bazbaz Sacal? Debería hacerlo. Hace una semana fue designado como titular del Cisen, dentro del paquete de cambios “purga” que ha habido en la Secretaría de Gobernación, luego de la salida de Miguel Ángel Osorio Chong y su equipo.
Algunos datos interesantes de la trayectoria de Bazbaz Sacal seguro le servirán de referencia a la memoria. Él es un abogado que, con el despacho Moreno y Bazbaz, llevó la defensa jurídica de Raúl Salinas de Gortari. En más de su currículum, en 2008 fue Procurador de Justicia e el Estado de México, durante la gestión estatal de Peña Nieto, y llegó al “canto de cisne” de su administración con el inverosímil caso de la niña Paulette Gebara Farah, caso que primero se armó como de desaparición, luego como de homicidio, para -finalmente, de acuerdo a la “verdad jurídica”- determinar que falleció, accidentalmente y en solitario, por asfixia; y su cadáver quedó oculto de manera fortuita, junto a su propia cama, durante los días que duró la investigación de su desaparición. Entre tanto, la propia procuraduría de la entidad consignaba mediáticamente a los presuntos culpables de la sustracción de la menor, hasta que dieron con el hallazgo del cuerpo. Esto le valió a Bazbaz la renuncia a la procuraduría del Estado de México. Luego, en 2013 ya con Peña Nieto en el ejecutivo, y Luis Videgaray en la Secretaría de Hacienda, Bazbaz Sacal asumió la titularidad de la Unidad de Inteligencia Financiera en la SHCP; un puesto muy importante por varias razones: primera, es el área encargada del combate al lavado de dinero, a la infraestructura financiera del narco, a la evasión fiscal en gran escala, que -en suma- mueven multimillonarias cifras anuales en México. Segundo, esa área fue encargada de investigar el escándalo de Monex en el que –durante la campaña de Peña Nieto por la presidencia- se involucraron operaciones monetarias ilícitas para financiar dádivas en la campaña del PRI.
Jorge Luis Borges decía -con razón- que al universo le gustaban las simetrías y los paralelismos. Por ello no deja de ser llamativa esta simetría paralela: a Segob y al Cisen llegan dos personajes muy cercanos a EPN (hasta aquí, todo “normal”); ambos han tenido que ver directamente con episodios dramáticos del clan Salinas de Gortari; con la defensa de Raúl, y con la investigación del homicidio de Enrique. También, ambos han sido procuradores de justicia del Edomex, y han tenido que dejar ese cargo luego de investigaciones inverosímiles: la exoneración por enriquecimiento ilícito de Montiel; y el caso de la niña Paulette. En el mismo sentido, ya en la administración federal de EPN, ambos han sido alfiles muy útiles: uno en la operación de la llamada Reforma Laboral, y otro en la indagación del escándalo Monex, y demás investigaciones de financiamiento ilícito en la campaña de EPN en 2012. Paralelismos y simetrías para nada casuales.
Ahora, en esta nueva encomienda, ambos personajes deberán tener en su encargo la política interior, la inteligencia política, la operación de la Ley de Seguridad Interior, y la operación política del proceso electoral 2018 desde la trinchera federal. No estaría de más dar un poco de seguimiento a ver en qué andan Carlos y Raúl (quienes siempre han jugado a dos o tres bandas), porque podríamos presumir que de ese lado va a “mascar la iguana” de la estrategia electoral del PRI, ante un José Antonio Meade que no alcanza a levantar.
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